ENTREVISTA

Bernard Hiller, 'coach' de actores en Hollywood: "Los mediocres no acostumbran a pedir ayuda"

Uno de los preparadores de interpretación más importantes del mundo, pasó recientemente por España para impartir una serie de seminarios y presentar 'Guía para la actuación del futuro', un libro cuyas enseñanzas pueden resultar útiles incluso para quienes no se dedican a la interpretación

Bernard Hiller, en los Oscars en 2015.

Bernard Hiller, en los Oscars en 2015. / Europa Press

"El lugar donde más se aprecia a los soñadores es Hollywood. Si llegas allí con tu sueño y a la gente le gusta, te ayudarán. En otros países, sin embargo, cuando les hablas de sueños piensan que es algo infantil. Si además tu sueño es la actuación, te dirán que te busques un trabajo de verdad, que sea seguro. Por lo que a mí respecta, la actuación es el mejor de los trabajos y, en cuanto a que es inseguro, cualquier trabajo lo es. Por eso, entre esa aparente seguridad y la felicidad, yo he elegido felicidad", explica Bernard Hiller (Buenos Aires, 1962), actor con una amplia carrera en musicales de Broadway, series de televisión, películas de Hollywood y anuncios de publicidad. Desde hace tres décadas, Hiller es, además, uno de los coach de actores más relevantes del mundo, como demuestran sus colaboraciones con Cameron Díaz Jeff Goldblum y Billy Crystal, o también con el español Fernando Cayo, conocido por sus roles en La casa de papel o La piel que habito. Una experiencia que ha recopilado en el libro Guía para la actuación del futuro. Sé el artista que siempre has querido, recién publicado en castellano por la editorial Alba.

P. ¿Qué diferencia hay entre un 'coach' de actores y un profesor de interpretación?

R. En realidad no hay diferencia. Un coach ayuda a los actores a preparar un papel en concreto, está en el equipo de la película y ayuda a conseguir interpretaciones inolvidables. Todos los grandes actores quieren ser mejores y el coach les ayuda a conseguirlo. ¿Por qué Messi tiene un coach si ya es suficientemente bueno? Porque quiere ser mejor. Lo mismo sucede con los actores de éxito. Los mediocres, sin embargo, no acostumbran a pedir ayuda.

P. ¿Cómo llegó a convertirse en uno de los mejores 'coach' de actores del mundo?

R. En realidad nunca planeé dedicarme a ser coach de actores. Empecé cuando alguien me pidió que le ayudase a preparar una prueba de casting. Después de que esa persona consiguiera el trabajo hizo que viniera otra persona más, así que ya tenía dos alumnos y, poco a poco, fue aumentando. Lo que sí es cierto es que, cuando finalmente decidí dedicarme a ello, quise ser el mejor coach del mundo. Que realmente lo sea, lo tienen que decir otros, no yo.

P. ¿Qué caracteriza su método respecto del del otros 'coach'?

R. Quería hacer algo diferente, preparar a los actores del futuro, porque no necesitamos ya a los actores del pasado. Para ello utilizo un método que se basa en el amor a la profesión. Cuanto más valoras la actuación y más disfrutas de ella, mejor actor vas a ser. Es un método que opera en el corazón, no en la cabeza, porque la razón puede hacer que se bloqueen tus sueños. Siempre pregunto a mis alumnos “¿quieres una vida difícil o fácil?”. Si quieres una vida complicada es porque tomas decisiones sencillas en tu día a día. No haces lo que debes hacer, no vas donde debes ir, permaneces en relaciones sentimentales que no son buenas… Si quieres una vida fácil, entonces tienes que tomar decisiones difíciles, viajar, gastar dinero. Está en tu mano. Solo tienes que preguntarte qué es lo que realmente quieres con el corazón, no con la cabeza.

El actor estadounidense Billy Crystal, uno de los clientes de Hiller.

El actor estadounidense Billy Crystal, uno de los clientes de Hiller. / Kent Nishimura - AFP

P. ¿Por qué decidió escribir 'Guía para la actuación del futuro'?

R. He visitado más de sesenta países para dar mis seminarios, pero no puedo estar en todos los sitios. Por eso decidí escribir el libro que, efectivamente, está pensado para cualquier persona que tenga un sueño y quiera tener éxito con él.

P. En el libro menciona que suele trabajar con actores, hombres de negocios y políticos. ¿Se puede decir que todos esos profesionales actúan?

R. Todo el mundo utiliza técnicas de actuación en su día a día. ¿Qué papel estás representando tú ahora conmigo? El de periodista. Pero luego representarás el de padre, el de novio, el de amigo… Lo importante no es el papel, sino cómo lo representas. ¿Cómo haces tú de periodista? ¿Cómo de bueno quieres ser? ¿Qué padre quieres ser? Todos interpretamos papeles en la vida, pero yo enseño a que puedas interpretarlos mejor. Cuanto mejor preparado estés, mejor vas a hacerlo.

Si los que se acercan a la interpretación lo hacen solo porque quieren ser famosos pero no aman la actuación, no va a funcionar"

P. En el libro afirma que, si la persona que se acerca a sus enseñanzas lo único que busca es la fama, ni el libro ni la profesión de actor son para ella.

R. Los grandes actores, como De Niro, Al Pacino, Meryl Streep se convierten en personajes famosos porque son buenos actores, no porque sean conocidos. Si los que se acercan a la interpretación lo hacen solo porque quieren ser famosos pero no aman la actuación, no va a funcionar. La actuación es, en realidad, un trabajo, un trabajo estupendo, muy exigente y en el que solo unos pocos son verdaderamente famosos. El resto se dedica a actuar pero, como aman su profesión, no tienen ningún problema si no llegan a ser famosos.

P. ¿No supone demasiada exigencia emocional esa búsqueda de la perfección?

R. En realidad no se busca la perfección, sino ser mejor. Es un concepto muy americano que todavía no está muy implantado en Europa, pero que, poco a poco, va llegando, porque los actores de aquí se dan cuenta de que resulta útil. ¿Por qué Al Pacino ha tenido un coach un día a la semana durante treinta y cinco años? Porque quiere ser aún mejor actor y le funciona.

P. ¿Qué papel están teniendo internet y las redes sociales a la hora de definir ese 'actor del futuro' al que va dirigido su libro?

R. Las redes sociales e internet han sacado a la luz a gente muy talentosa que antes era imposible conocer. Por primera vez en la historia, todo el mundo tiene la oportunidad de ser conocido, viva en Afganistán o en Zimbabue. En España, por ejemplo, hay grandes actores y, gracias a series como La casa de papel, ahora todo el mundo los conoce. Lo que demuestra eso es que, por mucho que la sociedad haga por impedirlo, es el talento lo que realmente importa.

P. ¿Por qué dice que la sociedad impide el desarrollo del talento?

R. Si colocas a veinte niños de cuatro años en fila, verás que son todos diferentes. Sin embargo, cuando crecen se vuelven iguales, pierden su unicidad. La escuela, los padres, la sociedad, las bromas, el bullying se encargan de eliminar esa diferencia. Por eso, elegir ser auténtico es elegir ser impopular aunque, paradójicamente, luego sea al revés. ¿Era Jesús impopular? Sí, pero ahora todo el mundo lo ama. De Lady Gaga todo el mundo decía que estaba loca y ahora todo el mundo la admira. Aunque el mundo te quiera igual a los demás, yo, como coach, quiero que seas tú mismo. El problema es que la gente no sabe quién es porque se han perdido a sí mismos hace mucho tiempo. Eso además provoca que no sean felices porque no viven su vida, sino las vidas de otros.

P. De la lectura de su libro se puede concluir que, si un actor no triunfa, es porque no se ha esforzado lo suficiente. ¿No hay en su método lugar para la suerte o las buenas y malas oportunidades?

R. La suerte y las oportunidades están muy bien, pero lo que realmente tienes que hacer es buscar tus propias oportunidades y crear tu propia suerte. En Hollywood nadie se queja porque, si no hay ninguna película en la que te quieren, haces tú tu propia película. Si no te quieren contratar no puedes estar esperando sentado, contrátate tú mismo. Escribe un guion, produce una película, dirígela… Si las oportunidades no llaman a tu puerta, fabrícate tu propia puerta y llama tú mismo.

'Guía para la actuación del futuro', de Bernard Hiller.

'Guía para la actuación del futuro', de Bernard Hiller. / Cedida