Estreno de cine

Crítica de 'La mujer dormida': terror somnoliento que no despega en ninguna dirección

En su primer largometraje en solitario, la directora Laura Alvea firma un thriller psicológico con tímidas fugas al fantástico y al terror

Una escena de 'La mujer dormida'.

Una escena de 'La mujer dormida'. / Redacción

En su primer largometraje en solitario, la directora Laura Alvea ('Ánimas') firma un thriller psicológico con tímidas fugas al fantástico y al terror. Se nota su querencia por el género en los referentes que maneja y que expone deliberadamente en su película. Para apuntalar la inspiración gótica de 'La mujer dormida', hace que su protagonista, sin ir más lejos, coja de una estantería 'La maldición de Hill House' de Shirley Jackson. Y en su forma de jugar con las identidades y la idea del doble puede intuirse la fascinación por Brian De Palma.

Pero, aunque el impulso sea honesto, 'La mujer dormida' no despega en ninguna dirección. Protagonizada por Almudena Amor, cuya presencia es lo más interesante de la película: tiene el rostro y la templanza de las actrices de terror más emblemáticas de los 70, cuenta la historia de una enfermera que se traslada a una casa aislada para cuidar de una chica que está en coma. La ha contratado el marido (Javier Rey) de la mujer dormida.

El potencial del punto de partida se desvanece en una narración plana y estirada, también algo confusa, en una atmósfera poco consistente, en un sentido del suspense endeble. Hay oficio técnico y elegancia en determinadas decisiones de puesta en escena, pero también una evidente falta de ideas interesantes, ingeniosas o más o menos atractivas en la ejecución de las escenas fantásticas o de terror. Los excesos musicales tampoco ayudan.