Luis Aragonés; el sabio de Hortaleza y primer arquitecto de la Triple Corona

Tal día como hoy, un 28 de julio de 1938, nacía en el barrio de Hortaleza, Madrid, Luis Aragonés, quien más tarde se convertiría en una leyenda del fútbol español y un ícono del Atlético de Madrid. Conocido cariñosamente en su barrio como el chico de la señora Generosa, Luis creció en una época turbulenta, marcada por la Guerra Civil española.

Comienzos dificiles

Vino al mundo en una casa de la calle de la Juventud, hoy Mar Cantábrico, donde sus padres, Hipólito y Generosa, llevaban una vida sencilla pero llena de trabajo y solidaridad. El ambiente bélico de la época transformó la tranquila villa agrícola en un hervidero militar, con conventos y quintas convertidos en cuarteles y soldados alojados en cada rincón. La familia Aragonés, a pesar de las dificultades, se destacó por su generosidad, ayudando a sus vecinos en tiempos de necesidad.

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Desde joven mostró una gran pasión por el fútbol, destacando como mediocampista zurdo en el Colegio Jesuita de Chamartín. A los quince años, fichó por el Getafe Club de Fútbol, y en 1958, los ojeadores del Real Madrid lo incorporaron a sus filas, aunque fue cedido a equipos como el Recreativo de Huelva, Hércules y Plus Ultra.

Símbolo rojiblanco

Debutó en Primera División con el Oviedo el 11 de diciembre de 1960, pero nunca jugó con el primer equipo del Real Madrid, que optó por traspasarlo al Real Betis Balompié. En el Betis, se consolidó como uno de los mejores centrocampistas de la liga, lo que le llevó a fichar por el Atlético de Madrid en la temporada 1964-1965.

Con el Atlético, Aragonés ganó tres Ligas y dos Copas del Caudillo, y fue el máximo goleador de la Liga en la temporada 1969-1970. Su mayor logro con el equipo rojiblanco fue la final de la Copa de Europa en 1974, donde marcó un gol memorable contra el Bayern de Múnich, aunque el equipo alemán finalmente se impuso en el desempate.

Tras colgar las botas en la temporada 1974-1975, Aragonés comenzó su carrera como entrenador, llevándose el título de la Copa Intercontinental con el Atlético de Madrid. Su trayectoria como técnico fue igualmente destacada, ganando la Liga en 1977 y la Copa del Rey en varias ocasiones.

Al frente de la selección

En 2004, Aragonés asumió el rol de seleccionador nacional, llevando a España a la victoria en la Eurocopa 2008, rompiendo el maleficio de los cuartos de final y venciendo a Alemania en la final. Un momento especial a destacar de aquella época, se remonta a su discurso en la final de la competición, el entonces seleccionador pronunciaba su ya famosa frase "del subcampeón no se acuerda nadie". Entro los representantes del momento Iniesta, Xavi, Villa, Casillas o Torres, aplicaron aquel dogma consiguiento un hito más en la historia del fútbol.

Este triunfo marcó el inicio de una era dorada para la absoluta masculina, que posteriormente ganaría el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012. La ansiada Triple Corona.

Aunque nunca se libró de estar en la diana de alguna que otra polémica, con rostros como Raúl González o Samuel Eto'o, su capacidad para motivar a sus jugadores y su visión estratégica lo convirtieron en una figura icónica y respetada en el mundo del deporte. Aragonés se retiró del fútbol en diciembre de 2013, dejando un legado imborrable en el fútbol español. Murió el 1 de febrero de 2014.