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El batería de Maná exporta su Mala Vida

El músico mexicano comercializó 30.000 botellas de su tequila en 2023, cifra que espera duplicar con ayuda del mercado español

Alex González, batería de Maná, el junio pasado en Barcelona con su tequila Mala Vida.

Alex González, batería de Maná, el junio pasado en Barcelona con su tequila Mala Vida. / Ferran Nadeu

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El buen tequila debe tomarse solo. Ni sal ni limón. Y mucho menos en chupito. La tradición mexicana marca que hay que beberlo «en copa, derecho y a sorbos pequeños para poder apreciar todos los sabores del agave». Por lo menos así lo explica Alex González, batería del grupo de música mexicano Maná, quien en 2016 lanzó al mercado su propio tequila, Mala Vida. Apasionado de la gastronomía, el músico mexicano tuvo previamente dos restaurantes en Puerto Vallarta (Jalisco) y en Nueva York, dedicados a la comida italiana y mediterránea. Los restaurantes desaparecieron, pero la inquietud gastronómica seguía ahí y, como ya había observado que las bebidas eran siempre lo que más margen dejaba, decidió embarcarse en la elaboración de tequila.

Como buen tapatío, como se conoce a los naturales de Guadalajara, «era lo más lógico». «Fue prácticamente la primera bebida alcohólica que probé con 15 años -admite-, tengo el paladar educado en ello y además es una forma de mostrar algo que pertenece a la cultura de la ciudad originaria de Maná: Guadalajara, en Jalisco». 

De hecho, Jalisco es uno de los cinco estados, junto con Michoacán, Tamaulipas, Nayarit y Guanajuato, reconocidos con la Denominación de Origen Tequila, que protege la producción de este destilado que se desarrolla en más de 180 municipios. Son las únicas zonas donde se permite plantar agave weber variedad azul, una planta mexicana de hojas gruesas y carnosas, terminadas en punta con espinas en los bordes, materia prima necesaria para elaborar el tequila.

Duplicar números

Alex González y Álvaro González -socio, responsable de la parte operativa del negocio y amigo de la adolescencia del batería- necesitaron dos años para encontrar el perfil de tequila blanco que deseaban. Luego llegaron el reposado y el añejo, que maduran en barricas nuevas de roble americano y francés. Cuatro meses el reposado y 12 meses el añejo. Además, cada tres años elaboran una edición limitada de un tequila extraañejo, que debe reposar tres años en barrica. En 2022 vendieron en una semana 2.150 botellas de su edición limitada. «Todas en Estados Unidos. No dio tiempo a enviar botellas a España».

El año pasado, Mala Vida comercializó 30.000 botellas de tequila, que corresponden a 5.000 cajas. El 80% del total, en Estados Unidos, principalmente en Nueva York y Nueva Jersey; el 3%, en México, y el resto, en España. Este año acaban de entrar en El Salvador y los objetivos se centran en duplicar los números conseguidos, hasta las 60.000 botellas, hacer crecer exponencialmente las ventas en el mercado español y sondear la entrada en el Reino Unido. «Hemos iniciado contactos en Mánchester. El británico es el tercer gran mercado de Europa, después del español y el alemán», asegura el batería de Maná. 

El 80% de las ventas se realizan en Estados Unidos; el 3%, en México, y el 17% restante, en España

También quieren empezar a buscar partner en Colombia. Y no descartan crear, a medio plazo, su propia destilería «para poder tener el control de todo el proceso y que no se replique nuestro perfil de tequila». El volumen de negocio anual se sitúa en estos momentos alrededor de los 800.000 dólares (738.000 euros). Los beneficios se reinvierten en hacer crecer el negocio. En todo el mundo existen 2.300 marcas de tequila. En el sector de los destilados, «el tequila representa un poco más del 1% del mercado, imagina el camino que hay por recorrer», apunta Álvaro González.

Doble sentido

El nombre Mala Vida responde, según cuentan, a ir probando ideas que no estuvieran ya registradas y a jugar con el doble sentido de su significado en México: «mala vida en realidad expresa buena vida, cuando alguien lo está pasando bien». No obstante, Alex González recuerda que cuando registraron la marca en México y quisieron hacer lo mismo en España descubrieron que había un vino que se llamaba igual, «los dueños son de Valencia». «La suerte quiso que, en ese momento, los valencianos también querían registrar el nombre en México y firmamos un convenio de coexistencia», apunta.

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La destilería donde se elabora Mala Vida se ubica en Arandas, en Los Altos de Jalisco, y detrás del proyecto hay una veintena de personas trabajando. Los dos socios aseguran que quieren crecer poco a poco porque «mantener la calidad» es su prioridad.

Las botellas de Mala Vida en España se pueden comprar, de momento, on line y a través de las sucursales de LaFuente de Barcelona y Madrid. También se pueden degustar en la coctelería Paradiso, en Barcelona, que ha apostado por este producto. «Estamos buscando nuevos distribuidores -asegura Alex González- para intentar duplicar la presencia en España». Sus precios oscilan entre los 50 y los 80 euros, según la variedad «Es un tequila de alta calidad, no prémium, para que sea más accesible a todo el mundo», concluye el batería mexicano.