Opinión | OPINIÓN

El legado y el vacío que deja Rosa Regàs

Se marchó de forma plácida, decidida, pero con la sensación de que todavía tenía mucho que decir

Rosa Regàs, fotografiada en su casa de Llofriu.

Rosa Regàs, fotografiada en su casa de Llofriu. / EP

La muerte de Rosa Regàs le ha hecho daño a este equipo. Tiene que ver con que su rostro iba a ser la portada de ABRIL la misma semana de su fallecimiento, pero también por su forma de marcharse: plácida, decidida, pero con la sensación de que todavía tenía mucho que decir.

Su hijo Loris Omedes, que iba a acompañarla durante la charla, nos había alertado. De hecho, tuvimos que posponerla a principios de julio. No pudo ser. Como reza el epígrafe del libro: "Tiempo no hay nunca, pero lo que hay que hacer, hay que hacer", firmado a Mohamed, el hombre que "hizo crecer durante 26 años" su casa de Llofriu.

Volvió a la actualidad con el libro El legado (Navona, 2024). Se trata de un relato autobiográfico cuya edición corrió a cargo de la periodista Lídia Penelo, y donde planea por una vida apasionante. Será necesaria una gran biografía, aunque ella dejó unos cuantos libros con referencias a su vida. Y no será fácil.

Es lo interesante de las mujeres que no solo se dice de ellas que fueron libres, sino que lo fueron de verdad. Escribe Regàs: "Hablamos poco de lo que sucede, creemos solo lo que oímos; hemos olvidado que, comentando un tema o un hecho, profundizamos en él y en nuestra mente".

Eso nos devuelve a la cuestión de la libertad. Ser libre significa decir aquello que piensas, aunque sea contrario a quienes dicen que eres libre. Parece un juego de palabras. Así, el libro citado no deja en buen lugar a los que pertenecieron a la gauche divine, una de ellas la propia Rosa Regàs.

Me lleva a recordar una conversación con Eugenio Trías sobre el tema, en un momento en el que estuve a punto de escribir una historia sobre esa generación. "No te creas nada. Todos nos caemos mal. Por amores robados o deudas impagadas". Rosa Regàs tampoco deja bien al movimiento, "que nunca lo fue". Cito nuevamente a Eugenio Trías. Y así se van todos dejándonos huérfanos, pero con memoria.