ENERGÍA

El Gobierno prepara otra gran rebaja de tasas a las energéticas para blindar las reservas de gas

Transición Ecológica busca captar nuevas compañías para el mercado español y propone un fuerte recorte de casi un 10% durante el próximo año de los cánones que pagan las gasistas por usar los almacenes subterráneos, que están a las puertas de un nuevo lleno total.

Almacén de gas de Serrablo, en Huesca.

Almacén de gas de Serrablo, en Huesca.

3
Se lee en minutos

El Gobierno se mueve para aplicar durante el próximo año una nueva rebaja de las tasas que pagan las energéticas por utilizar la red de almacenes de gas españoles, con el objetivo de facilitar la entrada de nuevas compañías en el mercado español y para allanar así el papel clave que juegan las reservas nacionales tras el terremoto geopolítico y económico provocado la invasión Rusia de Ucrania y en pleno ciclo de niveles históricos de llenado de los almacenamientos.

El Ministerio para la Transición Ecológica, comandado por Teresa Ribera, pretende aplicar una fuerte rebaja media del 9,6% de los diferentes cánones que los operadores pagan por inyectar, almacenar o extraer el gas en los almacenamientos subterráneos españoles a partir del próximo 1 de octubre y durante doce meses, según se recoge en la propuesta de orden ministerial sobre cargos del sistema gasista y que está ahora sometida a audiencia pública. El año pasado el Ejecutivo ya aprobó una rebaja media del 4,6% de estas tasas y aplicó exenciones masivas de los cánones para facilitar el llenado de las reservas.

“El coste del almacenamiento subterráneo es especialmente importante para los comercializadores de menor tamaño ya que son los que necesitan, en proporción a su cuota de mercado, una mayor capacidad de almacenamiento para ajustar la demanda irregular de sus clientes”, explica el Ministerio en la documentación oficial en que defiende su propuesta. “Un coste de almacenamiento más reducido contribuirá a facilitar la entrada en el mercado de nuevos comercializadores e incrementará la competencia del mercado del gas natural español, lo que contribuirá a unos menores precios de este combustible, que tiene emisiones de CO2 más reducidas que los derivados del petróleo”, subraya el departamento de Ribera.

A por otro lleno total

España logró el pasado agosto un histórico lleno absoluto de sus almacenes de gas. Era la primera vez que sucedía en el país y las reservas españolas se mantuvieron al 100% desde entonces y durante cinco meses, hasta muy finales de noviembre, cuando arrancó una progresiva caída del nivel de llenado con la bajada de las temperaturas y el mayor consumo de gas durante el invierno. Ahora, con la llegada del verano, las energéticas aceleran en la inyección de gas a los almacenes y empujan hacia un nuevo llenado total en las próximas semanas.

Los almacenamientos subterráneos españoles rozan actualmente una ocupación se acerca al 98,5% de su capacidad tras la actividad acelerada de las últimas semanas, con casi 35.300 gigavatios hora (GWh), según los datos internos de Enagás, el gestor del sistema gasista español y de la red de gasoductos y almacenes del país. El llenado de las instalaciones se ha elevado ocho puntos porcentuales en un mes y casi quince puntos en los últimos dos meses, y se acercan a la cota del 100% que se alcanzará de nuevo este año en pleno verano. Desde Enagás se anticipa que previsiblemente se conseguirá el lleno total este mismo agosto.

Noticias relacionadas

Además de sus tres almacenes subterráneos, España también cuenta con los tanques de su amplia red de plantas de regasificación (que concentran un tercio de toda la capacidad regasificadora de la UE) y que actualmente rondan el 45% de llenado de su capacidad, con 11.680 GWh, según la documentación oficial de Enagás. La capacidad del parque de siete regasificadoras del mercado español se amplió el año pasado con la entrada en funcionamiento de la planta de El Musel, en Asturias, como centro de almacenamiento logístico.

Durante lo peor de la crisis energética, la Comisión Europea levantó un escudo para blindarse frente al pulso energético de Rusia y para reducir la dependencia de la UE del gas ruso, con medidas que incluía la obligación para los estados miembros de ir llenando sus almacenes de gas para garantizar el suministro (el objetivo vinculante era llegar antes de los inviernos con las reservas de cada país al menos al 90% de su capacidad). Para este año Bruselas sólo ha hecho recomendaciones en torno del consumo de gas y el almacenado y los Veintisiete han aceptado que los estados adopten medidas voluntarias, sin llenados obligatorios ni plazos forzosos, para seguir conteniendo la demanda de gas.