OPINIÓN

De Volodímir Zelenski a Taylor Swift en dos días

La llegada del icono musical y económico estadounidense se produjo a las 48 horas de que el líder ucraniano visitara España y se llevara la promesa de 1.129 millones en armamento. Todo un contraste

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Taylor Swift

Taylor Swift / MIGUEL A. LOPES

Fue necesaria la visita del presidente de Ucrania a Madrid el lunes para que la guerra en ese país volviera a tener eco prioritario en la selección informativa que realizamos los medios de comunicación. Han pasado dos años y tres meses desde la invasión rusa y, en este extremo de Europa, la tragedia ha ido quedándose en un segundo, incluso un tercer plano. Solo las crónicas firmadas por los extraordinarios enviados especiales que cubren la guerra nos recuerdan los movimientos en el frente de batalla y el dolor de las víctimas. La inmediatez de otra tragedia: la invasión israelí de la franja de Gaza ha servido para amagar aún más la notoriedad ucraniana.

La contraofensiva rusa obliga a un desolado Volodímir Zelenski a pedir a Occidente más y mejores ayudas para poder frenar al enemigo. Es un constante rogatorio que empieza a fructificar. La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó tras seis meses de parálisis ayudas por 61.000 millones y esta semana España se ha comprometido a un paquete por valor de 1.129 millones. Unas migajas que evidencian uno de los principales desafíos de la Unión Europea (UE): la necesidad de incrementar el presupuesto de Defensa y fabricar armas, desde defensas antimisiles hasta artillería básica y drones. Empresas como la familiar valenciana Nunsys tienen por delante un futuro prometedor en un sector que el Gobierno espera consolidar alrededor de Indra. Esta semana, ‘activos’ vuelve a apostar en portada por este negocio destacando a Paco Gavilán, cofundador de Nunsys y propietario del 77% de las acciones de la compañía. 

Desde Finlandia, Estonia y Bulgaria se ve la amenaza rusa mucho más cerca que desde aquí. En los últimos tiempos he tenido conversaciones con personas con ideologías distintas que no entienden por qué Ucrania no se rinde y cede parte de sus territorios. Ven incomprensible que se involucre España. Respuesta: es una guerra de ideas, de entender el mundo. Cuando cedes ante las autocracias, y la historia del siglo XX sirve de ejemplo, el apetito voraz de los Putin de turno no disminuye. Irán a por la siguiente presa. 

 Nadie es capaz de predecir ni cuándo ni cómo se izará la bandera blanca. La UE se enfrenta a unas elecciones parlamentarias en las que se espera un aumento del voto de la extrema derecha, reacia a ofrecer más ayudas a Ucrania. Y Estados Unidos celebra el 5 de noviembre unas elecciones presidenciales cuyo resultado puede tener un efecto inmediato en el devenir de la invasión. Una victoria de Donald Trump puede cambiar radicalmente el escenario. Vladímir Putin espera. No cederá un milímetro sus ambiciones de conquista.

El contraste no puede ser mayor. Tras recibir a Zelenski, 48 horas después aterrizó en la capital de España la gran estrella mundial de la música. Taylor Swift (West Reading, Pensilvania, 1989) con un equipo formado por centenares de personas. El mismo día del concierto en el Santiago Bernabéu se pedía en plataformas de internet destinadas a la reventa cuya fiabilidad es relativa hasta 3.500 euros por entradas de última hora.

Swift se ha convertido en un icono musical y económico. Los efectos de sus composiciones y sus giras por medio mundo tienen un impacto en el PIB de las ciudades que visita que ha generado estudios de toda índole. Su influencia es tal que hasta Trump, candidato a volver a ser presidente de EEUU, le ha declarado la guerra en las redes al haberse posicionado ella en contra de su reelección.

La tragedia se mezcla con el entretenimiento como generador de emociones y, por qué no, también con un punto de frivolidad


De Zelenski a Swift, se demuestra la ambivalencia de nuestro mundo, donde la tragedia se mezcla con el entretenimiento generador de emociones y, por qué no, un punto de frivolidad. El aterrizaje de Swift inicia la temporada de festivales de música de todos los estilos. El éxito está asegurado.

Vamos bien, dicen todos los expertos que entrevistamos los periodistas y dan charlas y conferencias. Un vamos bien que es un estado de ánimo generado a partir de datos macroeconómicos, de expectativas de bajada de tipos de interés, de revalorizaciones bursátiles, de creación de empleo y de un nuevo boom de operaciones empresariales, también en España.

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De Zelenski, y Gaza, a Swift, preferimos regodearnos hablando de ella y de sus conciertos porque no nos gusta estar recordando tragedias cada dos por tres. Las víctimas de la guerra son figuras anónimas que nos quedan muy lejos. El circo vende y bienvenido sea. Igual que ser optimista es la única garantía de que los problemas pueden resolverse.