El DÍA - LA OPINIÓN DE TENERIFE

Uno de cada cuatro mayores de 65 años en Canarias sufre soledad no deseada

En 2035, se prevé que el 25% de la población esté en este rango de edad, por lo que la situación se agravará en el futuro

Una de las actividades que realizan los mayores de Canarias.

Una de las actividades que realizan los mayores de Canarias. / EPE

Claudia Morín

Cerca de 100.000 canarios mayores de 65 años sienten soledad no deseada en las Islas. Una cifra que manifiesta que, en el Archipiélago, una de cada cuatro personas en este rango de edad sufre este problema silencioso que limita su participación en la sociedad. La situación ya preocupa a las instituciones, pero se agravará con el tiempo porque, para 2035, se prevé que el 25% de la población tenga más de 65 años en las Islas. 

En España, una persona de cada cinco -o lo que es lo mismo, el 20% de la población total- se encuentra en esta situación. No solo hace referencia a aquellas personas que viven solas, sino a quienes se sienten solas. La soledad no deseada es un problema más frecuente en mujeres (21,8%) que en hombres (185), según datos del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada, de la Fundación ONCE. Sin embargo, la Directora General de Mayores del Gobierno de Canarias, Verónica Meseguer, afirma que ellas son las más activas y las que más acuden a los centros. «La realidad es que buscan más socializar, pero también enviudan antes porque su esperanza de vida es mayor», argumenta. 

Meseguer subraya que no hay un factor concreto que motive esta situación, sino que es un cómputo de diversas cuestiones que la Dirección General de Mayores -un órgano de reciente creación- se encuentra analizando. La viudedad, por ejemplo, influye en que las personas mayores padezcan esta soledad no deseada. También, el Observatorio Estatal recoge en su informe que este sentimiento de aislamiento prevalece sobre todo en los municipios de mayor tamaño y en las ciudades, con cifras superiores a los entornos rurales. En la misma línea, existe una relación inversa entre el nivel de educación e ingresos y la soledad, más notable en el caso de las mujeres. 

Una mirada al futuro

La soledad es una problemática persistente, pues el 59% de las personas que la sufren a nivel nacional llevan en esta situación más de tres años. Además, es una preocupación que se agravará con el paso del tiempo porque la pirámide poblacional se está invirtiendo y el número de mayores es cada vez más alto. «Nos concierne especialmente si miramos al futuro a medio y largo plazo, por eso, estamos realizando un diagnóstico del estado de nuestros mayores a nivel social, de recursos y de servicios», aclara la directora general. 

Con los resultados, el área del Gobierno de Canarias diseñará el primer Plan Integral de Mayores de Canarias y Soledad No Deseada, un documento de referencia que orientará las políticas que el ejecutivo autonómico desarrollará en este ámbito durante los próximos años. Por otro lado, se ejecutará un Programa de Atención Integral que incluirá estrategias dinámicas y flexibles a diferentes realidades y escenarios. 

El objetivo es que las actividades, tanto físicas como sociales o mentales, cobren un carácter más integral, es decir, que comiencen desde el acompañamiento en domicilio y se realicen en coordinación con otras administraciones. «Los modelos actuales deben modificarse porque los mayores de ahora no son los de antes, hoy en día tienen mucha más autonomía, energía y capacidad», defiende Meseguer. Además, detalla que los usuarios de los centros solicitan cuestiones que se alejan de «jugar a las cartas o al dominó», como una mayor formación o más contacto con las nuevas tecnologías.

Trabajar en la prevención

Para atender esta demanda de los abuelos canarios, la Dirección del Mayor trabaja en promocionar hábitos de vida saludable y prevenir discapacidades o enfermedades como la demencia. «Queremos garantizarles la mayor calidad de vida posible, fomentando su desarrollo creativo, los encuentros entre ellos y el envejecimiento activo», destaca. 

Lo primordial para Meseguer es emplearse en esa idea, pero siempre de manera coordinada, con ayuntamientos y cabildos. También, indica, es crucial poner el foco en los centros de salud porque muchos mayores acuden solos. «Los médicos cuentan con historiales que nos facilitarían la labor de prevención y atención». 

Otras estrategias marcadas en la agenda de la Dirección son la implementación de un servicio de comedor en los centros de día y en las asociaciones de mayores, para garantizar la supervisión dietética, y el impulso del Programa +60 Canarias Se Mueve, para mejorar la oferta de ocio y la movilidad de las personas más longevas. 

El principal reflejo de las intenciones de la institución autonómica es la puesta en marcha del Consejo del Mayor de Canarias. Se trata de un órgano que materializará la colaboración y participación del movimiento asociativo de las personas mayores en las políticas de atención, inserción social y calidad de vida dirigidas a este sector de la población y orientadas a la consecución de los objetivos previstos en el marco de las competencias propias de la Comunidad Canaria.

El voluntariado, el Teléfono de la Esperanza y aquellos servicios con entidades que trabajan de manera directa con mayores también se ampliarán en los próximos años con el fin de atraer a los mayores a los espacios donde se realizan las actividades de ocio y acompañamiento.

La soledad en cifras

La situación de desamparo de muchos mayores es una problemática que forma parte del reto demográfico y de la capacidad que tengan las islas en adaptar sus sistemas sanitarios y de dependencia.

El Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada calcula que el coste anual de este problema en España se puede cifrar en 14.141€, lo que supone un 1,17% del Producto Interior Bruto (PIB) anual. Los costes se relacionan con pérdidas de producción debidas a una reducción del tiempo de trabajo. De manera más directa, influye la mayor frecuentación de servicios sanitarios en Atención Especializada y Atención Primaria. El aislamiento también tiene otro tipo de costes que no se pueden cuantificar en lo económico como la reducción de la calidad de vida para las personas que experimentan esta situación.

En España, la soledad crónica se sitúa en el 13,5% de la población. De las personas que actualmente no se sienten solas, dos de cada tres (63%) se han sentido solas en algún momento de su vida. Por lo tanto, siete de cada diez personas lo han sufrido en algún momento de su vida, ahora o en alguna etapa del pasado.

Estas cifras, incluidas en el informe de la Fundación ONCE, no solo se refieren a personas de más de 65 años, sino que también hablan de que el sentimiento de desamparo está bastante extendido entre la juventud. En concreto, el 25,5% de los jóvenes entre 16 y 29 años se sienten solos. «La literatura encuentra a menudo una relación entre edad y soledad no deseada en forma de U, es decir, que la soledad es más frecuente entre las personas más jóvenes, menor en la edad adulta media, y más común de nuevo entre las personas mayores».