Mantener un 'megayate' en un puerto genera un impacto económico de 6,5 millones de euros

Si comprar un yate de lujo es una tarea ardua para la mayor parte de los mortales, mantenerlo es aún más difícil. Para que se pongan en situación: el precio de compra de un barco de 100 metros de eslora ronda los 240 millones de euros. Cuando una de estas embarcaciones atraca en un puerto, impulsa el desarrollo de toda una industria auxiliar de la ciudad que cubra la larga lista de servicios que demanda, algo que ayuda tanto a la economía local a la hora de crear empleo especializado y de atraer a empresas del sector. En total, un barco de 100 metros de eslora genera un impacto económico que asciende a 6,5 millones de euros y 130 puestos de trabajo al año en los puertos donde descanse de sus viajes, según apunta la consultora marítima Ocean Infrastructures Management (OIM) en el informe 'Varaderos y marinas deportivas en España, un ecosistema en crecimiento'.

La buena evolución de los puertos deportivos se sustenta en la integración de sus servicios junto a los ofrecidos por los astilleros para mantener, reparar y gestionar las embarcaciones. Y dentro de los barcos que llegan a la ciudad, aquellos incluidos en la categoría de lujo son clave para las cuentas de la infraestructura: el mantenimiento de un 'megayate', sus tasas y el coste salarial componen un gasto anual cercano al 10% de su coste. Su cuidado es crucial para una industria que está experimentando un crecimiento sin precedentes. Según las previsiones de The Superyacht Group, la flota de 'superyates' superará los 7.000 en 2032 a nivel global en comparación con los 6.270 registrados a finales de 2021.

Dentro del impacto económico que supone el auge de estos barcos destaca la creación de empleo acorde al sector. "Los astilleros de 'megayates' constituyen un polo de atracción de nuevas profesiones especializadas y cualificadas e industrias auxiliares. Este sector propicia la generación de nuevos empleos en sectores relacionados con la carpintería y ebanistería interior y exterior, pintura, fibra, servicios de grúas y carretillas elevadoras", señalan los autores del informe. Como consecuencia, la atracción de estos buques a los puertos deportivos transforma a los astilleros en canteras de profesionales dedicados al 'refit', el proceso de reparación y renovación de grandes yates, e impulsa el desarrollo y aplicación de las técnicas más avanzadas en mecánica naval, electrónica y nuevas tecnologías de los trabajadores en este sector.

Yates más sostenibles

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Aunque la industria náutica está dando grandes pasos en relación con el respeto del medioambiente y eficiencia energética, todavía queda recorrido por transitar y más si el número de yates de gran tamaño sigue creciendo en los próximos años. El reacondicionamiento de las estructuras para que sean más sostenibles es una de las prácticas que contribuye a reducir su impacto ambiental y también a preservar el medio marino, pero desde OIM afirman que otra medida es "invertir y apostar por el desarrollo de sistemas de propulsión más limpios, materiales innovadores y soluciones energéticas renovables".

Eso sí, la actualización de sus infraestructuras requiere un elevado coste por parte de los dueños de los barcos como de las marinas. Por ejemplo, para que los buques utilicen sistemas de propulsión más limpios, los puertos deben adaptar sus infraestructuras para ofrecer servicios de repostaje adecuados y eficientes. Al mismo tiempo, es necesario capacitar a las plantillas para tener las habilidades destinadas a las soluciones innovadoras.