CRÓNICA

Miguel Poveda y la gala de los ganadores abren el Festival del Cante de las Minas: "Me baila la sangre"

El Festival vive su primera gran noche también con la gala de los ganadores de la pasada edición

Miguel Poveda, anoche durante el pregón del Festival del Cante de las Minas de La Unión.

Miguel Poveda, anoche durante el pregón del Festival del Cante de las Minas de La Unión. / Loyola Pérez de Villegas

Marco Albaladejo Alajarín

Ahora sí. Llegó la ansiada noche. Sobre las diez y cuarto de la noche del 1 de agosto de 2024, tras el anuncio de la presentadora del Festival, Lydia Martín, subía al escenario. Ya antes de decir una sola palabra, las aproximadamente seiscientas personas que asistieron al Mercado Público de La Unión arrancaron en aplausos, silbidos de júbilo y vítores varios. Entre anécdotas, recuerdos, y alguna pequeña lágrima, Poveda recordaba aquellas noches de agosto de 1993, en las que consiguió lograr la ansiada Lámpara Minera.

Su compañero de viajes, Juan Ramón Caro, también dedicó unas palabras al municipio, y tras recordar a su maestro, el unionense Pencho Cros, sorprendieron con una pequeña interpretación de una minera, que describía su trayecto desde Barcelona a La Unión, que acabó con la Lámpara en sus manos. Además, Poveda anunció en primicia el desarrollo, altruistamente, de un disco exclusivamente de cantes mineros y levantinos, a modo de documento cultural para las futuras generaciones de artistas. Remató su discurso con unas palabras que hicieron levantarse a una amplia mayoría de los asistentes: “Larga vida al Festival del Cante”.

Tras un pequeño espacio otorgado a los trovos, en el que los jóvenes Miguel Ángel Sánchez 'El Marqués' y Tomás Parra, dos jóvenes de no más de veintiún años, intercambiaron sus coplas, llegó el turno de los ganadores de la edición de 2023. Raúl Pérez, premio Filón al instrumentista flamenco. Arrancó por soleares, con especial énfasis en los registros medios y bajos del piano, muy de vez en cuando visitando los agudos. Tras una primera sección ciertamente alborotada, dio un inesperado final abierto a su primera interpretación. Continuó con jaleos extremeños, acompañado de guitarra, percusión y palmas. Unos jaleos con tintes de jazz y tintes latinos.

El sucesor del Filón fue Yoel Vargas, el ganador del Desplante (premio de baile flamenco), en su categoría masculina. Sin duda alguna, el plato fuerte de la noche. Y es que cuando este chico pone sus pies sobre el tablao, pasan cosas. Entrando con parsimonia, y con una expresión facial de enrome tristeza, desarrolló la casi totalidad de su danza por farrucas. Hay que destacar, dada su formación, el componente performativo de su estilo.

Un momento de la actuación de la gala de los ganadores.

Un momento de la actuación de la gala de los ganadores. / Loyola Pérez de Villegas

La perfección en la ejecución de cada uno de sus movimientos, desde el zapateado más calmado, hasta el más vivo taconeado, o los giros sobre su propio eje. Todo pasaba tan rápido, de forma tan sublime, que pareciera que Yoel lloraba con la farruca. Cerró su espacio con un espectacular desplante, que hizo al público levantarse inmediatamente de su asiento, arropándole en incesantes alabanzas y vítores. Posteriormente, sobre el escenario desarrolló su toque el Bordón Minero (galardón al toque de guitarra), Juan Luis Campos 'El Poti', por tarantas, soleá, y una zambra final, acompañado de Raúl, con quien tuvo una agradable “conversación instrumental”, uno al piano y otro a la guitarra.

La actual Lámpara Minera, Rocío Luna, superó con creces toda expectativa posible. Es inevitable para el municipio poner el foco, y por tanto, un grado más de exigencia, en la Lámpara, galardón más prestigioso del Festival. Para Rocío, sin embargo, no fue tarea difícil meterse en el bolsillo al público, cantando por mineras y tarantas, con su característico timbre vocal. Una minera llamó la atención de los asistentes. Una preciosa copla con extra de ingrediente unionense. Por una parte, vocal, con giros vocales muy influidos por el estilo de Encarnación Fernández. Por otra parte, en lo referente a la letra, pues la copla fue escrita por el unionense Francisco Paredes, a petición de la propia artista. Una taranta y una bulería dieron el broche a su actuación, alejándose del micrófono en esta última, un momento que resaltó la delicadeza de su estilo de cante, a pesar del inherente carácter lamentoso de los cantes mineros.

Cerró la noche con una impecable actuación Rocío Garrido, ganadora del Desplante, en su categoría femenina, con movimientos directos y precisos, que llegaron como una flecha a los corazones de los allí presentes.

De principio a fin, una noche para el recuerdo. Desde la primera palabra salida de la boca de Miguel Poveda hasta el taconeo final de Garrido. Una noche en la que cada uno de los galardonados demostró dos cosas. La primera, el justo merecimiento de su galardón, y la segunda, todo el progreso artístico logrado a lo largo de este año.