'Tintín' Landaluce, un talento "sin prisas" tutelado en territorio Nadal: "El objetivo no es ganar ya"

En septiembre del año pasado, con todos los focos apuntando a un Carlos Alcaraz que se estaba consagrando como la principal referencia del mundo del tenis al ganar su primer Grand Slam, un espigado chico rubio que entonces tenía apenas 16 años empezó a dar a conocer su nombre en las pistas del US Open. Apenas un día antes de que el murciano asaltara Flushing Medows y el número uno del ránking ATP, Martín Landaluce conquistó el torneo en su categoría junior, demostrando que cuenta con todas las herramientas para, en un futuro no tan lejano, medirse cara a cara con su amigo, con quien comparte agencia de representación, la multinacional IMG.

Conocido entre los suyos como ‘Tintín’ por el parecido con el famoso personaje de cómic, el "proceso" que insisten en llevar con calma los que le rodean se ha acelerado tras un 2022 que cerró con seis títulos, 58 partidos ganados y solo ocho perdidos, y que le ha obligado a decidir si seguir con sus estudios en Estados Unidos, como hicieron sus hermanos, o apostar de pleno por su carrera deportiva.

No hubo muchas dudas y se impuso la segunda opción, por lo que a principios de 2023 Landaluce salió de Madrid para trasladarse a Manacor junto a su entrenador, Oscar Burrieza, y seguir dando pasos en su camino hacia el profesionalismo en la 'Rafa Nadal Academy'. Allí recibió el 1 de marzo la noticia de que había escalado hasta el número 1 del ranking júnior, un lugar de privilegio que mantiene a pesar de haber dado el salto, siendo el único en el top-5 que ha nacido en 2006 y no en 2005.

"Era un paso necesario. Estar en el entorno de Rafa, con todo lo que es él, nos ayuda a crecer mucho. Y luego las infraestructuras, que son las mejores del mundo, los entrenadores que nos acompañan, el clima, las condiciones… Estar en Madrid todo el año no es bueno para el desarrollo de un jugador por la altura, y en Manacor podemos trabajar al nivel del mar a diario", destaca su técnico.

Primera victoria profesional, Godó y Madrid

"Es cierto que se han generado muchas expectativas por sus buenos resultados en el circuito junior, y no solo por eso, porque es verdad que el juega muy bien y tiene un gran potencial, pero en el tenis cada jugador tiene sus ritmos y sus tiempos", destaca Burrieza, que incide en la necesidad de fortalecer el físico de un adolescente que ya supera los 190 centímetros de altura "para ponerlo a la altura de los mejores" y que las lesiones y percances físicos no condicionen su futuro.

"En esta primera fase es muy complicado conseguir victorias, y tampoco es lo que buscamos. El objetivo no es ganar ya y que se meta arriba muy joven. Si lo consigue, fenomenal, pero realmente no es ese. El objetivo es que tenga una carrera muy larga y que cuando tenga 35 años siga teniendo ganas y físico para seguir jugando", asegura su técnico, que repite una y otra vez que ahora es momento de "formarse integralmente" y aprovechar todas las oportunidades en grandes torneos que se les presenten "para aprender y no tanto para conseguir resultados".

Primera ronda contra Gasquet

"Los tenistas aprenden mucho por los ojos, por lo que ven enfrente. Jugar y entrenar con gente mejor que tú y que lleva muchos años en esto le ayudará a darse cuenta de por donde tenemos que seguir trabajando para mejorar, que es lo que tiene que copiar de ellos, y recoger los frutos en los próximos años para ser un muy buen jugador de tenis", destaca el entrenador gallego sobre su pupilo, que tiene como referentes al alemán Alexander Zverev, con quien comparte cierto parecido físico y de estilo de juego, y a Alcaraz, tres años mayor que él.

Mientras tanto, su entorno insiste constantemente en “mantener los pies en el suelo”, tener "tranquilidad" y avanzar "sin prisas". Una línea que ha hecho suya el propio Landaluce, que en los últimos meses ha tratado de estar aislado de las redes sociales para evitar que los comentarios que ya circulan sobre él le hagan perder el foco.

Pese a ello, cada vez es más complicado abstraerse y las comparaciones a golpe de titulares como "el nuevo Nadal" o "el nuevo Alcaraz" empiezan a repicar con fuerza. Ahora que el tenis español pasa página, con Nadal como único superviviente de una generación dorada, y el tenista de El Palmar recoge el testigo destrozando cualquier registro de precocidad, Landaluce asoma como su posible socio en el futuro.