REPORTAJE

El fenómeno de los libros de enigmas y los cuadernos de verano

Con la llegada del verano, las librerías se llenan de títulos que proponen a los lectores adultos juegos, enigmas y misterios para poner a prueba su inteligencia y capacidad de deducción

Greg T. Karber, autor de la serie 'Murdle' de libros de misterio y acertijos sobre asesinatos.

Greg T. Karber, autor de la serie 'Murdle' de libros de misterio y acertijos sobre asesinatos. / Annie Lesser

El sector editorial es uno de los más creativos, versátiles e innovadores de las llamadas industrias culturales. Si bien su producto estrella apenas ha sufrido modificaciones en los últimos quinientos años, a lo largo de todo este tiempo ha sabido incorporar numerosas mejoras que abarcan desde las técnicas de impresión, a los nuevos soportes como el libro digital, sin olvidar los nuevos medios como el audiolibro que, en el fondo, es tan antiguo como la tradición oral.

Unos avances que siempre han tenido en cuenta los gustos del público, sus intereses, las modas y los cambios generacionales. Ejemplo de ello es la proliferación de títulos escritos por tuiteros, youtubers o instagramers destinados al público más joven, o el éxito de los libros de enigmas pensados para esos adultos que crecieron con los cuadernos de Vacaciones Santillana, Las aventuras de los detectives del faro de Klaus Bliesener o el mítico Las aventuras de la mano negra del autor alemán Hans Jürgen Press.

 En 2012, el escritor Miqui Otero publicó en Blackie Books La cápsula del tiempo, un libro con una estructura semejante a la colección Elige tu propia aventura, en el que el autor de Orquesta (Alfaguara, 2024) proponía al lector elegir entre treinta y siete finales diferentes. Unos años después, el escritor Modesto García y el ilustrador Javier de Castro iniciaron en Plaza y Janés la serie Crímenes ilustrados, que ponía a prueba la inteligencia y capacidad de deducción de los lectores, y en 2020 Raquel Piñeiro y Beatriz Lozano publicaron en GeoPlaneta Cuaderno de actividades para mentes viajeras, tributo a los viajes disfrutados y por disfrutar que, en 2024, ha llegado ya a su cuarta entrega.

Lejos de agotarse la propuesta, uno de los lanzamientos estrella de este verano es Murdle: Resuelve el crimen (Temas de hoy, 2024), del escritor estadounidense G. T. Karber, cuya edición española viene avalada por más de tres millones de ejemplares vendidos en una treintena de países.

"El éxito de Murdle es algo demasiado grande como para poderlo haber imaginado de antemano. Sí es cierto que esperaba que un pequeño grupo de lectores disfrutara mucho del libro, pero nunca me planteé que se pudiera convertir en un fenómeno internacional", reconoce a través del correo electrónico G. T. Karber, que escribió el primer volumen de la serie para un amigo mientras procrastinaba otro proyecto editorial: "Lo hice en una servilleta y le envié una foto. Le gustó mucho, ¡así que seguí haciendo más!".

Más Colombo que Alicia, más thriller que sudoku

Hijo de un juez y una abogada, Karber obtuvo un graduado summa cum laude en matemáticas y literatura inglesa, disciplinas que están más relacionadas de lo que parece con los enigmas y los juegos de ingenio. Lewis Carroll, por ejemplo, fue profesor de matemáticas en Oxford y su Alicia en el país de las maravillas está repleto de juegos de palabras y problemas de lógica. "Aunque actué en una producción de Alicia en el país de las maravillas cuando estaba en cuarto de primaria y he estudiado la obra de Lewis Carroll, no puedo atribuirle el mérito de Murdle. Mi mayor fuente de inspiración es el difunto Martin Gardner, un gran maestro estadounidense de los rompecabezas que, todo sea dicho, también era considerado una de las mayores autoridades en Carroll. En cuanto a los misterios, mi mayor inspiración fueron Agatha Christie y Colombo, por su gran habilidad para hacer que los asesinatos resulten encantadores", comenta Karber que, con todos esos ingredientes, ha sabido crear un producto original que, sin ser una novela de género negro, trasciende el mero cuaderno de pasatiempos.

Uno de los lanzamientos estrella de este verano es 'Murdle: Resuelve el crimen', del escritor estadounidense G. T. Karber, cuya edición española viene avalada por más de tres millones de ejemplares vendidos en una treintena de países

"Creo que el mayor acierto de Murdle es que tiene una historia, que 'se lee' —reflexiona Karber—. Cuando resuelves un crucigrama o un sudoku, en el fondo sólo estás rellenando casillas. Con un Murdle, sin embargo, ¡estás resolviendo un asesinato! Además hay una historia y un misterio más complejo que conecta todos los acertijos del libro, lo que proporciona una experiencia más envolvente, más excitante y más emocionante".

Portada del libro 'Murdle'.

Portada del libro 'Murdle'. / EPE

El éxito de la propuesta de Karber ha hecho que, en los próximos meses, Murdle se convierta en juego de mesa, en una serie de rompecabezas y hasta en un programa de televisión. "Mi intención es seguir escribiendo murdles mientras la gente siga resolviéndolos", avanza el autor, que mantiene contacto fluido con sus lectores a través de la web www.murdle.com. "La gente me escribe correos electrónicos constantemente. Aunque no puedo responder a todos, sí que los leo porque atender a lo que dice la gente me ha sido de gran ayuda. El Club de Detectives de murdle.com nunca ha tenido reparos en decirme lo que no les ha gustado, del mismo modo que me han apoyado y animado enormemente. Algo que, por un lado me da mucha confianza y, por otro, me obliga a hacerlo lo mejor posible para no defraudarles".

Fondo y forma

Además de los enigmas que plantea, otro de los atractivos del proyecto de G. T. Karber ha sido dotar al conjunto de una estética reconocible que contribuye a atraer y fidelizar a los lectores. Un acierto que Murdles comparte con los Cuadernos de actividades de Blackie Books, un proyecto realizado por el escritor Daniel López Valle que no se entendería sin las ilustraciones de Cristóbal Fortúnez. "Cuando Jan Martí estaba montando la editorial, buscó gente con la que poder hacer cosas. A través de Miqui Otero, que es muy amigo mío, me llamó y, una noche lluviosa en la que había un partido de Champions espantoso del Barça, quedamos. Empezamos a hablar de tonterías y llegamos a la idea de que estaría bien hacer un libro que estuviera tan lleno de curiosidades que pudieras meter la cabeza en él y no la sacases durante horas", recuerda a través del teléfono Daniel López Valle que, al empezar a darle vueltas a la idea, se dio cuenta de que ese libro no podía limitarse a ser un compendio de curiosidades, sino que debía ser un producto interactivo.

"Ahí surgió la idea de recuperar los cuadernos de verano que hacíamos cuando éramos pequeños, pero eliminado el elemento traumático de hacerlo por obligación, animando a la gente a que lo hiciera simplemente por pasarlo bien y, lo más importante, sin miedo al fallo". Con esa idea en mente, López Valle comenzó a pulir el proyecto, al que se incorporó el ilustrador Cristóbal Fortúnez y, en el verano de 2012, apareció el primer volumen de Cuadernos.

Daniel López Valle, creador de los 'Cuadernos' de Blackie Books, ha conseguido desarrollar una exitosa fórmula que mezcla cultura popular, cultura académica, deporte y noticias del corazón

"Cuando se publicó dijimos: 'Bueno, pues ya está, ya lo hemos hecho'. Pensábamos que lo comprarían mi madre, mi hermana y poco más, pero este año ya ha aparecido el volumen número 13", confiesa López Valle, al que este éxito no ha hecho más que aumentar su sensación de responsabilidad: "Personalmente, me provoca mucho respeto que alguien vaya a dejarse doce euros en un libro como este. Por eso tengo muy claro que las ideas y las ocurrencias que tenemos Cristóbal y yo no pueden ser solo eso. Somos conscientes de que hay gente al otro lado a la que hay que darle algo que vaya más allá de la simple manifestación de una voluntad estética. Por eso, cuando hago un ejercicio nuevo, se lo enseño a mi novia o a otras personas para ver su reacción porque, cosas que a lo mejor a ti te parecen ideas increíblemente graciosas o interesantes, tan solo viéndoles la cara te das cuenta de que pueden no serlo tanto", explica López Valle que, gracias a esa filosofía, ha conseguido desarrollar una exitosa fórmula que mezcla cultura popular, cultura académica, deporte y noticias del corazón.

Algunos de los últimos 'Cuadernos de vacaciones' de Blackie Books.

Algunos de los últimos 'Cuadernos de vacaciones' de Blackie Books. / EPE

"Hay una frase de Chesterton que me gusta mucho que dice que lo contrario de lo divertido es lo aburrido, no lo serio. Hay veces que hemos metido en la misma página a la Divina Comedia y a Sonia y Selena, porque no entiendo que no se pueda hacer una publicación en la que se hable de Shakespeare y también de Paquirrín", defiende López Valle, cuya natural curiosidad resulta imprescindible para poder sacar adelante un proyecto como este sin que se agoten las ideas. "Aunque los referentes culturales están más o menos estáticos desde hace décadas, sigue habiendo cosas nuevas. Por ejemplo, Rosalía no existía hace cinco años y tampoco existía Bad Bunny hace siete. Un día, por ejemplo, me enteré de que el sol era afrodisiaco y me pareció tan curioso que quise contarlo a través de un ejercicio en el que se preguntaba qué cosas eran o no afrodisiacas", comenta López Valle, que también escribe una versión de los cuadernos para niños, una edición navideña y coordina una versión pensada para lectores senior.

No entiendo que no se pueda hacer una publicación en la que se hable de Shakespeare y también de Paquirrín

Daniel López Valle

— Creador de los 'Cuadernos de actividades' de Blackie Books

"A la hora de hacer el Cuaderno kids, me fijo mucho en qué les gusta a mis sobrinos o a los hijos de mis amigos. Incluso cuando paso por colegios, me fijo en cuáles son las mochilas que llevan y, aunque siempre hay cosas nuevas, en otras ocasiones te das cuenta de que lo que les gusta son cosas como Mario Bros., Spiderman, Toy Story o Frozen que tienen ya 10, 15 o más años. Luego, en el caso del libro de Navidad, es cierto que los ejercicios tratan de temas relacionadas con esa época del año y son más de interior, más caseros que los de verano, en el que hay ejercicios pensados para que la gente los haga en la playa con los amigos o tomando unas cañas en una terraza", explica Daniel López Valle, quien, justo cuando sus lectores acaban de resolver sus pasatiempos, comienza a trabajar junto a Fortúnez en los del año siguiente. "Para poder corregirlo y enviarlo a imprenta, el nuevo cuaderno tiene que estar hecho como muy tarde en abril. Por eso, aunque empezamos a trabajar en él en septiembre, lo cierto es que estamos durante todo el año pensando y apuntando ideas, porque una cosa que he aprendido en todo este tiempo es que las ideas que se te olvidan no vuelven".