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Javier Sánchez Zapatero, profesor de la Universidad de Salamanca: "El congreso de novela negra fue un soplo de aire fresco en la universidad"

En 2004, siendo alumno, creó junto a su colega Àlex Martín Escribà el Congreso de Novela y Cine Negro que acaba de echar el cierre tras 20 años de un trabajo ingente

Javier Sánchez Zapatero, profesor de la Universidad de Salamanca.

Javier Sánchez Zapatero, profesor de la Universidad de Salamanca. / EPE

Rafael Vallbona

Javier Javier Sánchez Zapatero sonríe cuando le nombro heredero de Fray Luis de León y de Víctor García de la Concha. Nacido en Salamanca en 1979, se licenció en Periodismo porque le gustaba escribir y después en Filología porque le gustaba más leer.

En 2009 obtuvo el premio extraordinario de doctorado, desde 2005 trabaja en la universidad en la que estudió y en 2004, siendo alumno, creó junto a su colega y hoy compañero de despacho Àlex Martín Escribà el Congreso de Novela y Cine Negro que acaba de echar el cierre tras 20 años de un trabajo ingente, un éxito que pocos auguraban y el triunfo de introducir los estudios de novela negra en la universidad, inédito en España.

"Éramos dos colegas que al salir de clase íbamos a tomar cerveza y hablábamos de cosas que nos interesaban. Una de las que nos gustaba más era la novela negra y hablábamos de esos libros de los que nadie nos hablaba en clase. Así surgió la idea del congreso, pensando en que, ya que la universidad no tenía espacio donde acoger este género, lo haríamos nosotros. El primero superó las expectativas, acudieron muchos estudiantes, vinieron Lorenzo Silva, Romà Gubern y Alicia Giménez Bartlett. Se percibió como un soplo de aire fresco en la universidad y continuamos. Y al final han sido 20 años", apostilla como quien cuenta una anécdota este hombre tranquilo.

"Hemos llegado al final del ciclo. Ha habido trabajo, implicación, suerte, cierta inconsciencia... y ha salido bien. Es mejor poner el punto final a que la vida te lo ponga a ti". Pero a estos Quijote y Sancho del crimen, de punto final nada. Tienen cuerda para años, si los 80 estudiantes del curso de novela negra les dejan tiempo, claro.