LEVANTE-EMV

El Gran Hermano de las carreteras valencianas

Un sistema integral de gestión permite acumular datos para priorizar las intervenciones en función de la seguridad

Una veintena de “vigilantes” recorren cada día los 1.800 kilómetros en busca de incidencias

La vicepresidenta Reme Mazzolari, Javier Piedra y Laura Martínez (Carreteras).

La vicepresidenta Reme Mazzolari, Javier Piedra y Laura Martínez (Carreteras). / LEVANTE-EMV

Mantener el control sobre una red de carreteras de 1.800 kilómetros, repartidos además en una superficie de casi 11.000 kilómetros cuadrados y 266 municipios requiere, o bien muchos recursos, o bien mucha organización. La Diputación de Valencia ha optado por la segunda opción. La institución ha consolidado un sistema integral de gestión con el que tienen un control holístico de toda la red de carreteras provincial. En esencia, se trata de una plataforma digital en la que, desde 2012, han ido añadiendo capas que permiten, a golpe de clic, tenerlo prácticamente todo bajo control: desde las incidencias que ocurren con la señalización viaria, a la peligrosidad de las curvas de una carretera o el grado de deslizamiento de un tramo, así como todos los pasos que se van dando en un determinado proyecto. Un caso único de integración de información en la gestión de carreteras del país.

Detalle de una de las aplicaciones de la plataforma.

Detalle de una de las aplicaciones de la plataforma. / LEVANTE-EMV

Digitalización

Carreteras es uno de los departamentos más numerosos en cuanto a empleados, con en torno a un centenar de trabajadores, y también uno de los que más presupuesto absorbe dada la magnitud de los proyectos de construcción y conservación. Ubicado en un edificio discreto, en una calle sin apenas tráfico, junto al Pont de Fusta, allí se encuentra esta especie de ‘gran hermano’ de las carreteras de las comarcas valencianas.

El sistema de gestión integral tiene dos dimensiones. Una es la operatividad interna. Tener toda la información de todas las carreteras y todos los proyectos en una única plataforma supone un salto de gestión que facilita el trabajo. “Cuando llegué a Conservación había que llamar al vigilante para saber cuándo se había asfaltado una carretera. O cuando hubo desprendimiento en Cortes de Pallás (2015), la UME nos pidió el inventario de intervenciones que se había hecho en esa carretera, pero todo estaba disperso en cajones", recuerda el director del área de Carreteras, Javier Piedra, junto a Laura Martínez, jefa de la sección de Modernización, también al frente del proyecto.

Control de señales verticales

Uno de los ejemplos más claros de lo que supone este método de trabajo es el inventario digitalizado de todas las señales verticales de su carretera. Esto es lo que ha despertado el interés de la Dirección General de Tráfico (DGT). “El vehículo autónomo vendrá y no puede haber fallos en la interpretación de las señales. Es muy interesante porque los coches necesitan acceder a un punto central para cotejar lo que van leyendo y que no haya fallos. La DGT quiere tener un repositorio, actualizado en tiempo real, para suministrar esos datos de señalización a Google y otros operadores”, explica el técnico.

¿Qué valor aporta el sistema valenciano? Las administraciones de carreteras hacen campañas periódicas de toma de señalización. Pero entre campaña y campaña, la carretera es un ser vivo que cambia. Se desgastan, se caen, se grafitean o se modifican por proyectos de intervención. Ese inventario va perdiendo vigencia. “Nuestro inventario, en cambio, está unido al sistema de gestión de conservación. Cuando un vigilante ve que una señal cae, levanta con su tablet una incidencia contra un elemento del inventario, que aparece como dañado. El sistema te obliga a actualizar el inventario. Eso es lo que le interesa a la DGT. Un sistema sencillo pero que permite garantizar que el inventario está actualizado en tiempo real, a una semana vista, lo que tarda en resolverse una incidencia”, añaden.

Los vigilantes de la carretera

Si el sistema integrado es el cerebro, sus ojos son los vigilantes. El área cuenta con esta figura, una treintena de vigilantes de obras públicas, repartidos en las seis demarcaciones de la provincia, que cada día recorren los 1.800 kilómetros de la red: al menos, cada tramo se revisa una vez por semana; las más importantes, cada día. ¿Y para qué sirve toda esta información? “Para generar conocimiento, y el conocimiento facilita la toma de decisiones”, valora Reme Mazzolari, vicepresidenta segunda y responsable de Carreteras, que apela a los criterios técnicos y no a ‘arbitrariedades políticas’ a la hora de afrontar proyectos.

Recientemente, el área ha realizado una campaña de conocimiento de geometría de las carreteras con tecnología Lidar Mobile, coches equipados con cámaras que toman datos topográficos de las vías y permite, por ejemplo, detectar inconsistencia de curvas. “Si se cruzan inconsistencia y accidentes, tengo que hacer algo. De nuevo los datos en la base de las decisiones. Pronto, comenzarán otra campaña para medir el deslizamiento del pavimento, lo que ayuda a dar preferencia a los asfaltados, añaden.

Mapa de accidentes en una demarcación de Valencia.

Mapa de accidentes en una demarcación de Valencia. / LEVANTE-EMV

Decisiones en base a datos

Otro ejemplo de gestión inteligente de datos es la siniestralidad. “Todos los accidentes están registrados, por tramo, gravedad… A partir de esa información identificamos tramos potencialmente peligrosos (TPP). Hemos definido un algoritmo que en función del tránsito y de los accidentes dice que a ese tramo le pasa algo. Y le damos preferencia a su estudio”, explican los técnicos. “Esto es importante porque cada 4 años hay cambios políticos y nadie va a cuestionar actuaciones por seguridad vial. Estas herramientas dan continuidad y estabilidad a las actuaciones viarias”, concluyen.