Elecciones generales

La receta del éxito de Bildu en las elecciones generales

EH Bildu será la primera fuerza abertzale en el Congreso de los Diputados, donde tendrá seis escaños

Arnaldo Otegi.

Arnaldo Otegi. / Atlas Agencia

EH Bildu será la primera fuerza abertzale en el Congreso de los Diputados, donde tendrá seis escaños (cinco por Euskadi y uno por Navarra). Además, dispondrá de grupo propio en el Senado. Los 333.362 votos que consiguió en la pasada “noche mágica” del 23-J son el mejor resultado electoral de la coalición desde que se bautizó con este nombre.

¿Qué razones hay detrás de su éxito? ¿Por qué EH Bildu gana votos mientras que otro partido nacionalista, como ERC, los pierde? ¿Bildu está creciendo o, simplemente, es que el PNV está bajando?

María Silvestre, catedrática de Sociología de la Universidad de Deusto (Bilbao) y directora del Deustobarómetro, deja claro que Euskadi y Cataluña viven momentos políticos muy diferentes. “En Cataluña hay decepción entre la gente y un desgaste por el proceso político y jurídico que se ha atravesado. En Euskadi, sin embargo, se vive otra etapa. ETA ya no existe y Bildu se ha normalizado políticamente”, comenta la investigadora universitaria, que insiste en que el electorado más joven no vincula a la coalición abertzale con el terrorismo.

"El mensaje independentista de EH Bildu ha quedado en un segundo plano frente a las políticas sociales, como las de vivienda, trabajo, juventud y medioambiente"

Uno de los motivos que explica el éxito electoral de la formación que lidera Arnado Otegi es, precisamente, el hecho de haber difuminado del mensaje independentista. Este existe, por supuesto, pero “ha quedado en un segundo plano frente a las políticas sociales, como las de vivienda, trabajo, juventud y medioambiente”, continúa la directora del Deustobarómetro.

"Para entender el actual éxito de EH Bildu hay que retomarse a 2011. En 2016, Podemos mostró una hoja de ruta a la coalición abertzale"

La victoria del 23-J de la formación nacionalista -que no es un partido político sino una coalición de partidos- no viene de un día para otro. La politóloga Eva Silván, especializada en análisis político y cooperación internacional, asegura que hay que remontarse al año 2011 para comprender todo el proceso que ha atravesado y del que ahora está recogiendo sus frutos. En 2011, bajo el nombre de Amaiur, cosecharon 334.489 votos en las elecciones generales. “La izquierda abertzale regresa al Congreso de los Diputados”, recuerda la politóloga, que menciona que el 15-M y la irrupción de Podemos en la escena política activó a una parte del electorado vasco: jóvenes de izquierda, progresistas pero no nacionalistas. “En 2016, Podemos mostró ese camino”, añade.

Importante giro

La directora del Deustobarómetro recuerda que, en 2016, el partido morado se convirtió en la primera fuerza política de Euskadi mientras que Bildu quedó relegado a un cuarto lugar. A raíz de ese descalabro, Bildu dio un importante giro. “Renovó sus cuadros, metió a gente más joven, también a muchas mujeres y personas sin pasado vinculado con el terrorismo. Y lanzó una clara apuesta por las políticas sociales”, concluye la experta.

Bildu fue creciendo en votos. En 2020, Podemos se fracturó en Euskadi y la formación de Otegi supo pescar en ese caladero para atraer a nuevos votantes. El partido morado “enseñó una hoja de ruta” a la coalición abertzale, concluye la politóloga Silván.

Silvestre y Silván destacan otros dos aciertos de la coalición vasca: la transformación de su discurso y el hecho de convertirse en un partido político visible y útil en Madrid.

Euskadi es un territorio nacionalista, explica la catedrática de Sociología de Deusto. Pero los responsables de Bildu han sabido leer muy bien el momento político actual y han suavizado su mensaje soberanista. “El discurso más abertzale ha bajado la intensidad. Es innegable que Bildu ha atravesado un proceso. No usan el término “condenar” (el terrorismo de ETA), pero han asumido responsabilidades y pedido disculpas”, explica la politóloga. 

Miguel Ángel Blanco

El terrorismo hizo acto de presencia, de la mano de la extrema derecha, en uno de los encuentros electorales previos a las elecciones generales, el debate entre los siete partidos con grupo propio en el Congreso. Acusándole de tener un oscuro pasado, Espinosa de los Monteros (Vox) preguntó a Oskar Matute (Bildu) dónde estaba mientras el concejal Miguel Ángel Blanco era secuestrado y asesinado por ETA. “Recuerdo donde estaba, sí. En una vigilia en Ermua, pidiendo su liberación”, contestó, con templanza, el diputado.

Político de amplia trayectoria, Matute es otro de los ingredientes de la exitosa receta de Bildu. El diputado viene de Ezker Batua-Berdeak (Izquierda Unida), está muy curtido, tiene un bagaje considerable y un discurso bien armado y coherente. Sus formas son exquisitas y no tiene vinculación con el pasado terrorista.

Un partido útil en Madrid

Cara amble de Bildu, Matute es el diputado que ha conseguido que la coalición tenga visibilidad en Madrid, quitándole al PNV la hegemonía de ser un partido influyente y útil. “Bildu apoyó la moción de censura a Rajoy y arropó al Gobierno en plena pandemia. Es un partido que influye y que está en las grandes decisiones en Madrid, es necesario para completar mayorías”, destaca Silván. Bildu, además, forma parte del férreo muro contra PP y Vox.

Fuera de Madrid, la formación liderada por Otegi está muy presente en la calles de Euskadi. Silván recuerda que en las últimas elecciones municipales y forales ganó 16.800 votos frente a los 86.000 que perdió el PNV. La derecha nacionalista vasca -que acusa el desgaste de tantos años de gobierno- sigue teniendo grandes ayuntamientos, pero los pequeños municipios son territorio de Bildu.

Una de las grandes preguntas de la política en Euskadi -donde se celebrarán elecciones autonómicas en primavera- es si Bildu crece o PNV baja. “Ambas cosas. Una no se puede entender sin la otra”, responde Silván, que recuerda que el voto de Bildu es mayoritariamente joven, pero muy transversal.