CRÍTICA

'Paisaje nacional’', de Milanes Rivas: un pueblo de colonización

El autor dedica este libro a un paisaje inventado por el franquismo y a la memoria de su familia

El escritor Millanes Rivas, autor de 'Paisaje nacional'.

El escritor Millanes Rivas, autor de 'Paisaje nacional'. / EPE

Diego Marín Galisteo

Pueblos de colonización. Miradas a un paisaje inventado es una exposición que pudo verse recientemente en el Museo ICO (Madrid) y que ofrecía una retrospectiva sobre esos lugares que el Instituto Nacional de Colonización creó al finalizar la Guerra Civil. Cerca de trescientos pueblos en los que el franquismo desarrolló su política agraria durante la dictadura. Miles de familias llegaron a ellos a través de distintos lotes a los que accedieron tras cumplir una serie de requisitos. Precisamente, a ese paisaje inventado y a la memoria de su propia familia ha dedicado Millanes Rivas (Moraleja, Cáceres, 1994) las páginas de su nueva novela, Paisaje nacional.

El punto de partida es sencillo: un encuentro en un restaurante entre el narrador y María. Explicarle a ella los motivos de la reconstrucción, el porqué de la búsqueda de una historia sobre la que había (una vez más) silencio y espacios indefinidos. Desde ahí, el protagonista cuenta cómo se produjo el doble viaje: por un lado, a El Álamo, uno de esos pueblos de colonización: "También volví a escribir el nombre del pueblo en el buscador, a localizarlo en el mapa, a asegurarme de que seguía existiendo"; por el otro, un recorrido a través de las escasas palabras del relato familiar y entre los archivos que le ayudaron a documentar lo ocurrido, en los que hubo que detenerse con la misma dedicación con la que luego se comparten los hechos.

En aquel viaje a El Álamo entra lo fantástico, que ocupa las escenas con elegancia y naturalidad estilística: la "presencia" del bisabuelo del narrador, que desapareció en 1936 y que se manifiesta para convocar a las hijas de su hija, las tres tías del protagonista a las que este deberá convencer para regresar al pueblo y rearmar las biografías rotas desde entonces.

El estilo, fuerte de la novela

El mencionado estilo es uno de los fuertes de esta novela. Millanes Rivas nos habla de represión, de compromiso político y de memoria de una manera muy particular, sin pausa, porque toda la novela es un gran párrafo que se divide en tres tiempos: 2024, 1963 y 1937. Con las voces que se entrelazan y con una apuesta formal en unos diálogos que buscan a lectores comprometidos: "Yo: no, no tenemos ninguna experiencia previa. La Vidente: de acuerdo / pero seguía con ellas únicamente / lo de hoy es un poco especial, normalmente es la persona que está aquí la que va en busca de la persona que está allí, pero hoy vosotras habéis venido porque os buscan, y eso, de alguna manera os pone en una situación de privilegio".

Para abordar el trauma y el silencio, el narrador recurre a un ritmo narrativo en cascada que apenas permite un respiro. El autor extremeño arriesga continuamente y el resultado es tan extraño como interesante. En ese proceso de escritura, la investigación ocupó un lugar importante hasta el punto de añadir, en la propia novela, un apéndice titulado Archivo, en el que detalla los documentos (y el modo de manejarlos) con los que el protagonista trabajó en el Archivo General Militar del Acuartelamiento Infante Don Juan: "Eso es lo que hago, huele a cirugía ahora. El olor, la luz blanca, la meticulosidad de cada movimiento, todo vuelve a este lugar una sala de despiece".

Para tratar de recomponer todo ese pasado de luchas por la posesión justa de las parcelas, de crímenes y de procedimientos oscuros, la presencia de las tres tías será también determinante en la cuestión de la herencia material y sentimental: "Todo esto es lo que yo ya sabía y lo que te he contado hasta ahora. Lo que yo no conocía entonces, ese momento ahí frente a la pared del motel y la fotografía del pueblo nuevo recién construido, es la historia que había en esas cicatrices y rasguños que parece tener la tierra".

Una mirada, la de Millanes Rivas, que aporta frescura a acontecimientos que, aunque lejanos en el tiempo, siguen teniendo vigencia. Paisaje nacional es su segunda novela, tras la publicación en 2021 de Tan jóvenes y la pena, en la que contaba "una historia rabiosamente moderna con los modos de la narrativa más tradicional". Formado en Comunicación Audiovisual y en Estudios Teatrales, también es integrante del grupo Campamento Chippewa.

‘Paisaje nacional’

Millanes Rivas

Alianza Editorial

240 páginas

18,50 euros