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El gigante chino CTG, atento a todo en España

El principal accionista del grupo portugués EDP seguirá comprando plantas de renovables en España y no descarta participar en una gran operación. 

CTG irrumpió en Europa en 2011 con la entrada en el capital de la eléctrica portuguesa EDP

CTG irrumpió en Europa en 2011 con la entrada en el capital de la eléctrica portuguesa EDP

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El 14 de diciembre de 2022, la Universidad de Salamanca cerraba un acuerdo con la empresa energética china CTG, en que esta subvencionaría becas a estudiantes españoles para estudiar en aquel país. Dos días después, CTG anunciaba en un acto en Alcalá de Henares, con la presencia de la ministra de Sanidad Carolina Darias, su participación en un acto contra la pobreza infantil. Sus caras visibles en ambos actos sociales habían sido su CEO en Europa, Ignacio Herrero, y su vicepresidente, Tang Yuanjie.

Desde su desembarco en España en 2020, CTG ha ido incrementando sigilosamente su presencia en el mercado energético español con la compra de distintos activos en energía fotovoltaica y eólica, ya en marcha o en proceso de construcción. La cifra actual de la potencia en manos de CTG suma 2.000 megavatios (2 gigas) y quiere seguir creciendo. En el inmediato horizonte, la compra, parcial o total, de Enerfin, filial de renovables de Elecnor, con cerca de 1.800 megavatios instalados, principalmente en España y Brasil.

El nombre de CTG ha ido adquiriendo peso en los mapas de ruta del sector y en las quinielas de los bancos de inversión que buscan acomodar intereses y operaciones en plena transformación del negocio energético y accionarial. La empresa estatal china, que responde al nombre del reconocido y discutido proyecto de la presa de las Tres Gargantas (Three Gorges) irrumpió en Europa en 2011 con la entrada en el capital de la eléctrica portuguesa EDP, donde hoy controla un 20,86%. En España EDP, que compró Hidrocantábrico y Viesgo, centra su mercado especialmente en Asturias y Cantabria. En 2019, fracasó la OPA de CTG por hacerse con el control de EDP por la oposición interna, aunque decidió mantener el capital de la lusa, cuya capitalización de mercado es de 15.700 millones. Indirectamente, CTG tiene un 49% de su filial de renovables, EDPR. En Europa participan además en Alemania, Reino Unido y Grecia.

"EDP puede ser un factor determinante en cualquier movimiento accionarial que se produzca en una de las grandes eléctricas españolas", afirman en el sector. ¿Hay una prioridad? La respuesta: Naturgy. Iberdrola es intocable y ya tiene al fondo soberano de Qatar como primer accionista, mientras que Endesa está en manos de las decisiones del Gobierno italiano, que controla Enel, principal accionista de la española. Repsol, con un accionariado más diversificado, no entra en las apuestas por su peso petrolífero aun a pesar de sus recientes compras en el sector de las comercializadoras energéticas. 

En el caso de Naturgy, las participaciones de los fondos de inversión especulativos CVC, en sociedad con el grupo financiero Alba, y de GIP en la energética española pueden empezar a tener los meses contados. Más, cuando el fondo de infraestructuras australiano IMF ha mostrado esta semana en una convención en Madrid, su apuesta por la empresa presidida por Francisco Reynés. Criteria, instrumental de la Fundación Caixa, es el primer accionista, sin intenciones de incrementar su capital, de Naturgy. "EDP es una de las perlas del sector por sus activos y podría ser un accionista ideal en Naturgy", señalan en el sector, que observa atentamente los próximos movimientos estratégicos de esta compañía tras meter en un cajón su proyecto Geminis, que partía la empresa en dos,

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No sería una operación sencilla. Ni financiera ni políticamente. ¿Por qué? A precios de mercado, solo un 20% de Naturgy vale 5.000 millones, una cantidad hoy inviable si tiene que ejercer la compra directamente el grupo portugués; salvo que pueda tejerse una fórmula donde entrara CTG. En este caso, las opciones se multiplicarían. Otro interrogante, las limitaciones legales a la entrada de un grupo no europeo en el capital de una empresa estratégica española. Ver como accionistas de Naturgy a un fondo australiano, a la empresa estatal argelina y a una portuguesa e, indirectamente, una china podría formar un cóctel impredecible. El resultado del intento de la saudí STC de tomar el 9,9% del capital de Telefónica marcará un precedente.

Medios cercanos a CTG insisten que la apuesta china por España no es especulativa, sino industrial, enmarcándose en inversiones que se están produciendo por toda Europa. "No somos especuladores y estaremos siempre alertas a cualquier operación corporativa que se pueda producir", afirman. Por ahora, les basta centrarse en desarrollar un plan de desarrollo de renovables en Asturias, que funcionaría independiente de EDP y esperar.