PERFIL

Patricio Pron, que el destino no le pille

Este autor argentino, afincado en España desde 2008, sigue cultivando una forma peculiar de narrar, donde la literatura enlaza sutilmente con lo sociocultural y lo político

El escritor Patricio Pron, autor de 'El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia'.

El escritor Patricio Pron, autor de 'El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia'. / José Luis Roca

Sostiene Patricio Pron (Rosario, 1975) que él nunca quiso ni eligió ser escritor, sino que al cabo de unos cuantos relatos publicados (el primero con 15 años), fue considerado como tal. Sí decidió que nosería periodista: sabio juicio de un hijo de periodistas en los años más negros de Argentina.

Pron reedita en Anagrama una versión ampliada, corregida y fotográficamente ilustrada, del que quizá sea su título capital: El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia (2011), donde bajo el pretexto de un relato policial nos habla de la memoria y la justicia, la verdad y la compasión en aquel país previo a su nacimiento.

Lo hace regresando al padre y la familia, sin añoranza ni melancolía porque el escritor, que emigró a Alemania después de estudiar Comunicación en la universidad local, huyendo de una realidad que consideró obvia (“tenía 24 años y era una joven promesa literaria”), nunca se ha sentido ni migrante ni exiliado. En Göttingen trabajó como documentalista para poder doctorarse en Filología Románica. Pero también de Alemania marcha porque no está a gusto con lo que escribe, y pone rumbo a España.

Madrid, 2008; aquí empieza a publicar lo que había escrito allí y, sí, parece reconciliarse con su realidad literaria aunque continúa huyendo de cánones y estilos delimitados. Y viaja y aprende que en ruta se escribe de otro modo; y vuelve a Rosario que es ya un no lugar en su imaginario (“el retorno no es posible porque el país que habías dejado y tú mismo ya no sois los que erais”).

Pelea contra la obviedad

Tal vez lo más distintivo y admirable de Pron sea su pelea contra la obviedad y el destino, lo lineal del tiempo que él prefiere en su versión pagana y circular, y de ahí esa forma peculiar de narrar, donde la literatura enlaza sutilmente con lo sociocultural y lo político, como en una columna periodística (a su pesar) larga y de excelente factura.

Traducida la novela a 10 idiomas, publicada en 25 países, en El espíritu de mis padres… el escritor defiende el peronismo. Su revisión no podría ser más oportuna: “Los últimos acontecimientos en Argentina prueban que los países, como las personas desesperadas, también se suicidan –nos cuenta hoy. Y que la pelea por más derechos y más posibilidades para más personas no es algo del pasado ni del futuro, sino del presente. Muestra qué puede sucedernos en España si el nihilismo se impone”.

Escribe para la ocasión echando mano de la técnica del fisking (de nuevo el nuevo periodismo), que en definición de The Guardian sería “la práctica de aniquilar un argumento y esparcir los jirones por los cuatro rincones de Internet”. Tal vez por todo ello se haya dicho de Patricio Pron que es un escritor para escritores.

Ganador de sonados premios como el Juan Rulfo, el Cálamo y el Alfaguara, dos veces finalista del Nacional de la Crítica y señalado en 2010 por Granta como uno de los mejores escritores en español, Pron confiesa lo que tal vez sea el secreto de su buena cocción: sus cuadernos. Lleva todo atado en libretas que escribe a mano (conserva 23 años en libretas), desde apuntes para una novela hasta mandados o cuentas domésticas. Dice que lo hace porque desconfía de su memoria, pero me inclinaría a pensar que responde a su condición de estudioso y su viejo oficio de documentalista. Por cierto, está casado y no tiene hijos pero sí dos gatos, y sigue viviendo en Madrid.

'El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia'

Patricio Pron

Anagrama 

240 páginas

18,90 euros