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Un año después, Joao Félix vuelve a la casilla de salida: entrena con el Atlético, pero apartado del grupo

El delantero portugués se ha reincorporado a la disciplina rojiblanca tras finalizar sus vacaciones, aunque todas las partes tienen claro que no quieren continuar juntos y trabajan para solucionar la situación lo antes posible

Joao Félix, durante un partido de la pretemporada pasada con el Atlético.

Joao Félix, durante un partido de la pretemporada pasada con el Atlético. / AFP7 vía Europa Press

Daniel Gómez Alonso

Daniel Gómez Alonso

La historia no es nueva. Como ya ocurrió ahora hace un año, Joao Félix ha vuelto a enfundarse, una pretemporada más, la ropa de entrenamiento del Atlético de Madrid pese a que ni el club ni el propio jugador querían que esa imagen se volviera a producir. Al portugués se le han acabado las vacaciones y sigue sin encontrar una solución que le permita dar carpetazo, todas las partes esperan que esta vez sea el definitivo, a su enquistada relación con el club rojiblanco, por lo que ha tenido que volver a pisar el Cerro del Espino. Eso sí, lo ha hecho apartado y en solitario, separado por apenas unas decenas de metros de sus actuales compañeros.

Porque volverle a ver vistiendo la camiseta de juego rojiblanca ya se antoja mucho más complicado. Prácticamente imposible por su tirante relación con Simeone y la plantilla. 380 días han pasado de la airada discusión entre Joao Félix y Andrea Berta en el primer día de trabajo del luso de la pretemporada del año pasado. Volvía el luso de seis meses cedido en el Chelsea y los ingleses ya le habían comunicado que no seguirían apostando por él. Ahí empezó un tenso verano de 2023 que se resolvió en las últimas horas del mercado. Tras manejar todo tipo de destinos, incluso Arabia, al final acabó a préstamo en el Barça tras una declaración de amor al club catalán que le cerró

Ahora, la imagen se repite, aunque sin discusión mediante. Y esta vez, al contrario que las dos temporadas anteriores, todos esperan que sea la desvinculación definitiva entre un club y un jugador a los que une un contrato hasta 2029. Porque Joao firmó en el momento de su fichaje por el Atlético hasta 2026, pero posteriormente aumentó un año (con el préstamo al Chelsea) y dos más (con el préstamo al Barça) para rebajar una amortización que ahora no ahoga tanto como en los primeros cursos. Aunque sigue molestando.

Mal final en el Barça y desparecido en la Eurocopa

Suenan muchos posibles destinos, pero ningún equipo termina de dar el paso, al menos en los términos a los que aspira el Atlético. Se habla del Aston Villa de Unai Emery, del que se dice que es un enamorado del juego del portugués. También del Benfica, suclub de origen, o incluso de un regreso al Barça que ahora, a pesar de que el jugador parece ser del gusto del nuevo entrenador Flick. Pero nadie pone el dinero en la mesa y el tiempo empieza a apremiar, tanto para lo que se refiere al mercado como a la carrera deportiva del jugador, estancado a sus 24 años tras dos años de cesiones infructuosas.

El que fuera siete del Atlético no triunfó en el Barça la temporada pasada pese a un buen arranque y Xavi acabó relegándole al banquillo, el lugar más habitual en los últimos años para el que una vez fue apodado el Menino de Oro. Y la Eurocopa, en la que apenas jugó con Portugal y en la que además falló el penalti en la tanda en la que Francia eliminó a la selección lusa, no sirvió para revalorizar su figura. Más bien todo lo contrario.

Así las cosas, todas las partes tienen claro que ya basta de cesiones, y que el siguiente paso debe ser un traspaso. La cuestión ahora es el quién, y por supuesto la cantidad, porque el club espera no tener que regalar a un jugador por el que invirtió 120 millones y al menos quiere recuperar una parte de esa cantidad. Y todos quieren que sea rápido, para evitar escenas como las de la pretemporada del año pasado, que además de la discusión con Berta llega a su punto álgido de tensión en la gira por Corea del Sur, México y Estados Unidos, en la que el luso protagonizó varios desaires estuvo aíslado del grupo y solo Samu Lino socializó con él.

No jugó ni un minuto en los cuatro amistosos del viaje, ni trabajó con el grupo. Tampcoo acabó varios entrenamientos, argumentando sufrir unas lesiones de las que poco más se supo. En esa gira se terminaron las esperanzas, escasas ya por entonces, de encauzar su carrera en el Atlético, llegando a un punto de no retorno al que ahora, 380 días después, se ha vuelto.