Opinión | MIRADAS

Guías y libros para viajar

Unas te pueden llevar a lugares misteriosos; otros te tocan la fibra mientras los lees, incluso en el sillón de casa

El escritor, periodista y viajero estadounidense Robert D. Kaplan.

El escritor, periodista y viajero estadounidense Robert D. Kaplan. / EPE

¿Por qué junto en un mismo artículo las guías de viaje y algunos libros para viajar? Porque, en cierta manera, son complementarios. Sobre todo antes de elegir el pueblo, ciudad o país al que queremos viajar en nuestras vacaciones de verano.

Las guías de viaje en papel –no incluyo e-books– facturan al año algo más de cinco millones de euros. Una cifra nada desdeñable teniendo en cuenta que eso es lo que pueden facturar al año 15 o 20 editoriales pequeñas. Cinco millones de euros son muchos libros. Esta cantidad se reparte de la siguiente manera: el 44%, para el líder del mercado, Geoplaneta, las Lonely Planet de toda la vida, pero muy actualizadas y con un abanico amplísimo de destinos; el 20%, para Anaya Touring, que ha cambiado portadas y se ha abierto a nuevos formatos y destinos; en tercer lugar y subiendo, sorpresa, las de DK Eyewitness Travel, con casi el 16%, guías complejas de actualizar –Random House se aplica a ello–. Todas ellas están profusa y elegantemente ilustradas e impresas en papel couché –lo que hace más cara su reimpresión y actualización–, aunque no estamos por detrás de ningún país europeo. 

El 20% restante se reparte entre multitud de guías, Laertes Editores y varias editoriales que publican obras sueltas. Quiero recordar también que han reaparecido las famosas guías de National Geographic, excelentemente impresas, con mapas desplegables y profusión de imágenes. No tengo datos fiables, pero hay que tenerlas en cuenta.

Si me preguntan por cuáles me inclinaría –por suerte he viajado mucho y a destinos de todo el mundo–, les diré que viajo siempre con dos. Una para mi pareja y otra para mí. Lo que no está en una lo encuentras en la otra. Hay que decir, eso sí, que tampoco son la Biblia. A veces te llevan a lugares inhóspitos y misteriosos, lugares a los que sin alguna imprecisión o no actualización nunca habrías llegado. Pero viajar también es eso, ¿verdad? La experiencia me dice que hay que viajar con las tres o cuatro que más nos llamen la atención, luego la experiencia de cada cual inclinará la balanza hacia unas u otras.

En cuanto a los libros de viajes, escritos por viajeros eminentes o por periodistas avezados que nos describen su viaje, son mejores que una novela de misterio. Los devoras. Algunos títulos me han tocado la fibra mientras los leía, viajando en avión, en tren o en autobús, o sentado en el sillón de casa. Como no quiero priorizar, nombraré primero uno de ellos: Viaje a los confines de la Tierra, de Robert D. Kaplan. No lo pude soltar, y no es corto. Todos los que nombro a continuación son excelentes, pueden interesar más o menos, pero no pretendo establecer ningún orden.

Disfruté mucho de Un buen partido, de Vikram Seth, y de India, de V. S. Naipaul. La India es un escenario fabuloso. Como fabuloso es Polo Sur, el relato que Roald Amundsen escribió sobre la expedición noruega a la Antártida en 1912. Otro de mis favoritos es Los siete pilares de la sabiduría, de T. E. Lawrence de Arabia. 

Un libro que he leído recientemente y he admirado es Mi cuaderno morado. El viaje más largo, de la recientemente fallecida y conocida viajera Ana M. Briongos. Es un libro que recomiendo desde hace un tiempo porque me pareció repleto de anécdotas y recuerdos de un mundo que ya se fue.

Hay más y muy interesantes y divertidos, pero estos son los que he escogido. El próximo año podré volver con este apasionante tema y ponerles al día e incluir otros maravillosos. Como el Libro de las maravillas del mundo, de Marco Polo.