Opinión

El tema del momento es la vivienda

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Pisos turisticos

Pisos turisticos

La vivienda es el gran tema del momento. La salud y la educación no sirven de nada si no se dispone de un hogar. Vivir en espacios insuficientes, insalubres o en barrios poco seguros o degradados tiene consecuencias en la salud mental y en la sensación de malestar de los ciudadanos. No poder vivir dónde se ha nacido, enfada. Esta crisis de la vivienda no tiene nada que ver con la del año 2008 porque aquella era una crisis de endeudamiento. Ahora la situación es otra. Las clases medias no tienen renta disponible para pagar los precios del mercado. Lo dijo hace semanas como explicamos aquí el BCE, nada sospechoso de ir contra el sistema. El diferencial es del 14%. Hoy publicamos el mapa de los precios de alquiler en Barcelona y, por primera vez, en el área metropolitana. El resultado es que el precio medio de la vivienda es de 1193 euros, 70 euros más que el salario mínimo interprofesional. Y el drama es que los precios más bajos son inalcanzables para mucha gente con empleo. Una bomba de relojería y un caldo de cultivo para los populismos políticos a diestra y siniestra.

Los experimentos de los laboratorios universitarios de la extrema izquierda basados en poner coto al derecho a la propiedad no han funcionado. Estos precios de ahora en Barcelona son la resultante de la reserva del 30% de las promociones inmobiliarias a pisos de protección social y de los topes a los precios del alquiler. No son el resultado de la Copa América como algunos quieren hacer creer. Ahora, el alcalde Jaume Collboni ha decidido actuar sobre la oferta. ¿Se pueden construir 10.000 pisos nuevos en Barcelona para poner en alquiler y bajar la presión al alza del mercado? No, pero se pueden retirar del mercado 10.000 licencias de pisos turísticos y forzar su uso residencial. La medida, solo anunciarse, ya ha tenido los primeros efectos. Seguramente no es la panacea. Otros municipios colindantes no le van a seguir en la iniciativa. Pero si el resto de las administraciones hiciera lo propio facilitando la construcción de pisos a precio asequible o liberando suelo, el problema se podría revertir. El drama de la vivienda en España es que el poso franquista de esta política no hay manera de quitárselo de encima porque las medidas superan el plazo de una legislatura. Y así estamos.