LA ENTREVISTA

Tamar Novas, actor: "Puedo entender a los narcotraficantes, pero no los justifico"

"Si surgen comparaciones, es que vendrán preconcebidas. Porque quien vea Clanes comprobará desde el primer momento las diferencias con Fariña"

El actor compostelano Tamar Novas.

El actor compostelano Tamar Novas. / ANDRÉS GARCÍA

Salvador Rodríguez

Protagonista, con Clara Lago, de la serie Clanes que Netflix estrena el próximo viernes, producida por Vaca Films, Tamar Novas (Compostela, 1986) ya se ha convertido en una referencia en la "estirpe" de actores y actrices gallegas que triunfan en el audiovisual español, y algunos de ellos internacional.

Ganador del Premio Goya como mejor actor revelación por su interpretación como Javi en la película de Alejandro Amenábar Mar adentro (2004), también ha trabajado en filmes como Los abrazos rotos (2009) de Pedro AlmodóvarLa playa de los ahogados (2015) de Gerardo Herrero o Elisa y Marcela (2019) de Isabel Coixet, así como en numerosas series. ¿Quién se lo iba a decir a aquel niño que se estrenó con La lengua de las mariposas (1999) a las órdenes de José Luis Cuerda?

Aunque interpretó, en la serie Fariña, a un narco (el lugarteniente de Sito Miñanco), en Clanes , ahora vuelve al "negocio" encarnando un papel de protagonista, el de Daniel Padín, heredero del veterano capo de un clan gallego. ¿De qué manera se ha preparado para construir este personaje?

A mí, en general, me encanta todo el proceso de preparación, de documentación y de búsqueda de todo lo que pueda encontrar acerca de los personajes que interpreto, es una de las partes que más disfruto, sobre todo cuando el personaje me atrae. mucho Daniel es un narcotraficante, como lo era el Roque de Fariña, pero ambos son muy distintos entre sí. Así que, claro, quise preparármelo muy bien y, para ello, hablé con personas que se dedicaron a este “negocio” (algunos incluso con procesos pendientes), con arrepentidos, con gente que me dijo que lo había dejado pero a mí me consta que sigue…y también con policías, guardias civiles, abogados y jueces que participaron en operaciones contra el narcotráfico y a los que, la verdad, acabé admirando profundamente porque ponen sus vidas en riesgo cada día.

Y le contaron muchas historias…

Muchísimas, y lo curioso es que, como se dice en estas tesituras, el reto es que la ficción luego sea creíble, en el sentido de que aquí también se cumple eso de que la realidad supera a la ficción. Pero la serie ha intentado ser muy fiel a la hora de contar cómo funcionan los clanes y también que tipo de personas y emociones hay.

¿Se puede citar alguna de estas personas con las que ha hablado?

Eso es secreto profesional. Lo que sí tengo que decir es que todas han sido muy generosas conmigo al abrirse contándome sus experiencias y sus emociones. Y eso, como actor, es una experiencia muy buena, no solo profesionalmente, sino de vida.

Me consta que tiene usted una gran devoción por la trilogía de El padrino. Este Daniel Padín que interpreta ¿se parece al Michel Corleone que encarnó Al Pacino?

El padrino es una referencia para todos y siempre está ahí cuando se tocan estos géneros. Michael Corleone y Daniel tienen, obviamente, puntos en común, pero el marco es distinto. Daniel es un hombre que hereda un “negocio” y lo hereda porque así se le encomienda, sin embargo en El padrino el planteamiento es que hay un capo (Vito Corleone/Marlon Brando) que no quiere que su hijo se dedique a eso. Daniel, al cabo, es una especie de príncipe que, bueno, no quiero hacer demasiado spoiler, pero a medida que avanza la historia se pregunta si le merece la pena llevar una vida así, porque aunque no lo parezca al principio, él tiene un buen corazón…pero eso mejor que lo descubra el espectador y saque sus propias conclusiones.

Me temo que ha empatizado usted con Daniel, pero es que Daniel tiene también tiene un lado oscuro…

La suerte que tenemos los actores y actrices es la de poner experimentar, aunque sea de una forma imaginativa, con situaciones y personajes en los que hay mucha oscuridad. Yo confieso que he llegado a empatizar con él, pero en el sentido de que me resultaba de todo punto fundamental entenderlo, tanto a él como a las personas que se mueven en ese ambiente, y he aprendido que lo único que te diferencia de alguien así es haber nacido en la familia que has nacido o tener ciertas experiencias, no tanto buscadas como encontradas. A mí no me ha ocurrido esto, pero soy de los que piensan que la ficción sirve, entre otras cosas, para que se reflexione acerca del porqué se toman ciertas decisiones en la vida y que, por lo tanto, no se dé una visión plana y única de la realidad.

El padrino tiene una de esas peculiares características que derivan en que el público, en general, se ponga de parte de los “malos”. Usted, como gallego, conoce el problema que tuvimos (y aún tenemos) en Galicia con el asunto del narcotráfico y, concretamente, con la heroína, que se llevó por delante a casi una generación de jóvenes. ¿Cuál es su visión, no ya profesional, sino personal de los narcos?

¡Uf! Este es un tema muy complejo. A mí, en primer lugar, lo que me viene es una sensación de absoluta pena y frustración por lo que le pasó a esa generación que fue víctima de que Galicia se convirtiese en la puerta de entrada de muchas de esas sustancias de las que no se tenía noticia de las consecuencias de su consumo. Por lo tanto yo, como persona, jamás voy a justificar que alguien se dedique a un negocio como éste, pero eso no me impide, y además a mí me interesa como actor, saber qué mueve a esas personas, porque sé que me va a ayudar a hacer mejor mi trabajo. De hecho, yo me he encontrado con ex narcos que me confesaron que ellos no querían causar el daño que causaron, que se arrepienten…En fin, que yo creo que, para resaltar la luz, hay que conocer la oscuridad. En Clanes no hay una romantización del narcotráfico ni de los narcos, ni un posicionamiento apologista, sino que lo que se propone al espectador es un viaje muy complejo.

Si a usted le hubiese fallecido un hermano o un amigo a consecuencia del consumo pongamos que de heroína, ¿podría ser amigo de Daniel Padín?

No me gustaría jamás en la vida verme en una tesitura así, sería un dilema muy grande para mí.

Pero puede imaginarla.

Sí, claro. Pues, mira, de primeras no me imagino compartiendo mucha vida con Daniel Padín, aunque confieso que el personaje tiene unos valores que yo puedo comprender. De hecho, en él se produce un cambio que… bueno, hasta aquí puedo contar.

Tamar Novas, en una secuencia de “Clanes”.

Tamar Novas, en una secuencia de “Clanes”. / NETFLIX

Uno de los ejes de la trama es la historia de amor que surge entre usted (perdón, Daniel) y Ana (Clara Lago). ¿Quizás hacer creíble este romance ha sido un reto mayor que contar las “aventuras” de los narcos?

En todos los oficios surgen relaciones extrañas, incluso entre periodistas, ¿no? (ríe).Y es verdad, el gran reto, en estas ocasiones, es hacer verosímil historias como esta, por eso en Clanes, el director y los productores se han preocupado mucho de que eso que llaman “hacer verdad”, es decir, que todo huela y suene a auténtico, a verdadero.

Clanes se estrena el próximo viernes y, después, obviamente, vendrán las críticas, positivas, neutras o negativas. ¿Teme que en los críticos pesen mucho las comparaciones con Fariña?

–Si surgen esas comparaciones, es que vendrán preconcebidas. Porque quien vea Clanes sin acordarse constantemente de Fariña, comprobará las diferencias desde el primer momento. Sé que las comparaciones igual serán inevitables, pero yo, desde que leí este guión, confirmé que el tono, el estilo y la trama son muy distintos.

Uno de los puntos en común es la proliferación de actores y actrices gallegos. Se ve que están de moda…¿O es que son los adecuados buenos para estos papeles?

En Galicia, ahora mismo, hay una estirpe de actores y actrices impresionantes. Yo creo que el único país comparable a lo que ocurre en Galicia es Irlanda, con el que tenemos muchas similitudes, empezando por la de la tradición oral de contar cuentos. Y además tenemos técnicos, productores, directores… buenísimos. A mí el reparto de Clanes me parece impresionante: Miguel de Lira, Touriñán, Checho Salgado, Diego Anido, Marta Acosta, María Pujalte…eso, por citar unos cuantos ¡y qué suerte poder rodar con todos ellos!

Me siento muy afortunado por haber podido trabajar con tan buenos directores pero luego, claro, esas oportunidades hay que aprovecharlas

José Luis Cuerda, Amenábar, Almodóvar, Isabel Coixet…ha trabajado usted con algunos de los mejores directores del cine español. ¿Qué les da para que lo fichen?

Creo que algo que escapa totalmente a mi control: la suerte. Yo soy un privilegiado y me siento muy afortunado por poder ejercer mi profesión y, encima, tener la suerte que he tenido. Luego, claro, estas oportunidades hay que aprovecharlas, pero yo en este aspecto soy de los que creo en las meigas.

Visto desde fuera, trabajar con Amenábar y luego con Almodóvar debe ser tan distinto como la noche y el día…

En realidad, es como si tuvieses dos días estupendos que no tienen nada que ver entre sí, pero ambos son fantásticos. Trabajé con ellos en dos épocas distintas de mi trayectoria. Con Amenábar era mi segunda película y todavía estaba formándome como actor, y Almodóvar me pilló un poco más tarde, y todavía seguía siendo un principiante. Pero los dos son geniales. Si me llamasen otra vez, aceptaría a ciegas, incluso sin conocer el guion.

Las meigas me han dado mucha suerte

A estas alturas de su carrera profesional ¿ya se puede permitir el lujo de escoger los papeles que le proponen?

Ya sabes que esto va por rachas, pero sí que he podido hacerlo este año porque, de hecho, me han llegado tantas propuestas que, literalmente, por falta de tiempo, no he podido aceptar todas las ofertas de guiones que he recibido. Me da un poco de pudor decirlo porque sé como está la profesión.

¿Qué personaje o tipo de personaje no interpretaría nunca?

Me cuesta contestar a esto. Lo que sí te puedo decir es que hubo un personaje que rechacé interpretar porque, como estaba basado en un hecho real, me parecía que había poca distancia entre el suceso y la emisión de la serie, y temía herir sensibilidades.

¿Con qué director le gustaría trabajar?

¡Un montón! Los hermanos Cohen, Martin Scorsese, Carla Simón….la lista es muy larga.

¿De cuál de los personajes que ha interpretado (en televisión, teatro o cine) se ha sentido más satisfecho?

¡Qué difícil! Guardo un muy buen recuerdo del personaje que interpreté con el Centro Dramático Nacional, a los 17 años, en Viaje a ninguna parte. Y eso creo que también se lo debo a las meigas.