MADRID

La reforma del Bernabéu para acoger conciertos y grandes eventos levanta en armas a los vecinos

Habitantes de las inmediaciones registran mediciones de ruido superiores a los 80 decibelios, cuando el límite está en 60

Alejandro Sanz durante su concierto en el Santiago Bernabeú

Alejandro Sanz durante su concierto en el Santiago Bernabeú / Telefónica

Analía Plaza

Analía Plaza

Los vecinos del estadio Santiago Bernabéu están que trinan. El sábado pasado Telefónica celebró allí su centenario con un concierto de varios artistas —Ana Mena, Hombres G y Alejandro Sanz, entre otros— y de más de ocho horas de duración. Nicolás, que vive justo enfrente del recinto, llamó a la policía y grabó varios vídeos para mostrar su calvario en redes. "Han convertido un estadio de fútbol en un eventódromo sin insonorizar que no tiene licencia más que para actos deportivos", cuenta indignado al teléfono. "Acogiéndose a la excepcionalidad de la Ley de Espectáculos de la Comunidad de Madrid están aprobando una programación permanente de conciertos todos los fines de semana".

En ninguno de los puntos le falta razón. En primer lugar, el Santiago Bernabéu es un equipamiento dotacional deportivo privado, no un recinto de conciertos; en segundo, el Real Madrid hizo la obra pensando en acoger grandes eventos todo el año, sin más límites que el calendario deportivo, tal y como afirmó su nueva responsable de conciertos y antigua directiva de la promotora Live Nation, Rocío Vallejo-Nágera.

En tercer lugar, es la Comunidad de Madrid la que está autorizando cada uno de los conciertos como espectáculo "de carácter extraordinario", dado que no es la actividad que se realiza habitualmente en el estadio y así lo permite la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas. Por último, pese a que tanto el club como los arquitectos tras la obra hablaron de que lo aislarían acústicamente, la realidad es que la carcasa no lo insonoriza.

"La policía midió 84 decibelios en mi casa", continúa Nicolás. Por ser una dotación deportiva, el Bernabéu está en una área denominada como "tolerablemente ruidosa" según la normativa del ruido, con unos límites de 60 decibelios durante el día y 50 durante la noche. "Aquí todo el mundo convive con un estadio que tiene sus treinta partidos o más al año, con las molestias, ruidos e incordios que eso genera. Y nosotros felices de que vengan un día los Rolling Stone o el Papa a dar una misa, pero que sea una excepción". El calendario público de próximos conciertos deja claro que no serán en absoluto inusuales: en nueve días llega Taylor Swift con doble fecha, después Duki, después Manuel Carrasco, Luis Miguel, Karol G, Aitana... Hay programadas fechas hasta marzo de 2025. El aforo para estos eventos es de 65.000 personas. La Asociación de Perjudicados por el Bernabéu se plantea iniciar acciones legales, según ha expresado su presidente Enrique Martínez en una entrevista en Rac1.

"El uso dotacional deportivo exige que al menos la mitad de ese suelo sea para uso deportivo. El Bernabéu lo cumple. Pero el uso es distinto de la actividad", explica el concejal socialista y experto en urbanismo Antonio Giraldo, que se ha mostrado crítico con lo que está sucediendo. "En el uso deportivo existen actividades complementarias. El Bernabéu ha incorporado como actividad complementaria la de espectáculos. ¿Dónde está la trampa? En que ahora es la principal, porque su finalidad no es el deporte, sino los espectáculos. Se exprime la normativa y se desvirtúa".

Vista la repercusión que han tenido las quejas vecinales estos días, el alcalde José Luis Martínez-Almeida ha asegurado que adoptará las medidas necesarias junto con el Real Madrid para "minimizar" las molestias. Aunque la autorización extraordinaria la emita la Comunidad de Madrid, lo hace con un informe positivo del Ayuntamiento, según indican fuentes regionales.

"Es imposible insonorizar"

El Real Madrid, que no ha respondido a una solicitud de información de este periódico, ha estado cinco años de obras y ha invertido más de 1.100 millones de euros en remodelar el Bernabéu. Las dos grandes apuestas de la obra eran el suelo y el techo retráctil porque ambos permitirían darle una nueva vida al recinto y celebrar los ansiados eventos. Ninguno de los estudios de arquitectura que ha participado en la obra —L35, Ribas&Ribas y Kalzip, proveedor del material de la cubierta— puede atender a la prensa por haber firmado un acuerdo de confidencialidad.

El responsable de Kalzip sí habló con el diario Marca en su momento y explicó que el objetivo de la cubierta era "proteger a los aficionados del frío, sol y la lluvia" y "diseñar configuraciones" que se adaptaran "a los requisitos de aislamiento térmico o acústico". "Era necesario que el revestimiento interior tuviera absorción acústica para poder realizar todo tipo de eventos", dijo un responsable de la firma.

Visto lo visto —oído lo oído...—, ¿qué ha pasado con el aislamiento acústico y su absorción? "Es obvio que un estadio de fútbol no puede estar herméticamente cerrado", sentencia Jesús San Vicente, arquitecto y cabeza de grupo en la Junta de Representantesdel Colegio de Arquitectos de Madrid. "No es un palacio de los deportes como el WiZink. En un estadio de fútbol, el aire tiene que circular porque no hay instalaciones de climatización. Es un espacio abierto, como una plaza de toros. Lo que produce, y va a seguir produciendo, que el sonido salga por los laterales de las fachadas. La cubierta protege de la lluvia. Sería imposible insonorizarlo".

El arquitecto valenciano Gonzalo Bonet cree que "al tener cubierta, parte del sonido que antes se disipaba por completo por la parte superior se refleja en ella y vuelve dentro, por lo que si no han aumentado el aislamiento acústico se oirá más desde la calle". Otras fuentes del sector de la construcción consultadas apuntan a que "una cosa es absorber el ruido y evitar los rebotes y otra cosa es evitar que salga hacia afuera". Según estas fuentes, la cubierta sí estaría pensada para absorber el sonido y ofrecer buena acústica dentro. Pero las paredes tienen que ir abiertas porque no se puede encapsular a tanta gente. De modo que no habrá solución.

"El tema del sonido es muy complicado porque se propaga de muchas maneras. Si los vecinos han llamado a la policía, han contado los decibelios y se superan los permitidos, deberían ponerles una multa", concluye San Vicente. "Otra cosa es que los organizadores prefieran asumir esa multa a no hacer el evento en el horario que quieran. Pero esto ocurre en todo Madrid".