EL PERIÓDICO

El nuevo Port Olímpic de Barcelona abre sus puertas, con nuevos miradores y un espacio gastronómico que arrancará a finales de agosto

Los barceloneses vuelven a tomar este espacio que busca la reconexión de la ciudad con el mar, tras unas obras realizadas "en tiempo récord" que deben llegar a su fin para la Copa América de vela

El Port Olímpic recupera más de 20.000 metros cuadrados de espacio público para la ciudadanía

El Port Olímpic recupera más de 20.000 metros cuadrados de espacio público para la ciudadanía / Irene Vilà | EPC

Los barceloneses han vuelto a tomar el Port Olímpic. Una fiesta amenizada con talleres infantiles, pasacalles y actuaciones musicales ha congregado a paseantes que desde diversos barrios de la ciudad se han acercado para observar su gran transformación.

Han podido apreciar como este espacio se ha convertido en una gran zona para el paseo, en el que encontrar locales relacionados con las actividades náuticas y la economía azul y una amplia oferta de restauración, que irá abriendo sus puertas de aquí a finales de agosto. El alcalde, Jaume Collboni, ha incidido que se trata de una recuperación de un espacio para los vecinos y de reconexión de la ciudad con el mar, tras unas obras "realizadas en tiempo récord".

La Copa América de vela ha sido "la excusa" para acelerar una transformación necesaria que los vecinos venían reclamando desde hacía muchos años, ante la degradación por los continuos problemas de convivencia que generaban los antiguos pubs y discotecas.

Diversificar la economía

Coincidiendo con la celebración, se ha abierto el nuevo acceso al Port Olímpic desde la playa Nova Icària. También se han retirado las vallas que impedían el paso por el nuevo Moll de Gregal, que conecta con el Dic de Recer, un amplio paseo con vistas tanto a la ciudad como al mar.

El Port Olímpic es el epicentro del nuevo polo de economía azul, formado por 50 locales -con un 50% del espacio ocupado actualmente- que se propone configurar la ciudad. Toda la reforma se ha realizando poniendo el foco en la sostenibilidad, ha destacado el alcalde, incluyendo un gran techo fotovoltaico sobre la zona de restauración que producirá energía para todo el funcionamiento del puerto. "Frente a un recuerdo no positivo", señala Collboni, "el Port Olímpic tenía que reunir los valores de Barcelona", erigiéndose como un lugar emblemático de un "nuevo modelo de economía sostenible que hace uso intensivo de la tecnología".  El objetivo es que las actividades económicas que se instalen generen más de 200 puestos de trabajo, en una actuación que busca, "diversificar la economía y reindustrializar la ciudad de forma compatible con la vida urbana", ha subrayado.

Las autoridades, en la fiesta de inauguración, junto a un pastel con galletas de Escribà.

Las autoridades, en la fiesta de inauguración, junto a un pastel con galletas de Escribà. / Irene Vilà | EL PERIÓDICO

Deportes náuticos

En esta línea, el Port Olímpic acoge nuevas actividades que invitan a los barceloneses a practicar los deportes náuticos, a lo que se suma el programa municipal para iniciar a los escolares al deporte de vela. "Nos preguntábamos como podía ser que los niños y niñas vayan a esquiar y no a navegar, cuando tenemos el mar aquí", ha señalado el alcalde. Precisamente, el Port Olímpic quiere ser el punto de entrada al llamado Pavelló Blau, iniciativa que tiene el objetivo de convertir el frente litoral de Barcelona en "el gran equipamiento deportivo de la ciudad", acercando también a los barceloneses a las actividades del mar.

Trayecto difícil

"Hoy es un día emocionante tras un trayecto largo y difícil", ha afirmado el presidente de la Asociación de Vecinos de la Vila Olímpica, Jordi Giró. El representante vecinal recordó los momentos más oscuros del Port Olímpic, como el crimen de la Vila Olímpica del 1 de abril de 2000, y cómo la movilización ciudadana motivó un punto de inflexión que llegó por fin en 2016, con el acuerdo unánime de todos los grupos municipales y los vecinos para llevar a cabo la transformación. Un aspecto clave fue, a finales de 2019, la cesión de la Generalitat de la gestión directa del Port Olímpic al Ayuntamiento, que definió los nuevos usos. Tal y como ha recordado Giró, los anteriores arrendatarios no lo pusieron fácil y todo se ralentizó, si bien el anuncio de la llegada de la Copa América a la ciudad sirvió para agilizar la transformación a un ritmo que el ayuntamiento califica de "heroico".

Vecinos como impulsores

"Los vecinos han hecho el trabajo para poder generar consenso", ha reconocido Laia Bonet, primera teniente de alcalde y presidenta de BSM, la empresa municipal encargada de las obras y que congrega representantes de todos los grupos en el Ayuntamiento.

Los verdaderos protagonistas de la jornada han sido los ciudadanos, que por fin han inundado este gran espacio. “Es espectacular”, “muy bonito”, han sido algunos de los comentarios que podían escucharse entre los visitantes.

Lugar apreciado

Desde el Carmel han acudido Salvador Díaz y María Ángeles Valdivia. “Ha quedado precioso”, han destacado. Díaz había trabajado tiempo atrás en los restaurantes de la zona gastronómica. Pese a la “sensación positiva”, de forma más crítica añade que “los nuevos locales se ven espectaculares, pero por sus dimensiones son accesibles solo a grandes empresas, mientras que los pequeños restaurantes locales quedan fuera”.

Uno de los puntos más preciados han sido las vistas a la ciudad y al mar desde el Dic de Recer. Se puede acceder a él desde unas escaleras, a la espera de la apertura de la zona de restauración del Balcón Gastrómico, a finales de agosto, que permitirá el acceso por Mestral, cuando también se pondrán en marcha unos ascensores. Una vecina, Esperanza, ha reclamado mejores accesos para personas con discapacidad.

"Nunca bajábamos"

Pese a vivir en los últimos 12 años en Marina, “nunca bajábamos al Port Olímpic”, ha explicado Jordi Ivern, que paseaba junto con su familia. “Ahora sin duda es un espacio para conocer”, ha añadido, apreciando todo el entorno.

Desde el Guinardó también han acudido Susana Moreno y Carlos Bustamante: “No veníamos nunca porque lo que había no era para nosotros. Aún hay locales vacíos, a ver qué ponen…”, se ha mostrado aún algo escéptica la pareja. “Depende de lo que sea, sí que volveremos”, ha sentenciado.