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Solaria: el farolillo rojo del Ibex 35, acechado por los bajistas y las denuncias ante la CNMV

La solar fotovoltaica tuvo que revisar a la baja sus previsiones en febrero e incrementó su deuda en 2023, en medio de la caída de los precios de la energía que vende

Una planta fotovoltaica de Solaria

Una planta fotovoltaica de Solaria

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Solaria lidera junto a Grifols las caídas anuales en el Ibex 35 con un descenso acumulado del 39,6%, es decir, ha perdido en lo que va de año 885 millones de valor en bolsa. La compañía que preside Enrique Díaz-Tejeiro empezó a sufrir al comienzo del ejercicio (en 2023 había subido más de un 8%) el castigo generalizado que se está propinando al sector renovable por la subida de tipos y la caída de los precios de la energía. Pero los analistas sostienen que la solar fotovoltaica arrastra problemas propios como su “incapacidad de generar caja de manera recurrente”, el incremento de su deuda por los 1.530 megavatios que tiene en construcción y las denuncias de varias constructoras ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que le acusan de falsedad documental.

La cotizada madrileña tuvo que revisar a la baja sus previsiones de beneficios para este año (240 millones de ebitda frente a los 260 millones anteriores, y en 2025, 311 millones frente a los 335 millones anteriores) tras la recuperación del impuesto sobre el valor de la producción de energía eléctrica del 7%. “Solaria, pese a aumentar sus ingresos y sus beneficios contables con bastante fuerza los últimos años, sigue sin generar flujo de caja positivo. Esto normalmente no es una señal positiva. Puede pasar en algún año en concreto, pero no de manera sostenida como es el caso”, subraya Javier Cabrera, analista de XTB.

En 2023 -Solaria publica al cierre de la sesión de este lunes sus cuentas de los tres primeros meses de 2024- la renovable alcanzó un beneficio neto histórico de 107,5 millones de euros, lo que supone un incremento del 19,4%, y su facturación aumentó un 37,4% hasta los 230 millones. Sus resultados, sin embargo, estuvieron marcados por la reducción del precio de la energía que genera, del 21,1%,la destrucción de caja -free cash flow- un 6% más y el incremento de su deuda financiera en un 34,5%. “Tiene un ratio de apalancamiento deuda neta/ebitda de 4,9 veces, casi el doble de lo que se recomienda. Aunque los recortes de tipos la puedan beneficiar, cuando se produzcan, su mayor problema sigue siendo la capacidad para generar caja”, reitera Cabrera.

“La obtención de un flujo de caja libre negativo, en un contexto de fuertes inversiones (855 millones en 2021-23), sigue caracterizando la evolución del grupo. Esta situación se ha sostenido adecuadamente por la captación de deuda, aspecto que se espera permita nuevamente compensar en el corto plazo la reducción de la caja que se produjo al cierre del último ejercicio”, sostiene un informe de la agencia de calificación Ethi Finance, la antigua Axesor.

Los fondos bajistas no han dejado pasar la oportunidad para sacar provecho a las caídas de Solaria en el Ibex 35 y controlan ya el 11,37% de su capital social, con una posición en corto destacada de la mayor gestora de fondos del mundo, BlackRock, con un 3,48% de las acciones. El ataque bajista sobre Solaria es el más elevado de toda la bolsa española en este momento, superior al 8,16% que sufre Enagás. En 2017, cuando la CNMV notificaba todas las posiciones cortas, y no solo las superiores al 0,5% como hace ahora, la cadena de supermercados DIA llegó a acumular un 23,6% de bajistas en su capital y Meliá Hotels un 16,8% en 2014.

Denuncias ante la CNMV

En una denuncia presentada el 26 de enero ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la fotovoltaica Izmar Energy, actuando en representación de aproximadamente 16 empresas, acusó a Solaria de prácticas desleales. El denunciante señaló a la CNMV que la empresa del Ibex 35 está "falseando" los contratos de manera deliberada. Según el denunciante, estas acciones "pueden constituir un verdadero delito de falsedad documental".

Según los representantes legales de Izmar, en declaraciones recogidas por VozPópuli, Solaria implementó estrategias para perjudicar a sus subcontratas, como el establecimiento de cláusulas contractuales y hitos de cumplimiento prácticamente imposibles, junto con acciones que impiden física y técnicamente la finalización de las obras.

Solaria se defendió señalando que “varias empresas de construcción incumplieron los términos del contrato, con grave perjuicio para Solaria, lo que motivó la correspondiente resolución contractual y el ejercicio de acciones civiles contra las empresas incumplidoras, que se encuentran pendientes de litigio”.

Subestaciones y el Ministerio de Energía

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En el sector de las energías renovables, la normativa vigente requiere que diferentes promotores de proyectos compartan una única infraestructura para evacuar la energía generada, con el objetivo de minimizar el impacto ambiental. Según el artículo 123.2 del Real Decreto 1955/2000, es obligatorio formalizar un acuerdo de uso compartido para obtener la autorización administrativa previa, necesaria para avanzar en estos proyectos.

Sin embargo, según apuntan fuentes del sector, varios proyectos insignia de Solaria, como la planta fotovoltaica de 595 MW de Garoña o la de 200 MW de Durón han sido cuestionados por haber conseguido dichas autorizaciones sin establecer previamente el mencionado acuerdo de uso compartido, lo que podría contravenir la mencionada normativa. Esta situación, según apuntan las mismas fuentes, ha llevado a varias empresas a impugnar las autorizaciones otorgadas a los proyectos de Solaria ante la Secretaría de Estado de Energía, buscando clarificar responsabilidades. Hasta la fecha, no se ha emitido un pronunciamiento oficial sobre el caso. Este medio ha contactado con la compañía, pero ha declinado hacer declaraciones al respecto.