Opinión | ALTA FIDELIDAD

Nuria Pérez enchufa el 'walkman'

'No tocarás' es una novela gustosísima, con tintes góticos y misteriosos, que me ha hecho volver a escuchar a R.E.M. en bucle mientras paseo

La escritora Nuria Pérez, fotografiada en su casa de Madrid junto con su perra

La escritora Nuria Pérez, fotografiada en su casa de Madrid junto con su perra / José Luis Roca

Dice la escritora Nuria Pérez –y tiene razón, aunque eso signifique desacreditar a Nora Ephron– que Internet mató a las comedias románticas. Donde estén las parejas que se conocen al chocarse en los parques cuando sus perros se pelean, las que confunden los trajes en la tintorería, las que comparten un coche en un viaje, las que pierden los papelitos donde apuntaron el número de teléfono fijo del otro pero la vida los vuelve a unir porque el destino existe y los quiere juntos, que se quiten de en medio los móviles, sus apps y los emails.

Una de las tres historias que componen No tocarás, la primera novela de Nuria Pérez, es una historia de amor en la que en mi cabeza –y seguro que en la de la escritora– el papel masculino lo protagoniza John Cusack y que sucede en el precioso Madrid de Las Salesas a finales de los años noventa, en ese momento en el que la catástrofe llamada Internet y los móviles empezaban a entrar poco a poco en nuestra vida.

Pérez eligió ese momento histórico por el bien de la novela –encaja con las otras dos historias de mujeres que ella quiere contar–, pero también porque en aquella década todo sucedía más despacio, la vida, las relaciones, y era el momento en el que un disco o una película podían mantenerse como hito cultural durante varios meses, incluso años, y marcar aún a diferentes generaciones.

Es el caso del Out of Time, el disco de R.E.M. de 1991 que aparece en esta novela que está llena de referencias musicales de esa década, desde Fatboy Slim a las Spice Girls pasando por los Backstreet Boys y Radiohead. Porque todo eso tan distintito era lo que sonaba en el walkman entonces, el aparato al que está enganchada una de las adolescentes del libro.

Viaje cinéfilo y musical

No tocarás es un viaje cinéfilo y musical a los noventa, gustoso para los nostálgicos y los que desearíamos que todo fuera más lento hoy en día. A Marta y a Nacho les unen los perros, los acertijos, un pasado que aún no conocen y el amor por la música y las películas. Antes del amanecer, U2 o Guns’n’ Roses desfilan por esta parte de la novela recordándonos también cómo algunas canciones quedan asociadas indeleblemente a momentos y a personas, tanto que los protagonistas de No tocarás no pueden volver a escucharlas.

Nos ha sucedido esto a todos alguna vez. Hay canciones que amamos profundamente, pero que sin embargo nos duelen y no podemos volver a escucharlas voluntariamente hasta que un día suenan en la radio, en un bar, en una fiesta y te dejan clavada en el lugar, te rindes, vuelves a revivir todo lo que estabas evitando, lo afrontas.

Eso sucede en esta novela con Al vent, de Raimon, y con el You could be mine, de Guns’n’Roses; son minas antipersona que los protagonistas evitan pero que acaban estallando hasta obligarles a la reconstrucción, a enfrentarse al miedo y a la pérdida, que es uno de los grandes temas de esta novela gustosísima, con tintes góticos y misteriosos y que desde que he leído me tiene en bucle escuchando a R.E.M. y reviviendo paseos colgada del walkman por el madrileño parque de la Villa de París.