LIBROS

Leer en voz alta, un juego para fomentar el amor por la literatura desde la infancia

'Pequeños gigantes de la lectura', proyecto inspirado en un concurso francés, celebra su segunda final en la Feria del Libro de Madrid después de poner a leer a ocho mil escolares

Una de las participantes de la final de 'Pequeños gigantes de la lectura', un juego de lectura en voz alta para escolares de Cuarto de Primaria celebrada en la Feria del Libro de Madrid.

Una de las participantes de la final de 'Pequeños gigantes de la lectura', un juego de lectura en voz alta para escolares de Cuarto de Primaria celebrada en la Feria del Libro de Madrid. / Patricia J. Garcinuño

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

Las reglas son sencillas: se trata de leer en voz alta, durante tres minutos, un fragmento de un libro publicado entre 2021 y 2023 de un autor español vivo. Sólo puede participar alumnado de cuarto de Primaria. Primero, se elige al mejor del colegio y el jurado son las compañeras y compañeros de quinto y de sexto. Después, al mejor de la provincia y la comunidad autónoma, con jurados que involucran a las bibliotecas y otros organismos ligados a la lectura. Por último, los diez mejores de España compiten en la Feria del Libro de Madrid por ser el que mejor lee en voz alta de toda España. El juego se llama Pequeños Gigantes de la Lectura, y la segunda final nacional acaba de celebrarse en el marco de la Feria.

El jurado de la final estuvo deliberando más de media hora: Lo presidía la madrina del evento, la escritora Begoña Oro, que abrió su interlocución diciendo "hay que cuidar de forma especial lo que crece y mirarlo y escucharlo, porque es precioso. Esta historia que nos vais a regalar hoy va a ser irrepetible". Tardaron en elegir el nombre de la ganadora, que en esta edición ha sido Paula Martín, del Colegio Santísima Trinidad (Amor de Dios) de Zamora. "Hemos discutido mucho", admitía Oro antes de anunciarla. "Todas las lecturas nos han llegado a alguna parte del cuerpo. Hay una calidad tan grande que al final nos hemos guiado por el corazón, por lo que nos había llegado".

Esta es la segunda edición del juego, y ya ha conseguido doblar el número de participantes. El impulso es de Magali Guerrero, que fue agregada cultural encargada de la promoción del libro francés en la Embajada de Francia en Madrid y directora de las bibliotecas del Instituto francés de España hasta 2021 y es profesora de formación. Guerrero se fijó en un juego similar que se celebra en Francia cada año desde hace 15 y que allí involucra a 100.000 niñas y niños, impulsado por el Sindicato Nacional de Editores y los ministerios de Cultura y Educación. Aquí, el número de participantes en esta segunda edición ha sido de 4.500 (de 110 colegios), 8.000 si se incluye también a los jurados escolares.

"En Francia vieron que bajaban los índices de lectura y se fijaron en una iniciativa similar que se hacía en Alemania y ahora funciona muy bien. Pero de hecho creo que el origen está en Rusia, donde el juego es tan fuerte que los autores de los libros escriben textos específicos para que sean leídos en la final", explica Guerrero. "Yo me inspiré en el formato francés, pero la diferencia es que aquí estamos insistiendo mucho en involucrar a todos los elementos de la cadena del libro: editoriales, organismos públicos de educación y cultura para que también participen las bibliotecas... En España queremos que sea un proyecto de educación artística y cultural que construye puentes entre cultura y educación".

Desde el inicio a la Feria del Libro de Madrid le interesó mucho el proyecto y le ha dado cobijo y apoyo. Eva Orúe, su directora, se mostraba entusiasmada en la final de este año. "Con lo que nos ha costado estar aquí da un subidón veros... Provoca una emoción especial ver que no estáis animando a un futbolista ni una influencer, sino a vuestros compañeros, a alguien que viene a leer", le decía a los niños. "Compartir la lectura es emocionante".

El juego cuenta con otros patrocinadores y colaboradores, fundamentalmente CaixaBank, la empresa de innovación cultural Palimpsesto, CEDRO, la Federación del Gremio de Editores y los gobiernos de las comunidades autónomas, aunque el nivel de implicación difiere según el organismo público. Cuando pensó en traerlo a España, Guerrero se encontró con una organización administrativa diferente a la de Francia, un país más centralizado, lo que le ha hecho tener que trabajar con cada comunidad autónoma de forma independiente. En total, en esta segunda edición han participado centros de siete territorios: Comunidad de Madrid, Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha, La Rioja, Canarias y Asturias. Los finalistas que llegaron a la Feria del Libro procedían de diferentes localidades: Zamora, Gijón, La Laguna, San Martín de la Vega, Loeches, Logroño, Granada y Alcázar de San Juan.

¿Por qué un concurso de lectura en voz alta?

El objetivo inicial de Pequeños Gigantes de la Lectura era fomentar la lectura entre los escolares, y de hecho, en el centro escolar, los textos se acompañan de fichas pedagógicas. Todos los docentes que participaron en la primera edición confirman que el juego ha ayudado a su alumnado a mejorar la fluidez oral y la comprensión lectora. Pero lo que está consiguiendo este concurso, en su corta trayectoria, va mucho más allá. "Hay muchas competencias clave que se trabajan: la lectura se convierte en una experiencia colectiva que se comparte en el grupo, pero además, se trabaja la confianza en sí mismos al tomar la palabra, además de ir afianzando sus gustos literarios". dice Guerrero.

En la final de este año, todos leyeron de acuerdo a los parámetros que valora el jurado: una buena entonación, modulando la voz y haciendo las pausas correspondientes para que se entiendera bien la lectura. Todos dijeron estar nerviosos antes de comenzar, y algunos, también emocionados. Las personalidades se entreveían entre líneas: algunos leían de manera más tímida, escondiendo la cabeza entre las páginas del libro que sujetaban, otros proyectaban mejor la voz mirando hacia el público...

"Es que no podemos olvidar la oralidad del libro, venimos de esa oralidad", recordaba en una entrevista reciente Ana Campoy, que participó como autora en la final del año pasado con su libro Pepa Guindilla. ¡Contra el mundo! (editorial Nórdica Infantil) y este año acudía como público. "Yo creo mucho en el poder de la lectura en voz alta. Si te das cuenta, es lo primero que recibimos de nuestros padres cuando nos cantan de bebé, hay una conexión emocional ahí. Y en tiempos como los que estamos viviendo, para mí es tan importante volcarnos en la humanidad... creo que eso nos retrotrae un poco a una zona de cobijo, la la narración oral".

El ambiente en la final de Madrid era excepcional. Los finalistas llegaban acompañados de sus compañeros de clase (salvo la niña de La Laguna, por cuestiones presupuestarias). Muchos llevaban camisetas, banderas y pancartas de apoyo. El griterío era excepcional, todos coreando el nombre de su finalista.

Títulos actuales

Un comité de expertos selecciona los títulos que compiten en la final: un escritor, un profesor y bibliotecario, una bibliotecaria y una escritora, ilustradora y librera. La única condición es que sean libros publicados en España entre 2021 y 2023 de autores vivos. Las editoriales, sobre todo las grandes pero también algunas pequeñas, envían sus sugerencias y se trata de incluir títulos con diferentes niveles de lectura para que pueda participar también alumnado con alguna dificultad de lectura. Los que llegan a la final reciben además la visita del autor o autora en el cole semanas antes de acudir a Madrid y son apadrinados por ellos. "El autor o autora lleva una hoja de ruta, les habla del recorrido de su obra, pero también de cómo funciona la cadena del libro, de la existencia de los derechos de autor... No sólo hablan de la historia que van a leer en la final", explica Guerrero.

En la final de este año, los textos han contado historias de intérpretes de piano, abuelas aventureras, otras enamoradas de los abuelos, colegios de magia... La ganadora, Paula Martín, eligió para su intervención un texto de Lilí, la justiciera enmascarada: sola ante el peligro (Edebé), de Santiago García-Clairac. La segunda finalista, Valeria Sánchez, de Gijón, eligió El niño de fuego (Anaya), de Ledicia Costas; y Safaa Ousri Achahboun, de Granada, ha quedado en tercer lugar con Mi mamá, mi mánager (Edebé), de Alfredo Gómez-Cerdá. El resto de finalistas eligieron libros de César Mallorquí, Ana Alonso, Paloma Muiña, Rafael Salmerón, Santiago García-Clairac, Patricia García Rojo, Andrés Guerrero y Beatriz Giménez de Ory. 

Mayoría de centros públicos

Aunque el concurso está abierto a colegios públicos, concertados y privados, "la inmensa mayoría son coles públicos", explica Guerrero. "El año pasado, por ejemplo, hubo uno de Segovia con muy pocos medios que presentó a una alumna de etnia gitana que ganó la final provincial. Dedicó el premio a su abuela, que nunca había podido aprender a leer. Fue muy emocionante. Era una niña que faltaba muchísimo a clase y que gracias a este juego descubrió lo mucho que le gustaba leer y volvió a motivarse".

La tercera finalista de esta edición, Safa Ousri Achahboun, es una niña granadina de origen marroquí en cuyo hogar no se habla español y que no solamente ha venido a la final con sus compañeros de clase, también le ha acompañado su madre y Margot, la bibliotecaria de su barrio, que ha estado muy involucrada en el proceso. "En Granada ha pasado una cosa muy bonita", explica Guerrero. "Este año participaban por primera vez, era como una prueba piloto, y la Feria del libro de la ciudad ha querido organizar también un acto para que los ganadores de la provincia leyeran en voz alta para el público". La bibliotecaria confirmaba: "lo más bonito del juego es que ha habido una convivencia entre los colegios de la ciudad muy especial".

También de un centro público -el Colegio José Bergamín, de Boadilla del Monte- fue el ganador de la edición pasada, Nicolás Fernández-Cavada, que este año formaba parte del jurado y fue el protagonista de uno de los momentos más emotivos de la final: el tributo a uno de los autores más querido por los niños, Miguel Ángel López González, conocido popularmente como Hematocrítico, fallecido en noviembre del año pasado. Nicolás leyó un fragmento de Doña Problemas, uno de sus títulos, y quiso presentarle así: "El año pasado me dedicó el libro con estas palabras: 'Para Nico, campeón lector y actor, eres especial'. Esta dedicatoria es hoy mucho más especial".