CRÍTICA

Isaac Bashevis Singer: un Nobel en los bajos fondos judíos

Inédita en España hasta ahora, ‘Keyle la Pelirroja’ es un retrato magistral de los bajos fondos de la Varsovia de principios de siglo XX y de la atracción fatal que ejerce América

Isaac Bashevis Singer: un Nobel en los bajos fondos judíos.

Isaac Bashevis Singer: un Nobel en los bajos fondos judíos. / L. O.

Javier García Recio

Aunque suene sorprendente, la novela de gánster y bajos fondos tiene una larga historia en la literatura yiddish moderna. Este inframundo del crimen ya fue retratado de manera magistral en los Cuentos de Odessa, de Isaac Babel, si bien en esta ocasión escritos en ruso.

Es lógico, pues, que un escritor como el premio Nobel Isaac Bashevis Singer, que con un amplísimo registro cultivó todos los géneros literarios, se atreviese a descender a los bajos fondos. De ese descenso salió Keyle la Pelirroja, una historia inédita hasta ahora en español ambientada en los bajos fondos judíos de Varsovia en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial.

Con dos personajes principales: Yerme, ladrón y chulo de poca monta y su amante Keyle, joven prostituta que intenta redimirse, a los que se unirán Max el Cojo, con un registro criminal mas amplio y Búnem, el hijo del rabino. La novela está poblada de criminales judíos con diversos logros ilegales: falsificadores, chantajistas, mafiosos, seductores, traficantes de blancas e incluso asesinos.

La historia de Keyle la Pelirroja sirve a Singer también para retratar la vida y la cultura judías en la Polonia de principios del siglo XX. Nos transportamos literalmente a esa época, entre los ritos judíos, las tradiciones culinarias las enseñanzas de la Torá y el Talmud, dos columnas básicas del judaísmo.

Debilidades humanas

Yendo aún mas allá, Singer retrata con mano magistral las debilidades humanas, el conflicto entre las aspiraciones ideales, el deseo de renovación y la incapacidad de liberarse del propio destino, el interminable cuestionamiento sobre la religión: ¿debo ser religioso y bueno, justo y piadoso?, se preguntan los personajes; ¿o puedo satisfacer mis necesidades e impulsos, fijando mi rumbo de acuerdo con mis deseos?

Después de trabajar como prostituta durante varios años, Keyle, una joven judía polaca, anhela una vida sencilla y honesta. Se casa con Yarme, un ladrón de poca monta que parece querer también una vida limpia y la pareja teje el amor perfecto. Para las demás prostitutas de Varsovia su casamiento había sido una señal de que nunca debían perder la esperanza y de que aún existía el amor en el mundo, incluso si una estaba metida en al arroyo hasta el cuello.

Pero la llegada de Max el Cojo, un excompañero de prisión de Yarme, rompe este hermoso equilibrio. Max se había marchado al extranjero, y "los que se iban al otro lado del océano era como si hubieran muerto y enseguida eran olvidados". Max había hecho fortuna en Sudamérica con la trata de blancas y ahora llena la cabeza de Yarme de proyectos similares y lo convence y se asocian para a llevarlo a administrar un burdel en América del Sur con Keyle como gran madame.

Pero ella no quiere volver a caer en el fango y se va a buscar el consejo de un rabino. Es Búnem, el hijo del rabino, quien le traerá la ayuda que necesita. Este será su segundo amor; con él parte hacia Nueva York, y es entonces la vida de unos inmigrantes y todas sus dificultades las que son evocadas con gran delicadeza de observación cuando la pareja se ve atrapada en las contradicciones de la religión, como la que deriva del hecho de que el hijo de un rabino esté viviendo en pecado con una prostituta, y especialmente en su pasado reciente.

Ahora el escenario cambia y Singer nos quiere mostrar que América estaba lejos de ser, para los judíos de Europa del Este, el Eldorado que imaginaban. Singer habla, como lo hará luego Stefan Zweig en El mundo de ayer, de la desaparición de un mundo, el de la antigua tradición judía, trasplantado a un nuevo universo que obedece a otros valores, que ya no son los de la Torá y el Talmud, los dos pilares del judaísmo.

Singer retrata entonces ese otro escenario que él conoció bien, el de las concesiones, las negaciones, los recelos que los judíos tuvieron que consentir para ser aceptados en este nuevo mundo. En sintonía con esta época tan especial entre el viejo y el nuevo mundo, la pluma de Isaac Bashevis Singer combina la ligereza y la violencia, el humor y la oscuridad, lo grotesco y lo sublime con una asombrosa naturalidad.

Una historia colorida llena de fantasía, que forma parte de la tradición de los cuentos yiddish tan queridos por el autor polaco. Una novela que hechiza por su aparente y falsa ligereza, pero a la vez tan cruda, y tensa; teñida de cierta amargura; con una galería de personajes entrañables y ridículos que conviven con muchanaturalidad. Literalmente nos dejamos llevar por los personajes y la trama. Keyle la Pelirroja forma parte de esa admirable colección de cuentos yiddish con los que Singer logró el premio de la Academia sueca.

'Keyle la pelirroja'

Isaac Bashevis Singer

Traducción de Rhoda Henelde y Jacob Abecasís

Acantilado

360 páginas

24 euros