ENTREVISTA

Richard Hawley: "No creo que los ricos puedan hacer gran música"

El músico de Sheffield, que pasó por Pulp en el tránsito de los 90 a los 2000, celebra sus 25 años de carrera en solitario con un álbum que refrenda su dominio de materiales clásicos

Richard Hawley, en una imagen promocional.

Richard Hawley, en una imagen promocional. / CEDIDA

Es no solo el gran cronista sentimental de Sheffield, sino también el cancionista clásico más representativo de nuestro tiempo. La exquisita discografía de Richard Hawley (Sheffield, 1967) goza de un nuevo capítulo con In This City They Call You Love (2024), un noveno álbum con el que el ex guitarrista de Pulp homenajea la cálida dicción de sus conciudadanos norteños al son de un puñado de baladas y otro buen manojo de chispazos de electricidad alentados por el influjo de leyendas del rock and roll como Link Wray o Duane Eddy. Hablar con él por teléfono siempre es un placer singular, por su franqueza y honestidad. La charla deriva desde su nuevo trabajo hasta la historia del fútbol... sin saber muy bien cómo.

P. En julio de 2023 dijo que este nuevo disco sería diferente a los anteriores: en canciones como Two For His Heels, Have Love o Deep Space, las guitarras suenan más crujientes y áridas que nunca, reverberantes e incluso con feedback, como queriendo explorar nuevas texturas.

R. Es la exploración de utilizar menos elementos. Menos es más. Y de usar cuatro guitarras eléctricas, puede que cinco si cuento una de doce cuerdas, en lugar de cientos. Un bajo sexto de origen mexicano que compré hace muchos años es lo que suena en Two For His Heels. Y dos o tres guitarras acústicas para diferentes texturas. Es un disco muy sencillo.

P. Al mismo tiempo, hay profusión de baladas que son más de su estilo tradicional. Un disco de contrastes muy acentuados.

R. Sí, estoy de acuerdo. No quería tener miedo de enfrentarme a esos extremos. No aferrarme a un solo registro. Explorar distintas direcciones. Escribí demasiadas canciones desde el último disco, Further (2019). En parte, creo que fue porque tuve mucho tiempo durante el confinamiento, tuve espacio y tiempo para pensar en muchas cosas. No quise escribir un disco sobre la pandemia, ni en pintura. Escribí mucho, y al final escogí aquellas canciones que podrían encajar juntas, independientemente de que fueran rápidas o lentas, agresivas o amables.

P. Sorprende Do I Really Need To Know?, transmite vibración de bossa nova, sin serlo. Hubiera sido un buen single.

R. Me alegra saberlo, porque es una de las canciones que no estaba seguro si debía incluir. Ten en cuenta que grabamos veinte. Pero esta me gusta. El solo de guitarra es uno de mis favoritos. Prism in Jeans también tiene un toque un poco sudamericano, quizá ligeramente español, un groove que no está muy lejos de la samba o de la música brasileña.

P. El disco se llama In This City They Call You Love, una idea que se plasma en la canción People: la gente que te llama amor como un latiguillo cariñoso aún sin conocerte personalmente, esa cercanía coloquial que también brota en algunas ciudades españolas cuando vas al mercado y la dependiente te dice "cariño" o "mi alma".

R. Creo que Sheffield es una ciudad muy amigable por la forma en la que se habla, aunque tengamos los mismos problemas que en cualquier otro lugar. Por ejemplo, tenemos una enorme población estudiantil, y muchos de los que se gradúan en la universidad deciden quedarse aquí, por el ambiente. Y tiene que ver también con esa forma tan encantadora de hablar. También es una ciudad más segura que la mayoría.

P. ¿Es más acogedora que Londres?

R. Sí, todas las capitales suelen ser más frías, y más caras para vivir. Es más fácil sentirte solo. Sheffield tiene cerca de cinco millones de árboles, hay muchos parques, espacios públicos y bosques que rodean la ciudad, y creo que eso le da a su gente su espacio mental. Es algo que también quise explorar en el disco, al margen de la idea que sugiere el título: ese concepto de estar en paz contigo mismo.

P. El amor parece la idea central, en cualquier caso, y en estos tiempos parece más necesario que nunca apelar a él si echamos un vistazo a lo que ocurre en el mundo. ¿El amor como acto de resistencia?

R. ¡Absolutamente! Es deprimente en estos tiempos ver las noticias. Yo creí, ingenuamente, que la especie humana aprendería algo tras el covid. Y que saldríamos mejores. Y hemos ido a peor. Con líderes aún más locos. Mi mujer es trabajadora en salud mental, mi hija también, y me describen las vidas de muchos pacientes como clínicamente insanas. En lugar de tomar decisiones racionales, optan por lo más loco. El amor, la amabilidad y la empatía son actos de resistencia hoy en día, sin duda. El odio requiere muchísima energía. Te consume. Las demás opciones, no. Es fácil tener en cuenta a los demás. La gente agresiva que maneja el mundo está poniéndonos en riesgo. Te voy a robar eso del amor como un acto de resistencia, Carlos. ¡En una frase has resumido lo que he intentado transmitir en un jodido álbum! (risas).

P. Further (2019) parecía un resumen de algunas de las mejores propiedades de sus discos anteriores, pero también como un fin de etapa. Sin embargo, este álbum sí parece un nuevo comienzo de algo, en cierto modo. Más aún después de haber publicado un recopilatorio y haber trabajado en el musical Standing At The Sky’s Edge, dirigido por Chris Bush para teatros.

R. Es interesante. Nunca pensé que publicaría un recopilatorio, fue idea de mi manager, que se empeñó porque me aproximaba a los 25 años de carrera en solitario, un cuarto de siglo, y pensó que era el momento. Pero yo no estaba muy seguro, porque el viaje no ha terminado aún. Es más largo. Sí que es verdad que con Further (2019) tocaba decir adiós al pasado. Y me alegra que sientas que esto es como una nueva fase: tengo 57 años, una edad en la que muchos músicos ya no tienen nada que decir. Un día de estos yo mismo me convertiré en adulto, con un poco de suerte (risas). Estoy muy feliz de seguir haciendo música a estas alturas de mi vida. El mundo moderno y sus redes sociales, internet y todo eso, es un lugar extraño para mí. No tengo tiempo que dedicar a mis redes sociales, elegí no llevarlas. Siento que no encajo del todo en este mundo. La única cosa que ha tenido sentido para mí en este universo es dedicarme a la música.

P. Como dice, son 25 años de carrera en solitario. ¿Ha sentido alguna vez miedo a quedarse sin ideas?

R. No. Tan simple como eso. No sé lo que es. Nunca he tenido dificultades para escribir canciones. Lo más difícil no es crear música, sino lidiar con las falsas expectativas de la gente y con los aspectos externos que te comentaba antes, con todo lo que tiene de intrusivo el mundo moderno. Parece que ya no es suficiente con hacer un álbum, tienes que hacer muchas cosas más, y eso me resulta extraño, porque llevo una vida muy sencilla. Paseo a mis perros, cuido de mi familia, escribo mi música, me voy al pub, a veces me emborracho… hago lo mismo todos los días, y me gusta esa simplicidad, porque mi juventud fue caótica, y así debía ser porque al fin y al cabo así es la naturaleza de cualquier juventud. Conforme me hago mayor, me gusta estar en paz conmigo mismo. Al menos intentarlo. No meterme en mierdas locas (risas). No es bueno.

Richard Hawley, en una imagen promocional.

Richard Hawley, en una imagen promocional. / DEAN CHALKLEY

P. ¿Escucha cosas de hoy en día?

R. Soy terrible para eso, apenas escucho música de ahora. Casi todo es antiguo. Rock and roll, rhythmn and blues, bandas sonoras de películas… pero poca música moderna. Y no es porque no me guste, sino porque no quiero que me influya. Hay muchísima música buena sonando por ahí, mis hijos escuchan la radio todo el tiempo, y me gustan muchas de las cosas que oyen, pero yo estoy todo el tiempo escribiendo en mi cabeza, metido en mi música y no quiero que nada de eso me influya. Es un lugar peligroso para un escritor, porque puedes acabar comparándote con otros y eso no es sano. Yo escucho a los pájaros, el río y los árboles, el tráfico y la gente, los ruidos de la vida: esa es la música que amo.

P. ¿Tampoco le ha influido su trabajo para el musical, Standing At The Sky’s Edge?

R. No, en absoluto.

P. Recientemente, ha sido estrenado en el West End londinense tras comenzar su periplo en Sheffield. ¿Le impresionó su buena acogida?

R. Me sorprendió porque empezamos a trabajar en la obra hace doce años, y nunca pensé que saldría de Sheffield. Honestamente, ni siquiera pensé que mi música saldría de Sheffield, no digamos ya el musical. Me parece una locura que se haya estrenado en el West End. Me cuesta entenderlo (risas). Cuanto más local o coloquial me pongo, resulta más universal, no sé por qué. Nunca pensé que ocurriría, porque además el mensaje del musical es esperanzador pero bastante oscuro.

P. Leí en una entrevista para The Big Issue que su abuelo, Albert Edward Wright, trabajó como músico de music hall y en la industria del acero en los años 30, y fue quien le inculcó la idea de dar el 100% en cualquier labor. ¿Fue importante para su conciencia de clase?

R. Al 100%. No creo que la gente rica pueda hacer gran música. La mejor música en el mundo siempre viene de la pobreza. Ya sea blues, flamenco… es música folk, que viene del pueblo. Es la mejor porque es veraz y poderosa.

P. ¿Le veremos tocando en España con este disco?

R. Ojalá. Ha pasado tiempo. Estuve el verano pasado dando un concierto sin banda en Mallorca, en el castillo de Bellver, me encantó pese al calor: nunca había pasado tanto calor en España, estábamos a 42 agrados y apenas se podía salir del hotel. Y me jodió no poder ir a ver un partido de fútbol del Atlético Baleares con mi amigo Tomeu (Gomila), porque el calor era insoportable. Espero volver y poder verlos. Tengo hasta la camiseta del club.

P. ¿Es del Sheffield Wednesday o del Sheffield United?

R. Del Wednesday, desde que era un crío. Iba a verlo con mi abuelo. Honestamente, ambos equipos son un poco mierda, pero tienes que estar junto a tu equipo. Has de serle fiel.

P. Hace unos días, en un partido del Sheffield United contra el Manchester City, solo les faltó poner el autobús bajo la portería. Quizá, no podían hacer otra cosa.

R. Los odio (risas). El caso es que el fútbol de campeonato de liga se inventó en Sheffield: si googleas Sheffield FC, que es el tercer equipo de la ciudad, verás que es el club más antiguo del mundo. Se fundó en 1857. Cuando Pelé visitó Sheffield, lo primero que quiso es acudir al campo del Sheffield FC. En los autobuses de la ciudad hay fotos de Pelé diciendo “no Sheffield FC, no Pelé”.

P. ¿Alguna vez se ha imaginado viviendo en otro lugar?

R. Ni de coña (risas). Nunca. En ningún otro sitio te dicen “amor” como aquí.