LOS OLVIDADOS DE LA TALIDOMIDA

Los olvidados de la talidomida

El fármaco que causó malformaciones a miles de personas entre los años 50 y 70 vuelve ahora a usarse contra un tipo de cáncer

El cordobés Francisco González tiene 65 años. CÓRDOBA

El cordobés Francisco González tiene 65 años. CÓRDOBA

M.J. Raya

Miles de personas nacieron entre los años 50 y 70 en España con malformaciones en sus extremidades inferiores o superiores, y también con problemas en los órganos, debido a que sus madres tomaron talidomida en el embarazo. Ese fármaco, de origen alemán, se recetaba en esa época para combatir los vómitos y las náuseas durante la gestación, pero con el tiempo se conocieron las graves consecuencias que habían causado a los bebés de las mujeres que lo tomaron.

Hasta en 50 países se comercializó la talidomida y España es uno de los pocos en los que las víctimas no han recibido ninguna compensación económica hasta el momento. La mayoría de los afectados rondan los 50 años, con el agravante de que no pocos de los más mayores han fallecido sin recibir ayuda alguna. El presidente de la Asociación Andaluza de Afectados por la Talidomida, José Enrique García, señala que ahora este fármaco ha vuelto a la escena pública porque ha sido aprobado su uso para tratar el mieloma múltiple, un tipo de cáncer hematológico del que cada año se diagnostican unos 3.000 casos en España.

Ajenos al debate sobre si debe volver a usarse o no la talidomida con un fin distinto, aunque esperan, eso sí, que se haga de forma segura, los afectados por las malformaciones causadas por este medicamento hace décadas, como los cordobeses Francisco Aguilar y Francisco González, piden que se haga justicia. Reclaman que las víctimas de este fármaco reciban indemnizaciones por parte de la farmacéutica, al igual que lo han hecho personas perjudicadas de otros países, y también un resarcimiento económico de parte del Estado español.

Las madres, otras víctimas

Francisco González, de Alcaracejos, cuenta con tres reconocimientos (dos nacionales y uno andaluz) que avalan su condición de afectado por la talidomida, fármaco que le causó malformaciones en las extremidades superiores desde que nació. Tiene 65 años y se ha jubilado de su trabajo como auxiliar administrativo de la Seguridad Social. Debido a las secuelas que le dejó la talidomida considera que su condición física está más deteriorada que la de otra persona de su edad. «Tengo la columna vertebral en mal estado, por abusar de malas posturas cuando trabajaba. Además, sé que hay afectados que tienen problemas circulatorios o de oído u otras consecuencias derivadas de las malformaciones de sus extremidades» , expone.

Por su parte, Francisco Aguilar, de Puente Genil, tiene 48 años y es administrativo de profesión, nació con una malformación de su brazo izquierdo. Le gusta mucho hacer deporte y precisamente un día que estaba corriendo conoció a otro afectado de Marinaleda (Sevilla). Supo así que había muchas más personas como ellos. Las madres de los perjudicados por este tratamiento también son víctimas, en su caso psicológicas, de la talidomida, ya que desde que supieron muchos años después de tomar el medicamento que el mismo era la causa de la situación de sus hijos han llorado mucho y se han sentido culpables, ya que si hubieran sabido las graves secuelas que dejaba el medicamento, nunca lo habrían tomado, aseguran estos dos afectados cordobeses. «Lo más sangrante es que hay afectados muy graves, cuyos padres han fallecido y se han quedado sin el apoyo de sus cuidadores y sin la ayuda que nos prometieron», añade González. 

José Enrique García explica que 73 años después de que se empezara a usar la talidomida en España el Gobierno sigue sin pagar las indemnizaciones a los afectados por talidomida, que se acordaron en 2018. Por su parte, la asociación de afectados de Andalucía ha presentado una demanda contra la farmacéutica en el Supremo. En 2017 la asociación de perjudicados por este fármaco en la región recibió la Medalla de Andalucía y previamente se impulsó en la región un registro de afectados.