CRÍTICA

'La estrella más hermosa', de Yukio Mishima: una familia estelar

Se publica en castellano una de las mejores novelas del autor japonés, y por la que sentía una debilidad especial

El escritor japonés Yukio Mishima, autor de 'La estrella más hermosa'.

El escritor japonés Yukio Mishima, autor de 'La estrella más hermosa'. / EPE

Diego Marín Galisteo

Los Ōsugi escribe una carta a Nikita Jruschov que comienza así: "Estimado Primer Secretario de la Unión Soviética, señor Jruschov: El motivo de esta misiva guarda relación directa con la noticia conocida recientemente del ensayo nuclear llevado a cabo por su país de una bomba de cincuenta megatones, lo cual nos ha causado una profunda preocupación. Vivimos en el Lejano Oriente, en Japón en concreto, y nuestra preocupación se ha incrementado todavía más después de leer en el periódico que tras el ensayo la lluvia portaba ya un nivel de radiación peligroso para la salud humana". Esta preocupación podría entenderse, sin más explicaciones, en el marco de una época concreta y de una familia alarmada por el futuro de la humanidad.

Más allá de esa apariencia, nos encontramos con los miembros de esa familia: Jūichirō, el padre; Iyoko, la madre; Kazuo, el hijo, y Akiko, la hija. Una familia común hasta el momento en el que, casi al inicio de La estrella más hermosa, tras un hermoso párrafo cargado de lirismo con el firmamento como telón de fondo, su autor, Yukio Mishima (Tokio, 1925-1970), comienza a revelar el origen de cada uno de ellos: Marte, Júpiter, Mercurio y Venus.

En el transcurso de la Guerra Fría, Jūichirō encabeza esa lucha por la paz mundial, pero comprueba cómo el resto de su familia se ve inmersa en otras preocupaciones cotidianas que diluyen sus vidas en frentes más mundanos. En esa otra lucha fría, las garantías familiares están constantemente sometidas a pruebas y enfrentamientos en los que las estrategias discursivas se van sucediendo para posicionar a cada miembro en un rol más generacional, propio de su condición como habitante de nuestro planeta.

Son realmente interesantes cada una de las conversaciones familiares sobre cuestiones que ponen en tela de juicio conceptos humanos, como el de la casualidad: "Es una palabra inventada por los humanos para maquillar su ignorancia, para darle a las cosas un aspecto más presentable". Y en el camino de esta historia aparecen los opuestos, que tratan de desvirtuar e impedir el propósito de Jūichirō.

Carga de profundidad

Es entonces cuando se acentúa la carga de profundidad para presentar un debate entre esas posturas, la de quien lucha por salvar a la humanidad y la de quienes ven en esta un obstáculo, con planteamientos como este: "Es la sociedad menos natural de toda la historia. Solo con un pequeño esfuerzo de la imaginación cualquiera será capaz de comprender qué clase de impulso puede llevar a alguien a cometer actos inesperados. Una forma de describir el sufrimiento humano en nuestros días es, precisamente, el sufrimiento provocado por todas esas muertes sin sentido causadas por una versión superficial, aterradora y universal del mal".

Mishima se acercó a la ciencia ficción con esta novela de 1962 por la que sentía una debilidad especial dentro de su creación literaria y a la que consideraba una de sus mejores obras. Lo hizo, además, de una manera muy peculiar, sin recrearse en las virtudes del género, con una perspectiva extraterrestre preocupada (sin más) por el devenir de la Tierra. No deja de ser llamativo si revisamos su biografía, en la que destaca (sin entrar en su amplia producción literaria) la creación de la Sociedad del Escudo, una milicia privada formada con el fin de restaurar el poder del emperador, que tras el fracaso de una de sus operaciones llevó al mismo Mishima al harakiri.

En el debate citado, curiosamente, se señala: "Los humanos padecen tres enfermedades fatales. Mejor dicho, tres defectos fatales. Uno es la ansiedad por las cosas, lo que los alemanes conocen como sorge. Otro es el interés por ellos mismos y el último, el interés por Dios. Si la humanidad pudiera librarse de esos tres defectos tal vez se libraría de la extinción, pero desde mi punto de vista son incurables". Ya sea desde una perspectiva cósmica o desde una que pueda dejar entrever las inquietudes y obsesiones del autor, tenemos por primera vez la oportunidad de acercarnos a esta novela (inédita hasta ahora en España) con traducción del japonés de Fernando Cordobés y Yoko Ogihara.

'La estrella más hermosa'

Yukio Mishima

Traducción de Fernando Cordobés y Yoko Ogihara

Alianza

304 páginas

19,95 euros