Libro. ‘La especie al borde del abismo’

Jesús Matos: «La comodidad de vida en Occidente nos hace aún más intolerables a esta incertidumbre»

Jesús Matos, psicólogo, presenta el libro 'La especie al borde del abismo', que desde el punto de vista científico de la evolución, trata de dar respuesta a los problemas actuales de la humanidad y descifra quiénes somos, como especie y como individuos y, lo más importante, quiénes queremos ser.

Jesús Matos.

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La especie al borde del abismo es un ensayo que, desde el punto de vista científico de la evolución, trata de dar respuesta a los problemas actuales de la humanidad. Un viaje hacia el centro de nuestra mente que comienza 7 millones de años atrás y que nos da las claves para entender en qué consiste la salud mental, pero también otras cuestiones actuales como la polarización de las sociedades o el auge de líderes con personalidad psicopática. La especie al borde del abismo descifra quiénes somos, como especie y como individuos y, lo más importante, quiénes queremos ser.

¿Cómo visualizas el futuro de la salud mental?

La salud mental es uno de los grandes temas de nuestro tiempo. Probablemente como consecuencia de la pandemia de Covid 19 y el aislamiento, muchas personas sintieron en sus carnes lo que significaba sentir ansiedad, tristeza y otras emociones incómodas. Esto propició un contexto óptimo para compartir este tipo de experiencias con normalidad. Cuando la investigación científica ha llegado a ciertas conclusiones, las políticas públicas han tenido en cuenta los riesgos y se ha legislado tratando de proteger a los ciudadanos. Creo que con la salud mental ocurrirá algo similar. Es probable que en el futuro la ciudadanía exija a sus gobernantes favorecer políticas que propicien niveles de salud mental más elevados. Por ejemplo, en entornos laborales ya está ocurriendo, las nuevas generaciones ponen encima de la balanza cuestiones como la conciliación, el teletrabajo o los beneficios sociales antes de comenzar un trabajo.

¿Cuáles son las señales para detectar que nuestra salud mental podría necesitar atención?

La línea roja suele ser el momento en el que determinada sintomatología afecta a alguna de las áreas de nuestra vida. Cuando esto ocurre, lo más recomendable es acudir a un profesional. Debemos tener en cuenta que un factor que predice el éxito terapéutico es la rapidez con la que se pide ayuda. Es mucho más fácil modificar determinadas variables de comportamiento cuando todavía no están asentadas que cuando llevamos años sufriendo algún tipo de problema. Hace 200.000 años todos los homo sapiens estaban muy en forma, caminábamos durante horas todos los días, teníamos músculos fuertes para trepar, luchar, cazar o lanzar piedras y éramos capaces de correr si aparecía algún peligro. En referencia al contacto social, somos animales sociales que evolucionaron gracias a la cooperación, por lo que no tiene mucho sentido que dejemos de hacerlo. También es importante tener en cuenta el factor lúdico que nos define; el homo sapiens es de las pocas especies que sigue jugando en la edad adulta. 

«Cuando la ansiedad, el estrés, la ira o la tristeza aparecen con demasiada frecuencia, demasiada intensidad o tienen una duración prolongada, tenemos un problema»

El 99% de la población ha sufrido niveles incómodos de ansiedad, estrés, ira o tristeza…

Es normal que experimentemos estas emociones. Son respuestas de nuestra mente a los entornos que habitamos y, a pesar de ser incómodas, nos ayudan a adaptarnos. La salud mental no es estar todo el día sintiendo alegría. Esto no tendría sentido a nivel evolutivo. El problema surge cuando esa ansiedad, ese estrés, esa ira o esa tristeza aparecen con demasiada frecuencia, demasiada intensidad o tienen una duración prolongada. 

¿De qué manera perjudican las nuevas tecnologías en la manera de relacionarnos?

El mayor problema es que estamos sustituyendo las relaciones sociales por las redes sociales. Es algo así como un sucedáneo de lo que de verdad necesitamos. Lo podríamos llamar una relación social procesada -por hacer un paralelismo con los alimentos procesados-, las redes sociales tienen mejor sabor y son más adictivas que las relaciones sociales clásicas. Un atardecer con filtros siempre será más espectacular que un atardecer sin ellos. Pero los nutrientes que aportan son de peor calidad. Con esto no quiero demonizar los avances tecnológicos, porque nos abren millones de opciones. Yo no podría haber escrito este libro sin haber tenido acceso a miles de artículos científicos desde mi casa.

La especie al borde del abismo’ /

Jesús Matos

«El mayor problema es que estamos sustituyendo las relaciones sociales por las redes sociales»

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¿Cómo afecta la incertidumbre por el futuro social y económico a las siguientes generaciones?

Durante cientos de miles de años los seres humanos sabíamos desde que éramos muy pequeños la vida que íbamos a llevar y las habilidades que teníamos que dominar para sobrevivir y dejar descendencia en el mundo. El desarrollo tecnológico y la evolución de las sociedades es exponencial y en el momento actual la rapidez de los cambios es cada vez mayor, por lo que es absolutamente normal encontrarse desubicado. El problema de este contexto es que los más vulnerables a este tipo de variables tendrán más dificultades a la hora de adaptarse. Además, la comodidad de la vida en Occidente nos hace aún más intolerables a esta incertidumbre. Las compras nos llegan en horas, tenemos acceso a temporadas completas de series y los vídeos y las canciones cada vez son más cortos. La sociedad demanda más capacidad de gestión sobre la incertidumbre con esfuerzo y autocontrol. Ya no nos vale con estudiar una carrera universitaria para acceder a un trabajo que nos permita tener una buena vida. Ahora tenemos que tener dos carreras, tres másters y hablar tres idiomas para aspirar a poder comprar un piso en las afueras de la ciudad que pagaremos durante 30 años.