PERSONAS MAYORES

'Hagamos Hogar', la plataforma que ayuda a los mayores a compartir piso

Esta start-up malagueña, con el fin de evitar la soledad no deseada, ha creado un portal de búsqueda de habitaciones intergeneracional en el que los propios mayores podrán hacer ‘match’ con sus futuros compañeros de piso

Hagamos Hogar

Hagamos Hogar / L.O.

Arancha Tejero

Más de dos millones de personas mayores viven solas en España. La soledad no deseada y el sentimiento de aislamiento es uno de los grandes males que aqueja a nuestro país. Una realidad silenciosa que afecta a miles de personas, pero que, hasta que la pandemia lo sacó a relucir, pasaba desapercibida a ojos de la sociedad. Sin embargo, no se puede obviar que llega una edad en la que los hijos ya no están en casa y en la que los seres queridos ya no nos acompañan. Las casas que una vez estuvieron llenas, hoy se encuentran vacías y silenciosas, aumentando el sentimiento de vacío de las personas mayores que las habitan.

‘Hagamos Hogar es la startup malagueña que busca poner fin a esa soledad no deseada al apostar por la convivencia entre generaciones. Su objetivo es muy sencillo: ayudar a aquellas personas mayores de 55 años a encontrar a un compañero de vivienda ideal con el que convivir en la tranquilidad de sus hogares y obtener así compañía, un ingreso extra y mejorar su calidad de vida. Una iniciativa pionera en Europa que ha sido puesta en marcha por Natalia Cerón, antigua alumna de la Universidad de Málaga.

La idea surgió a partir de la experiencia personal de Natalia que, mientras realizaba sus estudios, comenzó a trabajar con personas mayores y se dio cuenta de que en la mayoría de casas a las que iba había habitaciones vacías. No tardó en empatizar con ellos, sentarse a escuchar sus historias y necesidades y darse cuenta de que tenía claro que quería aportar una solución que ayudase a combatir la soledad a esas más de dos millones de personas.

Compartir piso para evitar la soledad

La solución resultó ser muy sencilla: compartir piso. Salvo que, en lugar de ser como los jóvenes de ‘Friends’ o de ‘Cómo conocí a vuestra madre’, sería más bien como en la serie ‘Las Chicas de Oro’, en la que cuatro mujeres mayores disfrutaban de los beneficios de compartir su hogar juntas. Y es que ‘Hagamos Hogar’ apuesta tanto por los compañeros de piso intergeneracionales como por los compañeros de piso dentro de una misma generación adulta.

«Al final lo único que desean estas personas es llegar a casa y tener a alguien al que decir un hola o un buenas noches», explica Natalia Cerón, la responsable de que este deseo pueda convertirse ahora en una realidad. Gracias a esta iniciativa, las personas mayores que lo deseen podrán darle una segunda oportunidad a sus hogares, a la par que ofrecer un alquiler asequible y digno a jóvenes estudiantes o profesionales.

«Los jóvenes aportan a los mayores conversaciones, anécdotas y un dinero extra, pero, sobre todo, les permiten seguir envejeciendo en sus casas», sostiene la fundadora. La plataforma cuenta con un sistema de compatibilidad y algoritmos que permite conectar hacer ‘match’ entre los compañeros de pisos con características similares, con el fin de garantizar una convivencia más sana y armoniosa. Además, para mayor tranquilidad de sus usuarios, se encargan de verificar todos los perfiles que se registran, conciertan la presentación de los candidatos y les ayudan con la elaboración y automatización de los contratos.

Solamente en Málaga hay más de 25.000 mayores que viven solos en hogares unipersonales, de los cuales casi 3.000 apenas están recibiendo algún tipo de ayuda o visita por horas a la semana. Por eso, el proyecto ‘Hagamos Hogar’ llega como un soplo de aire fresco para todas estas personas que «solo desean algo de compañía».

Tras varios casos pilotos, ‘Hagamos Hogar’ se convirtió en una realidad en noviembre de 2021 y, desde entonces, son varias las convivencias, tanto intergeneracionales como seniors, que se han puesto en práctica. Una de ellas son Victoria (82 años) y Virginia (35) que, desde hace seis meses, comparten pisos y aseguran estar muy satisfechas y a gusto. «Nos hemos apañado muy bien desde primera hora y al no ser un miembro de tu familia tienes una independencia muy grande. Pero compartimos ratos como ver la tele juntas o tomarnos una infusión», relata Virginia.

El loable objetivo de esta start-up de impacto social no ha pasado desapercibido por parte de las instituciones, que han querido reconocer su esfuerzo y dedicación con diversos premios como el Spin-Off de la Universidad de Málaga o el premio de Emprendimiento Social de la Diputación de Málaga, entre otros.