Mercado laboral

¿Es España racista? Hay la mitad de migrantes en paro de los que se cree y cinco veces menos que cobran ayudas

Una encuesta de la Fundación Iseak, especializada en estudiar las desigualdades, revela una serie de prejuicios entre la población española que no se corresponden luego con los datos oficiales

Un camarero atiende a dos clientas en una terraza en Barcelona.

Un camarero atiende a dos clientas en una terraza en Barcelona. / EP

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Gabriel Ubieto

Hace unos meses los insultos al delantero del Real Madrid Vinícius Júnior reabrían el debate sobre si España es o no un país racista. Al margen de aquel que pueda sostener con rotundidad si el país, en su conjunto, es xenófobo o no, lo que sí constata un informe publicado esta semana por la Fundación Iseak es que en la cabeza de muchos españoles sí anida mucha desinformación y prejuicios racistas

Esta entidad sin ánimo de lucro, especializada en estudios económicos, realizó 3.224 entrevistas en mayo del 2023 y entre gente nativa de toda España. De las mismas se derivan varias conclusiones, como que las personas nacidas en España piensan, mayoritariamente, que aquellas nacidas fuera suponen una carga económica para el Estado, que su llegada provoca un colapso de la sanidad, aumenta la delincuencia o precariza las condiciones de quienes ya viven y trabajan en España, entre otros. 

"Nos han sorprendido la magnitud de las percepciones erróneas", reconoce uno de los autores del estudio, David Martínez de Lafuente, a preguntas de este medio. "Este es un fenómeno relativamente común en las economías occidentales. Si bien nos ha llamado la atención tanto el tamaño de las brechas entre las percepciones ciudadanas y la realidad", añade. No obstante, una conclusión positiva que encuentra Martínez de Lafuente junto a la otra autora del informe, Odra Quesada, es que una mayoría de las personas que parten de esos prejuicios, una vez son informados con hechos objetivos que desmienten tales afirmaciones, se avienen a cambiar de opinión.   

Menos migrantes de los que se cree

Los españoles, en general, sobreestiman la presencia de migrantes. Creen que hay más viviendo en España de los que realmente hay, pero, principalmente, piensan que hay muchos más de ellos en paro y/o cobrando ayudas sociales. Si de los prejuicios de los encuestados dependiera, en torno al 40% de los nacidos en el extranjero estarían en paro, mientras que realmente el porcentaje es de menos de la mitad, el 16%. La desproporción es mucho más elevada entre los perceptores de ayudas sociales o la ‘paguita’, como se suele decir despectivamente. Mientras que, de media, la gente piensa que casi la mitad de los migrantes están cobrando alguna ayuda pública, realmente solo lo hace el 11%.

Esa sobreestimación de la población migrante, a su vez, ayuda a explicar la paradoja laboral que amplifica la ultraderecha. Y es que esta sostiene que los migrantes "vienen a robarnos el trabajo", a la vez que "viven de las paguitas". "Esta paradoja es, sin duda, fascinante", reconoce Martínez de Lafuente. Entre una parte importante de los encuestados existe un temor muy vinculado directamente con el mercado laboral. Casi la mitad piensa que la llegada de inmigración precariza el empleo y un 40% percibe que su llegada disminuye los salarios de las personas nativas.

"Por un lado, existe una preconcepción común, conocida como la falacia de la escasez de trabajo, que sugiere erróneamente que los inmigrantes quitan empleos a los nativos, ignorando que la economía puede expandirse y generar nuevas oportunidades laborales para todos. Por otro lado, el mensaje de que la población inmigrante "vive de ayudas públicas" se repite tanto y alimenta sentimientos de amenaza tan extendidos que, a ojos de muchos, se ha convertido en una realidad. Combatir estas creencias tan arraigadas es muy complicado porque los datos son menos potentes que los relatos", explica el investigador.

La ideología no es inocua, en este sentido, y el estudio de Iseak ratifica que las personas que se identifican como de izquierdas ubican mejor el peso de los extranjeros entre la población y dentro del mercado laboral, mientras que las personas que se auto identifican como de derechas sobreestiman los aspectos negativos. 

Una falsa carga para el Estado

La encuesta de Iseak también constata que una mayoría de los españoles considera que los migrantes suponen una carga para el Estado. Algo que, cruzado con los datos oficiales de la Seguridad Social, no se sostiene. Seis de cada 10 encuestados piensan que la inmigración representa una carga para el erario público y cinco de cada 10 que colapsan la sanidad; mientras que, según los datos difundidos por la ministra de Inclusión, Elma Saiz, los trabajadores de origen extranjero aportan el 10% de los ingresos que cada año recauda la Seguridad Social y solo le suponen un 1% de su gasto.

"Una particularidad de España es que un mayor porcentaje de la población inmigrante tiene un bajo nivel formativo en comparación con países como Alemania, Francia o Portugal. Esto podría intensificar esta preocupación en la sociedad española", afirma Martínez de Lafuente.

El mensaje que los partidos de derecha y ultraderecha han ido reforzando durante los últimos años tiene su efecto y sus fieles. La mitad de los encuestados considera que más migrantes es sinónimo de más delincuencia y nueve de cada 10 impondría como requisito para la entrada al país no tener antecedentes penales o de violencia. Según los últimos datos del INE, el 75% de los condenados en España tiene la nacionalidad española.

La pedagogía funciona

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Los autores realizaron un ejercicio para testar si esos prejuicios equivalían a posiciones intolerantes. Primero los entrevistadores le leían al entrevistado un texto neutro –había diversas versiones que iban rotando- sobre cómo la llegada de migrantes afecta a las condiciones laborales de los nativos y qué coste tiene la migración para el erario público. Luego a un grupo se le destacaban los beneficios de la llegada de migrantes, citando diversas investigaciones académicas y estadísticas oficiales, mientras que al otro grupo esta parte se omitía.

Las conclusiones fueron que quienes recibían ese refuerzo positivo corregían gran parte de sus prejuicios raciales. “Informar a la ciudadanía sobre los beneficios económicos que conlleva la integración de la población inmigrante en el mercado laboral y la sostenibilidad del Estado de Bienestar mejora las percepciones sobre ésta” y “aumenta significativamente el apoyo al aumento de la inmigración y también aumenta el apoyo a las políticas redistributivas”, concluyen los investigadores.