Más allá de pimientos asados o espinacas: la sevillana Huerta Campo Rico se lanza al mercado del gazpacho

Comer como en casa sin tener que pasar horas en la cocina. Con esta premisa nació en 1999 Huerta Campo Rico en la localidad sevillana de Burguillos, desde donde elabora platos tradicionales que se sirven en muchos hogares pero también en restaurantes y locales de hostelería. En su primer mes pasó de una producción casera a una semi-industrial, lo que daba pistas ya de los éxitos que cosecharía en el futuro.

Si su primer triunfo fue gracias a los pimientos asados en un momento en el que estos productos eran inexistentes en el mercado y que desembarcaron ya hace años en otros países, la apuesta ahora viene por el gazpacho y el salmorejo, sopas frías donde varias marcas se baten el cobre en los lineales de los supermercados, sobre todo en época estival.

Desde el supermercado a las tiendas tradicionales

"Nuestro objetivo es llegar tanto a los hogares como a la hostelería con esta nueva apuesta", asegura el socio fundador y responsable comercial, de marketing y de logística de ventas de la compañía, Juan Carlos Acuña. En este sentido, destaca que ya se están llevando a cabo degustaciones en distintos supermercados, como Alcampo, El Corte Inglés o Hipercor con el objetivo de dar a conocer estos productos entre los consumidores. También está llegando a ellos a través de tiendas tradicionales.

Una de las principales novedades, indica Acuña, es el envase en el que se presentan tanto el salmorejo como el gazpacho. Así, el formato doy pack, que cuenta con un diseño más innovador y con el que se consigue ahorrar el uso de plásticos en un 60%, "gusta más a los jóvenes que a los mayores, aunque cuando lo prueban, ya se les quitan las dudas".

En la actualidad, estos nuevos productos se comercializan fundamentalmente en Andalucía, aunque está penetrando en otros mercados como Madrid, Castilla-La Mancha o Galicia, con el objetivo de situar la mirada a partir de julio en las zonas costeras.

13 millones de facturación

Sin prisa pero sin pausa, esta compañía sevillana, que cuenta con una facturación anual de 13 millones de euros y da empleo a 80 personas de manera directa -una plantilla que se incrementa hasta los 115 en campaña- ha ido ampliando sus productos de quinta gama. A lo largo de sus 25 años de historia, algunos de ellos han incluso cruzado el charco.

El pisto, la escalivada, las zanahorias aliñadas, las cremas de verduras o las patatas a lo pobre son solo algunos de los platos que ya llegan a los hogares de toda España y también a las mesas europeas -el 15% de su facturación procede de los mercados internacionales-, ya que llega a países como Irlanda, Polonia, Alemania, Francia o Italia, entre otros.

Venta a granel para la industria

Precisamente a este último llega una de sus últimas apuestas -apostó por esta nueva línea de negocio antes de la pandemia- que le ha servido para seguir creciendo de manera exponencial: vender a granel, sobre todo pimientos asados, directamente a la industria agroalimentaria, como aceituneras (para su relleno), salsas o kétchup.

Ensaladas con mango o curry

Otro de los últimos productos que se han incorporado a la cartera de Huerta Campo Rico son las ensaladas. Pero no unas cualquiera: de remolacha y mango o de zanahorias y curry, "sabores novedosos que se incorporan de la mano de estudiantes del Grado de Nutrición de la Universidad de Sevilla", subraya Acuña.

En cuanto al crecimiento en la facturación, Acuña pronostica que se sitúe en un 15% entre lo que queda de año y 2025. "Tanto la pandemia como el inicio de la guerra de Ucrania lo notamos, pero a nivel general nuestro crecimiento se sitúan entre el 8% y el 19%", señala Acuña.

Nuevos negocios a la vista

Noticias relacionadas

Los hogares amortizaron en un año más de 11.000 millones entre préstamos e hipotecas

Ana Botín: "Sin un producto digital mejor que cualquiera de los de nuestros competidores, no sobreviviremos"

Ahora, su mirada está dirigida a nuevas oportunidades de negocio dentro del sector de los preparados en la industria agroalimentaria. Entre ellos, los colectivos que necesitan este tipo de productos, tradicionales y 100% naturales sin aditivos ni colorantes, como puede ser un a residencia de personas mayores, cuarteles o incluso un crucero, que da de comer al día a miles de personas.

"Muchas empresas, como las navieras, tienen que dar de comer a muchas personas a la vez y quieren alimentos de fiar a gran escala, por lo que es una gran oportunidad", añade Acuña. Para asumir estos nuevos retos, la compañía de Burguillos requiere modificaciones en algunas de sus máquinas, que se abordarán en los próximos meses.