DIARIO DE MALLORCA

El consejero balear de Educación manda inspectores a Escola Catòlica por no poner la casilla del castellano

Los centros concertados de la patronal desatan la ira de Antoni Vera al prescindir de dar a elegir la lengua de primera enseñanza en la matrícula

Antoni Vera, Llúcia Salleras y Marga Prohens la noche en que se volcaron con Escola Catòlica hace dos semanas.

Antoni Vera, Llúcia Salleras y Marga Prohens la noche en que se volcaron con Escola Catòlica hace dos semanas. / EPE

Irene R. Aguado

Gran parte de los centros educativos de Escola Catòlica (la patronal mayoritaria en la enseñanza concertada balear) han prescindido de incluir la casilla del castellano como primera lengua de enseñanza en el formulario de matriculación. Alegan que no es obligatorio hacerlo, así que las familias que quieran que sus hijos sean educados en castellano deberán pedirlo expresamente en el colegio. Esto ha desatado la ira del conseller de Educación, Antoni Vera, hasta el punto de que esta semana ha ordenado mandar inspectores educativos a estos centros, incluso llegando a insinuar que anulará las matrículas de los sublevados, según fuentes de estos colegios.

Vera esperaba que los centros incluyeran la opción en el mismo momento de formalizar la matrícula (no con un formulario específico que solo se entrega si la familia lo pide), y así lo solicitó desde la Conselleria a través del GestIB. Los concertados de Escola Catòlica, sin embargo, argumentan que avisó muy tarde, cuando ya tenían organizado todo el proceso de matriculación, y se escudan en que la orden que regula la libre elección de lengua en la primera enseñanza establece que las familias deberán presentar una solicitud por escrito para escoger, ya sea castellano o catalán.

Para «simplificar el proceso y ajustarse a la legalidad», Escola Catòlica recomendó a sus centros que la elección de lengua se hiciese tal y como marca la ley (una orden que hizo el equipo del exconseller Tito Fiol en 2004 y que más tarde confirmó el Tribunal Superior de Justicia al ser impugnada), mediante un formulario aparte, aunque solo era una recomendación y los titulares podían hacerlo como considerasen, por eso algunos sí han incluido la opción en la misma hoja de la matrícula.

Igualmente, la patronal matiza que sea cual sea el proceso, «ni un solo centro» ha rechazado ninguna solicitud, ni en castellano ni en catalán, aunque son «muy pocos» los padres que se han interesado por escoger una lengua en concreto. «Lo demás es una cuestión de procedimiento. No hay ninguna obligación legal de hacerlo de esa manera», aseguran desde Escola Catòlica.

Con todo, la recomendación de la patronal no ha sentado bien al conseller, que ha mostrado «un enfado monumental» y según algunas fuentes se ha mostrado muy indignado, e incluso ha acabado «a gritos» con algún implicado. De hecho, algunos centros hablan de sentirse «presionados» e incluso «amenazados» al depender de los conciertos del Govern.

«Si la Conselleria quiere que todas las familias ejerzan este derecho, que haga una campaña informativa. Nosotros no podemos perseguir a los padres para saber qué quieren», apunta un responsable de Escola Catòlica, que pese a que contemporiza al ser preguntado por la tensión con el conseller, distintas fuentes han recalcado a este diario que hay mucho malestar en ambas partes.