ALTA FIDELIDAD

Leyendo las canciones de Sr. Chinarro

Cuando escribe, Antonio Luque está pidiendo que lo bueno permanezca, que pensemos en las tonterías que hacemos a veces

Antonio Luque, conocido artísticamente como Sr. Chinarro.

Antonio Luque, conocido artísticamente como Sr. Chinarro. / EPE

Laura Barrachina

Laura Barrachina

De leer me gusta mucho reírme en alto sola. No es una carcajada, no dura mucho, es literalmente un je como los que escribimos en los wasaps, un levantar la ceja, emitir un ruidito gutural y esbozar sonrisa. Le daría el Premio Nobel a algunos escritores solo por conseguir eso. Los imagino frente a sus teclados cuando les sale un girito así haciendo exactamente el mismo gesto que yo al leerlo, salvo que ellos después se asustan por si solamente se ríen ellos.

Ese mismo proceso, emitir el je en voz alta, me pasa cuando escucho a Antonio Luque, el músico sevillano que hace casi veinte discos se esconde tras el nombre de Sr. Chinarro. Debería borrar lo de que se esconde porque el tipo se muestra mucho. Hace unos meses publicó su decimonoveno disco, Cal viva. Cuando en 2022 publicó el anterior, Reality show, pensó que a partir de ahora iba a intentar dejar la primera persona, contar las historias de los demás, pero no terminó de funcionar. Lo agradezco, me gusta cantar en primera persona y, además, es que comparto la mirada vitriólica de Chinarro, así que puedo hacer mías sus letras.

Aunque Antonio Luque se siente a veces como un jubilado, y por sus letras podríamos llamarle misántropo, a sus 52 años yo lo considero un resistente y con bastante más amor por la humanidad de lo que podría parecer. Tengo la sensación de que, en realidad, cuando Antonio escribe está pidiendo que lo bueno permanezca, que nos paremos un poquito y pensemos en las tonterías enormes que hacemos a veces las personas, como poner en la playa música horrible en los altavoces bluetooth, el amor o el fascismo.

Escuchando Cal viva se demuestra lo que digo, canciones sobre esta España mía, esta España tuya, esta España nuestra de ayer y de hoy, como en la canción Carlos Haya, sobre el famoso aviador del bando nacional, el Capitán Haya, que murió al estrellar su avioneta contra otra republicana durante la Batalla de Teruel, aunque Sr. Chinarro está hablando de cómo aún no hemos conseguido acabar con las guerras, pero se intenta con su memoria.

Y todo esto con aires a veces soul, funk, un conjunto irónico, hermoso, como en la canción que abre el disco, Exvoto, que pretende ser un canto contra el amor. Con su voz grave, Luque le pide a Cupido que se vaya al billar y no le dispare ya más flechas, que a estas alturas quiere que le deje un poquito en paz, y lo canta rodeado de vientos y teclados en un tiempo lento que es decadente y alegre a la vez (porque al terminar el músico dice que en fin, que Cupido haga lo que tenga que hacer).

Las letras de Chinarro son pequeños cuentos y, del mismo modo que los lectores completamos los libros, en Exvoto yo visualizo a Chinarro en esmoquin junto a su banda cantándola en un chiringuito de playa algo pomposo, de esos que dan cena y espectáculo, y algunos señores bailan esta canción sin atender ni entender la letra, haciéndose arrumacos, que para eso están de vacaciones en el mar.