DIARIO DE MALLORCA

El Hotel Cala Bona cumple 100 años

Un 20 de julio de 1924 el establecimiento abrió sus puertas iniciando su periplo en la industria turística de la isla

El Hotel Cala Bona cumple 100 años

El Hotel Cala Bona cumple 100 años / DM

Biel Capó

Desde los inicios del turismo, son muchos los hoteles que se han construido en Mallorca, actualmente, la mayoría de aquellos hoteles familiares han pasado ha formar parte de grandes cadenas. Por lo que cada vez es más difícil encontrar un hotel familiar y más aún que sea centenario y siga siendo regentado por familiares descendientes de los fundadores.

Es el caso del Hotel Cala Bona en Son Servera, que hoy cumple cien años de existencia. Fue fundado por Miguel Vives Servera, un emprendedor y visionario, que, a principios del siglo XX, ya regentaba en el pueblo, el estanco, la gasolinera, la fonda de la plaza y un cine. En febrero de 1923, la conferencia impartida en su cine por un médico suizo, que destacó la belleza natural de Son Servera y el clima de Mallorca, asegurando que si a imitación de Suiza se construyeran hoteles o sanatorios, Son Servera sería conocida por turistas extranjeros que la visitarían, llamó la atención de Miguel Vives, y posiblemente este fuera el embrión de aquella primera fonda de Can Cupa, que después de poco más de un año se inauguraría en Cala Bona, un 20 de julio de 1924. Emprendió así una fascinante aventura turística, que muchos vecinos y amigos no auguraban demasiado próspera. Lo hacía junto a su hija Matilde, de 17 años, fruto de su matrimonio con Matilde María González Miralles. El establecimiento era de una planta baja y contaba con ocho habitaciones y un baño. Con el paso del tiempo la afección de una enfermedad respiratoria del padre hizo que la joven hija Matilde se hiciera cargo del negocio, para sacarlo adelante, a pesar de que su progenitor aseguraba que hasta su fallecimiento permanecería en Cala Bona.

El Hotel Cala Bona cumple 100 años

El Hotel Cala Bona cumple 100 años / DM

El establecimiento era conocido por lo que se cocinaba a base de pescado y langostas, pescadas en el pequeño puerto y que mantenían frescas en los viveros marinos, situados frente a la fonda. Hasta Cala Bona venían clientes de toda la isla, de Sineu, Petra, Inca.… Aquellos primeros años, unos asiduos eran un grupo de Vilafranca, con su párroco al frente, que cada año en verano acudían para deleitarse con las paellas de langosta, que allí se preparaban. En aquellos tiempos, el establecimiento estaba abierto todo el año, por lo que en los fríos meses de invierno, todas las tardes, acudían a las habitaciones con un calentador de hierro que albergaba brasas en su interior, para introducirlo entre sábanas, así se calentaba la cama y el cliente no la encontraba tan fría. Aquel hecho de entreabrir la cubierta de la cama era lo que ellos denominaban realizar el destape.

Los años pasaban y la familia crecía, pronto llegaría la tercera generación fruto del matrimonio entre Matilde Vives y Biel Bauzá. Sus hijos Catalina y Sebastián crecieron dentro del ambiente de faenas familiares, pronto empezaron a recibir a los clientes, con aquella premisa aprendida de sus antepasados, tratarlos lo mejor posible, donde también se incorporó Miguel Nebot, marido de Catalina.

En 1961, se construyó sobre el establecimiento el primer piso, pasando de 8 a 12 habitaciones y un año después, en 1962, animados por el touroperador, se construyeron más pisos, pasando a tener 36 habitaciones y es aquí cuando la antigua fonda de Can Cupa pasa a denominarse Hotel Cala Bona.

Evolución del hotel

A partir de este momento el hotel ha ido reformándose, para adaptarse a los tiempos más modernos. Disponiendo en la actualidad de los mas cómodos y variados servicios para atender a un cliente que de cada vez es más exigente. Los años pasan y llega la cuarta generación, los hijos de Catalina y Sebastián empiezan a implicarse en el negoció desde jóvenes.

La familia crece y el establecimiento también, fruto de el buen trabajo realizado por las diversas generaciones. Actualmente Sebastián Bauzà, sigue administrando junto a sus dos hijos el negocio, cuyos nombres se repiten en su genealogía, Matilde Maria y Biel, sin olvidar aquella antigua premisa de cuidar al cliente para que se encuentre como en casa.

El trato familiar y cuidadoso del personal de un pequeño hotel, a su clientela, parece haber sido la formula del éxito, para mantenerse durante 100 años de generación en generación. Este año el pueblo le ha querido rendir homenaje y los eligió para pregonar los festejos patronales del pasado mes de junio.

El Hotel Cala Bona cumple 100 años

El Hotel Cala Bona cumple 100 años / DM

Hoy 20 de julio, cien años después, Cala Bona se engalana, para celebrar la efeméride, con actuaciones musicales y la proyección de un vídeo histórico del hotel, para que clientes, amigos y vecinos, puedan disfrutar en compañía y al fresco de la brisa del mar, de una típica noche de verano propiamente calabonera.