DEPORTE ADAPTADO

El árbitro que perdió una pierna en un accidente y ahora triunfa en la petanca: "Me dieron 24 horas de vida"

El gallego José Manuel Ramil 'Furilla' sufrió una amputación cuando iba a dirigir un partido, pero que no le ha impedido seguir disfrutando del deporte

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José Manuel Ramil 'Furilla', el árbitro que perdió una pierna en un accidente de tráfico, disfrutando de la petanca.

José Manuel Ramil 'Furilla', el árbitro que perdió una pierna en un accidente de tráfico, disfrutando de la petanca. / EPE / CEDIDA

Denís Iglesias

Denís Iglesias

José Manuel Ramil siempre ha sido un hombre inquieto. Por eso, en el colegio un profesor le apodó, sin pensárselo demasiado: "Furafollas", una palabra gallega que designa a los que no pueden parar quietos. Con el paso del tiempo derivó en 'Furilla', nombre por el que le conocen en el mundo del fútbol de Galicia, que cayó en la conmoción tras el accidente que este árbitro de Lugo, ahora campeón de petanca, sufrió cuando iba a dirigir un partido a Vigo y por el que sufrió la amputación de la pierna izquierda. Tenía 27 años, ahora, superados los 50, solo mira hacia atrás para sentir orgullo.

"Todo lo que hago ahora es para sentirme útil y disfrutar. Llevo ya 40 operaciones, porque tuve la mala suerte de que el guardarraíl me atrapó en el siniestro. Me afectó a todo: la cadera, la uretra, la vejiga, la cintura... Me dieron 24 horas de vida. A mis familiares les dijeron que se preparasen para lo peor. Pero tuve una segunda oportunidad que estoy aprovechando al máximo. Estamos en este mundo dos días", confiesa 'Furilla' a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, con el corazón en una mano y la cabeza en la otra.

Homenaje y adaptación a una nueva vida

Ramil siempre ha estado relacionado con el mundo del deporte. Con 15 años empezó a ser árbitro: "Lo hice, porque me permitía ganarme un dinero. Mi padre murió cuando yo tenía doce y el tema inicial fue económico. Prácticamente, conocí toda España como colegiado", cuenta un profesional que llegó a ser asistente en Segunda B, en los equipos de José Luis Bello Rebolo o Belarmino López López. Su dilatada trayectoria y el cariño de la gente hizo que el CD Lugo y el Celta celebrasen un partido en su honor en 2002. Un encuentro en el que, con sus aportaciones, participaron equipos y jugadores de toda España.

El partido homenaje que el CD Lugo y el Celta celebraron en homenaje a José Manuel Ramil 'Furilla'.

El partido homenaje que el CD Lugo y el Celta celebraron en homenaje a José Manuel Ramil 'Furilla'. / EPE/CEDIDA

Después del accidente, 'Furilla' arrancó una carrera diferente, pero que le ha reportado grandes alegrías. El proceso fue largo y duro, porque tuvo que empezar a vivir de cero. "Al principio me costó bastante, porque tenía que adaptarme a elementos como una bolsa de colostomía y hacerme la idea de que tendría que estar 'sondado' toda la vida. Pero, ¿sabes qué? Al final es como si eres diabético y tienes que pincharte para saber el nivel de glucosa. En cuanto lo asimilas, todo va a mejor", razona Ramil.

En el municipio coruñés de Cambre, de mano del Club de Tenis Marineda, empezó a jugar al tenis. En su Lugo natal pasó a militar en el Club de Tenis As Termas, desde el que fue convocado para la selección gallega. Llegó a proclamarse subcampeón de España. Pero Ramil nunca lo ha tenido fácil, incluso poniendo todo de su parte. Una operación del túnel carpiano le obligó a cambiar de disciplina. Así descubrió la petanca, que entró en su vida de pleno con la pandemia.

El rechazado a la definición de "discapacitado"

"Me gustó desde el principio. Es un deporte muy entretenido en el que hay mucho que pensar. En cuanto a la estrategia, se parece al ajedrez. Necesitas anticiparte a tu rival", explica un jugador que consiguió la medalla de bronce en campeonato nacional de categoría adaptada que se celebró en Elda (Alicante). Lo hizo formando pareja con María Dolores Benadero. 

Cayeron en semifinales contra Jesús Escacho (formaba dupleta con Olivia Bautista), el campeón del mundo y único español que vive de la petanca, como contó a este diario, gracias al apoyo de Patatas Gómez, una empresa de su pueblo. 'Furilla' siempre se ha enfrentado a los mejores en las disciplinas que practica, como el tenista gallego Martín de la Puente, que estará en los Juegos Paralímpicos de París 2024 y que ha sido campeón del mundo junior.

José Manuel Ramil 'Furilla', jugando a tenis en silla de ruedas.

José Manuel Ramil 'Furilla', jugando a tenis en silla de ruedas. / EPE/CEDIDA

Son ejemplos de que la palabra discapacidad no tiene sentido. Que sea un término absurdo, al igual que "disminuidos físicos, sensoriales o psíquicos", definición retirada de la Constitución Española recientemente y que celebra Ramil. "Ha sido muy positivo, aunque todavía quede trabajo por hacer. Lo mismo sucedía años atrás con el término 'subnormal'. Parecía que esa persona no podía hacer nada por tener una discapacidad. Cuando la realidad es que tenemos capacidades diferentes. Cuanto más entrenas, mejor salen las cosas", reivindica Ramil.

La petanca, un deporte en el que caben todos

La mayor barrera que encuentra el deporte adaptado no está en los atletas, sino en los recursos de los que disponen. Por ejemplo, la lluvia provoca que los clubes de petanca de Lugo tengan que hacer filigranas para cuadrar su calendario de la Liga Xunta. No tienen un terreno de juego cubierto. Pone más de su lado la Federación Española de Petanca, que cubre los desplazamientos de los deportistas.

"Siempre pensamos que la petanca es para jubilados, pero en la selección gallega hay chicos de 15 años. Es un deporte inclusivo, en el que podemos jugar mezclados hombres y mujeres, de todo tipo y condición, como pasa en el baloncesto en silla de ruedas, donde la primera división es mixta", cuenta un 'Furilla' que también tiene una buena muñeca, como demuestra en la Fundación Breogán Xuncas Diversia, el equipo de básquet en el que también se desempeña. Aunque su primera incursión en este deporte fue desde la gestión del club de su barrio.

José Manuel Ramil 'Furilla', junto a Jesús Escacho, campeón del mundo de petanca.

José Manuel Ramil 'Furilla', junto a Jesús Escacho, campeón del mundo de petanca. / EPE/CEDIDA

La confirmación de que Ramil ha sido, como su apodo indica, una persona que nunca ha parado. Y esto ha sido posible gracias a la mejor compañera que ha tenido, sin ninguna duda. Yolanda, "mi mujer, la que hace todo lo posible para que yo me pueda valer. Me casé después del accidente, pero llevábamos juntos desde los 17 años. Después fui yo el que tuve que estar a su lado por otra dolencia, un cáncer. Pero siempre nos tuvimos el uno al otro". Nada ha conseguido separarles. Uña y carne. Sangre y corazón. Hueso y músculo. La palanca que permite a José Manuel Ramil la segunda mejor oportunidad del mundo. La más vitalmente aprovechada.