CRÍTICA

'Cuando llegue la mañana', de Juan Madrid: vuelve Toni Romano

En su nueva novela, el escritor malagueño recupera a su detective talismán, un "poli rojo" de "cáscara amarga"

El escritor Juan Madrid, autor de 'Cuando llegue la mañana'.

El escritor Juan Madrid, autor de 'Cuando llegue la mañana'. / Germán Caballero

Alejandro M. Gallo

Todo escritor de novela negra privilegia un escenario por el que pululan sus personajes. Eso le permite ascender de lo local a lo global, ya que en cualquier porción de terreno del mundo, por pequeña que sea, se dan las mismas contradicciones sociales y humanas, haciendo realidad aquel dicho de Leonardo Sciascia: "Sicilia es el mundo". De esta forma, Venecia es la tierra de Donna Leon; Sicilia, la de Andrea Camilleri y Leonardo Sciascia; Atenas es de Petros Márkaris; Barcelona no se entiende sin Manuel Vázquez Montalbán ; Marsella es la cuna de Jean-Claude Izzo; Los Ángeles le pertenece a James Ellroy…

En el caso de Madrid, concretamente Malasaña, es el hábitat preferido de Juan Madrid (Málaga, 1947), un referente de la novela negra, social y urbana europea, que ha sido traducido a catorce idiomas y ha recibido los prestigiosos premios Fernando Quiñones (2012) y Pepe Carvalho (2020) por "el compromiso literario, político y ético".

A lo largo de su carrera, Juan Madrid ha escrito novela infantil, guiones de cine y televisión, reportajes, ensayos y novela negra y social. Algunas de sus obras se han llevado al cine, véase Días contados, dirigida por Imanol Uribe. Ha creado carismáticos personajes, como el detective Toni Romano, que apareció hace más de cuatro décadas en Un beso de amigo (1980). Luego vendría el inspector Manuel Flores, el primer protagonista gitano de la novela policiaca española en Brigada central, serie de televisión (1989/1990) y también saga con catorce títulos. Años más tarde creó a Juan Delforo, periodista y escritor, cuyos recuerdos e investigaciones se volcaron en Perros que duermen (2017), una extraordinaria recreación de la Guerra Civil y de la posguerra española.

Cuando llegue la mañana está protagonizado por su detective talismán, Toni Romano, ya en la tercera edad y alejado de las investigaciones. Su nombre verdadero era Antonio Carpintero y era hijo de un limpiabotas, que se introdujo en el boxeo para escapar del destino de los jóvenes de su barrio y adoptó el nombre de Toni Romano sobre el cuadrilátero. Cuando llegó a profesional, le propusieron entrar en la Policía, cosa que aceptó y estuvo veinte años, hasta que lo dejó en 1977, tal vez harto de no poder detener a los ladrones de cuello blanco entremezclados con políticos corruptos.

Una ciudad canalla

En la primera novela de la serie lo vimos ya fuera de la Policía, trabajando en Draper, una agencia de cobro de impagados, donde investiga la desaparición del socio de un promotor inmobiliario. En el resto de las novelas, investiga y realiza diferentes trabajos para sobrevivir, como vigilante en discotecas cercanas a Montera. Sus aventuras se desarrollarán en el centro de Madrid, principalmente en Malasaña, donde nos muestra la ciudad canalla, con bares cutres y salas de fiestas peligrosas. Es un detective clásico, que recorre el asfalto en busca de la verdad y las mujeres le van dejando, hartas de un aventurero que solo les demuestra su amor cuando lo dejan.

En esta novela, nos presenta a un Toni Romano lleno de recuerdos y antiguos amigos de su paso por el ring: "Exboxeadores de mierda que no hemos llegado a nada" (p. 75). Además, su mente recreará casos amargos que conoció, principalmente en la Transición, cuando era un "poli rojo", de "cáscara amarga", como los llamaban entonces. Aunque él ya no ejerce de detective, su viejo amigo Juan Delforo le aconseja que investigue el caso de un bebé desaparecido, cuya madre se había suicidado en extrañas circunstancias. Como Toni Romano ya se ha jubilado, traspasa el caso a su hijo Silverio, que trabaja en la Agencia Cosmos con su socio Gerardo Draper.

Las páginas de este último trabajo recrean combates de los personajes de Juan Madrid en otras obras, como el inframundo de la "policía patriótica". Además, recuerda dos obras literarias que le fascinan. La primera, Caballería roja, de Isaak Bábel, ya citada en Adiós, princesa (2008), sobre la que Madrid se deleita con su prosa, como una obra maestra de la literatura, y de su autor, un experto de los silencios. Otra será La CIA y la guerra fría cultural, de Frances Stonor Saunders, donde nos ilustra sobre cómo la cultura mundial fue pagada con fondos del Pentágono y validaron aquello de "quien paga al músico, elige las canciones" (p. 110).

'Cuando llegue la mañana'

Juan Madrid  

Alianza Editorial

198 páginas

14,50 euros