El inicio de la ronda francesa

60 bicis y 700.00 euros de inversión por equipo en el Tour

Frente al imperio norteamericano una marca española, Orbea, nutrirá a los ciclistas belgas del Lotto con bicis montadas en Mallabia (Vizcaya) y que se pueden comprar al precio de 11.500 euros por unidad.

Etapa 16 del Tour de Francia 2023

Etapa 16 del Tour de Francia 2023 / EP

Sergi López-Egea

Sin bicicletas no hay paraíso y tampoco Tour de Francia. La imagen de Chris Froome -ausente este año y seguramente para siempre de la carrera- en el Ventoux corriendo con sus zapatillas y calas no es lo habitual. Ocurrió hace 8 años después de que una moto bloqueara a todos los favoritos. Al entonces jersey amarillo no se le ocurrió otra cosa que emular a Kilian Jornet y ponerse a trotar monte arriba como si no hubiese un mañana.

Las bicis son piezas esenciales, vitales e insustituibles a la hora de luchar por cualquier objetivo. Se prueban en laboratorios, se montan con mimo y ciclistas profesionales elegidos por cada equipo las examinan en la pretemporada cuando todavía hay tiempo de cambiar y mejorar cualquier detalle. Las firmas del sector se entregan en cuerpo y alma porque saben que no hay mayor escaparate que un Tour para mostrar sus ‘juguetes’ al mundo, a cicloturistas que enloquecen para montar la misma bici -y es posible- en la que pedalea cualquier figura de la carrera… o la de sus sueños, la que le ha encandilado por los colores cuando un primer plano de la televisión francesa la ha mostrado al mundo bajo el cuerpo de un escapado o una gran estrella a la hora de un demarraje.

Sólo hay una marca española en este Tour; una de las fábricas más antiguas del planeta que nació en 1840 en la guipuzcoana villa de Éibar para dedicarse a las armas que daban trabajo a toda la población hasta que en 1926 comenzó a montar bicicletas. Orbea, instalada hoy en la localidad vizcaína de Mallabia, nutre al conjunto belga del Lotto Dstny, una de las escuadras profesionales más longevas, fundada en 1985, y que siempre se ha distinguido por ser uno de los equipos expertos en la caza de etapas; en este Tour lo intentarán con Arnaud de LieVictor Campanaerts y Maxim van Gils.

El ejemplo de Orbea es exportable a cualquier otro bloque de este Tour para constatar la importancia de las bicis que, a diferencia de lo que sucede en los campos de la gasolina y el motor, donde primerísimas marcas sepultan a las de menor presupuesto, aquí apenas hay diferencias porque la calidad es tan y tan alta que cualquier ciclista con pedigrí se puede sentir un príncipe a la hora de luchar por sus objetivos.

“El equipo Lotto ha viajado a este Tour con 60 bicicletas de nuestra marca, incluidas las de contrarreloj, 40 de ellas totalmente montadas. Cada ciclista dispone de entre dos y tres bicis de los modelos Orca y Orca Aero, que son los de alta gama, y que también llevan los equipos del Euskaltel y la escuadra femenina del Laboral Kutxa”, cuenta Jokin Díez, director de comunicación de Orbea.

Mercado internacional

Los ciclistas belgas rodarán con bicis vascas, enfrente de las principales firmas del sector, multinacionales mayormente norteamericanas; una cooperativa ante el Goliat del imperio de las dos ruedas. “Se trata de que vayan con bicis que luego cualquier cicloturista pueda adquirir. Se intenta abrir una puerta al mercado internacional”, añade Díez. De eso se trata, porque cualquier aficionado a este deporte, que económicamente se lo permita, puede surcar las carreteras con la bici de De Lie, igual que lo podría hacer con la que llevarán en otras escuadras Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar. Una bici del Tour, como las del conjunto Lotto, cuesta 11.500 euros; por lo que si se suma el precio a las 60 que cada escuadra guarda en su camión mecánico se puede calcular que la inversión alcanza los 700.000 euros por equipo participante, ya que las de ‘crono’ siempre son mucho más caras.

Todas las bicicletas del Tour son de carbono. Los cuadros llegan a las fábricas desde países asiáticos. En el caso de Orbea se montan en Mallabia. “El montaje lleva un trabajo previo de investigación, de ingeniería y dibujos 3D. Nosotros iniciamos la relación con Lotto este año, pero ya en septiembre de 2023 entregamos las primeras bicis para que algunos corredores del equipo empezasen a probarlas”, añade Díez.

Las bicis pesan 6,7 kilos, que es el límite que permite la Unión Ciclista Internacional (UCI). Entre los 176 participantes, nadie pedaleará por debajo de estos kilogramos porque está prohibido y sería descalificado. Las bicis de contrarreloj son más robustas porque se busca más la aerodinámica que la ligereza. Como ocurre con el caso de Orbea –“nosotros lo haremos con las horquillas”, advierte Díez- los equipos llevan en los camiones bicis pintadas en amarillo, verde, blanco y con lunares por si alguno de los corredores lidera, aunque sea por un día, una de las clasificaciones del Tour y pueda llevar una bici a juego. Es la exposición, la lucha por un mercado y la fórmula para seducir al cicloturista… porque de eso se trata.