TENSIÓN CON MELONI

Los artistas italianos, en guerra abierta contra la extrema derecha

La campaña para las elecciones del 25 de septiembre tensa la relación entre el mundo cultural y los ultraderechistas de Fratelli D’Italia

“¿Meloni como primera ministra? Ayuda, qué miedo”, ha dicho la actriz italiana Ornella Muti, icono del cine europeo

Giorgia Meloni, presidenta del partido Hermanos de Italia.

Giorgia Meloni, presidenta del partido Hermanos de Italia. / ALBERTO LI

Irene Savio

En las redes sociales, en la televisión, en los mítines políticos se ha abierto una guerra no tan silenciosa en Italia. Es la del mundo del arte, la cultura y el espectáculo italiano contra la extrema derecha, encarnada por Fratelli D’Italia (Hermanos de Italia) de Giorgia Meloni, el partido posfascista favorito para triunfar en las cruciales elecciones generales del próximo 25 de septiembre. Un gran número de escritores, pensadores, historiadores, documentalistas, intelectuales varios y, sobre todo, artistas (cantantes, actores, caricaturistas) lo desprecian. Y el sentimiento es mutuo.

Para muestra, valgan las palabras de Meloni, política hábil en usar el lenguaje como una metralleta y bajar al barro en cualquier momento. “Todos los días, una figura del mundo del espectáculo me insulta. ¿Será posible que no hay entre ellos una sola persona que piensa como nosotros?”, dijo la líder ultraderechista el pasado domingo. “¿O tal vez es así porque piensan que la izquierda democrática no les hará trabajar más? ¿Es acaso esto democrático?”, ha añadido.

No ha sido un caso aislado. A finales de agosto, Federico Mollicone, diputado y responsable de Cultura de Fratelli, acusó al prestigioso festival de cine de Venecia de realizar “propaganda” por incluir en su programación el documental Marcha sobre Roma, del irlandés Mark Cousins. En la obra, que aborda el mito fundacional del fascismo y su máximo representante, Benito Mussolini, Cousins yuxtapone imágenes de archivo del ascenso del dictador con clips de figuras nacionalistas de nuestra actualidad, como Meloni, Donald Trump, Marine Le Pen y Víktor Orbán.

Por ello, Mollicone pidió que el ministerio de Cultura italiano, que parcialmente financia el festival, de explicaciones sobre el por qué la película fue emitida pocas semanas antes de los comicios. “Deja un sabor amargo en la boca ver que una institución importante es utilizada como una herramienta de propaganda política”, ha añadido el ultraderechista. En otro apartado, Mollicone también se ha mostrado contrario a la posibilidad que la RAI emita en directo el “espectáculo poco edificante” de la Marcha del Orgullo y, anteriormente, solicitó que la misma televisión pública no transmita un episodio de Peppa Pig en el que aparece una osa polar antropomorfa con dos mamás.

Mensajes de advertencia

Este intervencionismo ha coincidido con la reacción en cadena que, desde que en julio se convocaron elecciones anticipadas, ha multiplicado los mensajes de advertencia frente al porvenir del país. Lo que tal vez explique por qué, en particular, los artistas de la cultura popular que suelen llegar a más personas a través de la televisión e internet, han sido los que más han expuesto su postura. “¿Meloni como primera ministra? Ayuda, qué miedo”, ha dicho la actriz italiana Ornella Muti, icono del cine europeo. Meloni es “la que decía que Mussolini también ha hecho cosas buenas”, ha denunciado el rapero Fedez, marido de la influencer Chiara Ferragni (que también se ha pronunciado repetidamente en contra de la ultraderechista, la última vez este miércoles).

A Dacia Maraini, conocida poeta italiana y amiga íntima del difunto Pierpaolo Pasolini, no le sorprende. “Aunque aún no sabemos hasta qué punto un Gobierno liderado por Meloni incidirá sobre la libertad de expresión, los artistas italianos están muy preocupados porque saben que la derecha ha mostrado siempre oposición a la libertad de prensa y pensamiento”, afirma. “Dios, patria y familia es el lema que usa (Meloni). Eso significa posiciones conservadoras y reaccionarias que rechazan las ideas rompedoras con la tradición que tiene el mundo del arte”, afirma Maraini.

Otros han sido aún más directos e incendiarios. La cantante Loredana Berté, mujer del excampeón de tenis Bjorn Borg, ha afirmado que Meloni debería sentir “vergüenza”, y la ha instado a borrar del logo de su partido la llama tricolor, un símbolo del hoy extinto Movimiento Social Italiano, fundado en 1946 por exfascistas. Preguntado sobre una posible victoria de Meloni, el caricaturista Makkox ha dicho que una victoria de Fratelli “es lo que el país quiere. Somos un pueblo de ignorantes, y la ignorancia es un fertilizante para la derecha”

“No dejemos que nos pisotee una persona que nos dice qué ofertas de trabajo debemos aceptar, cómo debemos criar a nuestros hijos, a quién amar, cuándo hacerlo y cómo hacerlo”, ha añadido Ariete, una cantante muy popular entre los más jóvenes. “Son muchos los gestos de Meloni que atestiguan que hay una continuidad existencial con la historia de la que procede”, ha añadido el escritor Antonio Scurati, autor de una documentada biografía sobre Mussolini, al calificar de “engaño” el supuesto distanciamiento de Meloni del fascismo.

Esta actitud, por supuesto, no ha sido monolítica. También ha habido representantes, abiertamente de derecha o liberales, que se han pronunciado en sentido contrario. Este es el caso del historiador Ernesto Galli della Loggia que ha afirmado que Fratelli ya no es “un partido fascista”. Algo que ha sido festejado por otros pensadores conservadores como Marcello Veneziani o Pierangelo Buttafuoco, no preocupados, como el resto, por la libertad de expresión.

TEMAS