CRÍTICA

'Los mejores días', de Magalí Etchebarne: anatomía del dolor

En este libro de cuentos, último Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve, la escritora argentina rellena las grietas del sufrimiento con la pasta del humor

La escritora Magalí Etchebarne, autora de 'La vida por delante'.

La escritora Magalí Etchebarne, autora de 'La vida por delante'. / EPE

Ricardo Baixeras

Con cuatro cuentos largos reunidos bajo el título La vida por delante, Magalí Etchebarne (Buenos Aires, 1983) se ha alzado con la octava edición del prestigioso Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve. La escritora argentina es también autora de otro libro de relatos, Los mejores días (2019), y de un poemario, Cómo cocinar un lobo (2023). 

Una de las virtudes de este volumen, quizá la más evidente, reside en el modo en que Etchebarne ha sabido aglutinar las cuatro historias narrando un dolor cotidiano, servicial, tranquilo y espesante que no olvida su lado más humano: el humor. Las grietas negras que el dolor abre en los personajes que habitan estas historias, los conflictos que se desarrollan en torno a la vejez, el trabajo, la muerte y el amor –los cuatro puntos cardinales del libro–, se rellenan con la pasta blanquecina de un humor que no rompe el hielo, sino que lo acaricia en una rabia contenida dibujada aquí con la forma de la libertad. El título quiere dar cuenta de una lectura doble, léase irónica, de lo real.

El segundo elemento que no debería pasar desapercibido es el de los espacios abiertos, desplazados y como en fuga constante en los que se desarrollan cuatro historias que no parecen inventadas y que no bucean en el lado opresivo, ni saturado, ni asfixiante de la vida. Nada parece que haya por delante, sino más bien al contrario. Por contraste, sí es opresivo, y saturado y asfixiante el tiempo interior en el que viven y conviven los personajes, con la válvula salvífica del humor, que aquí todo lo puede.

Guerras

En Piedras que usan las mujeres, el relato gira en torno a la idea de la enfermedad y el envejecimiento, y marca el tempo de todo el libro señalando un leitmotiv recurrente: "La vejez es una guerra", pero no es la única. También es una guerra en este libro el amor, el trabajo, la cotidianidad, los pequeños gestos, el mundo de los objetos, las miradas, las cosas no dichas, los viajes… En Un amor como el nuestro se pone a prueba la amistad en el trabajo en otro desplazamiento descrito con el tinte de unos destinos que van a buscar lo que ya no existe.

En Temporada de cenizas, relato memorable, dos hermanas permanecen unidas al último acto con sentido: arrojar las cenizas de una madre rememorada desde una ternura más allá de la muerte: "La ternura es cara, pero es lo único que puede salvarte; no es el amor. El amor sin ternura te deja sola, es un presente que alguien te envía a la distancia", le había dicho a una de las hijas la madre muerta.

Y el muy notable Casi siempre desesperados indica uno de los mayores contrastes de la obra: una pareja que viaja hacia su muy marcado declive sabiendo la inevitabilidad a la que se apela ("Ahora, ya llevan diez años juntos y él vive perseguido por fuerzas invisibles. Fuerzas que desordenan y lo miran mientras vive. Las garras traviesas de la imperfección que arañan detrás de casi todas las cosas".)

Pues con todo, el más que evidente lado kafkiano de este volumen –el dolor es tragicómico; el mundo, arbitrario– viene marcado por las posibilidades de una escritura tan enérgica como delicada, tan rotunda como sutil volcando la intención no en el conocimiento, sino en el reconocimiento de lo que nos asola y que tiene "su tempo y su potencia, si no se prolonga se ramifica".

'La vida por delante'

Magalí Etchebarne 

Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve

Páginas de Espuma

120 páginas. 16 euros