COMUNIDAD DE MADRID

Las 25.000 pesetas de Azaña que sirvieron de poco: el refugio de la guerra civil encontrado en Alcalá de Henares abrirá al público en 2026

El Ayuntamiento realizará trabajos de limpieza y documentación durante todo el mes de agosto

Imagen del interior del refugio encontrado en Alcalá de Henares.

Imagen del interior del refugio encontrado en Alcalá de Henares.

Elena Marín

Elena Marín

1938-2026, con casi un siglo de distancia los ciudadanos de Alcalá de Henares y sus visitantes van a poder sentir la claustrofobia y angustia que generaban los refugios antiaéreos durante la guerra civil. A lo largo de este mes de agosto, un equipo de arqueólogos va a trabajar en la limpieza y documentación del refugio que se descubrió bajo la principal plaza de este municipio madrileño a finales de 2023. Después, la idea es reconstruir el pasado de la ciudad en paneles explicativos y rehabilitar la galería encontrada bajo el suelo de la Plaza de Cervantes. Otro pedazo de historia que se suma al patrimonio cultural de Alcalá de Henares y quedará abierto al público a partir de 2026.

Los trabajos de acondicionamiento se acompasarán a las obras de reforma y rehabilitación de la plaza, que se alargarán previsiblemente hasta finales de 2025. Para cuando acaben y se pueda reinaugurar este enclave de la ciudad, el Ayuntamiento tiene previsto tener terminado el espacio museístico en el que quieren convertir este refugio.

Excavación afortunada

Se estima que Alcalá de Henares pudo tener "entre 30 y 40" refugios subterráneos, públicos o privados, durante los años de la guerra, explica el concejal de Patrimonio de la ciudad y técnico del Ayuntamiento, José Vicente Pérez Palomar, aunque la cifra hay que cogerla con pinzas, reconoce. En Madrid la gente se escondía en los sótanos y las pasarelas del Metro, pero en Alcalá fueron necesarios estos búnkeres civiles, y este que se ubica en el centro del municipio es "probablemente el de mayor tamaño y envergadura constructiva" y de "carácter público", explican en el Ayuntamiento. Se construyó pensando que podrían caber mil personas, según la información que ha trascendido durante estas décadas, pero vista la galería, los arqueólogos estiman que caben alrededor de 300.

Cuando comenzaron las excavaciones el año pasado, lo hicieron a ciegas y sin saber muy bien qué podrían encontrar. La localización del refugio en el extremo norte de la Plaza se produjo solo tras las excavaciones realizadas el pasado mes de noviembre. Hasta entonces, el Ayuntamiento no sabía con exactitud dónde se ubicaba, pero una foto aérea de la Legión Cóndor les dio la pista y decidieron buscarla aprovechando los trabajos de rehabilitación previstos en la plaza.

El resultado fue una galería conservada en perfectas condiciones. El problema de este refugio, explica Pérez Palomar, es que llegó demasiado tarde y apenas pudo utilizarse. Se remonta a muchos años atrás para explicarlo.

Dos arqueólogos trabajan en el interior del refugio antiaéreo de Alcalá de Henares.

Dos arqueólogos trabajan en el interior del refugio antiaéreo de Alcalá de Henares. / AH

Bombardeos constantes y un refugio tardío

"Alcalá de Henares era un importante bastión militar" ubicado en el bando republicano, un núcleo estratégico donde había tanques, se encontraba la brigada de "el campesino" e infraestructuras como el aeródromo de Barberán y Collar. Por eso, explica, los bombardeos fueron constantes tras el alzamiento militar y durante el año 1937. El ayuntamiento impuso entonces la construcción de refugios de uso civil, se sabe que comenzaron al menos tres públicos pero no si se llegaron a acabar, explica Pérez Palomar: "La construcción era muy penosa, faltaba dinero, materiales y peones".

Se llegó a organizar un festival para recaudar dinero pero solo perdieron fondos, detalla. Hasta que Manuel Azaña, presidente de la II República y alcalaíno de nacimiento, donó 25.000 pesetas de entonces. Con eso lograron terminar el refugio en otoño del 38, pero para entonces todo había cambiado. "La guerra estaba ya estratégicamente perdida aunque no acabara hasta abril del 39", explica el ahora concejal de Patrimonio, y en Alcalá y Madrid "los bombardeos disminuyeron". "Sabemos que contrataron a un mutilado de guerra para abrir y cerrar el refugio, pero su uso fue efímero", relata. La donación de Azaña llegó tarde y sirvió de poco

Otros restos de Historia

En la intervención arqueológica del pasado mes de noviembre descubrieron que la galería, diáfana, estaba llena de escombros pero prácticamente intacta. Y también que la historia que esconde va más allá de la guerra civil. Las paredes se construyeron con los sillares procedentes de la iglesia de Santa María, donde se cree que fue bautizado Miguel de Cervantes.

Esta parroquia fue quemada el 29 de julio de 1936 tras un conato de sublevación militar, y después de su demolición se utilizaron los materiales para el refugio. Estas piedras, a su vez, provienen de ciudad romana de Complutum, origen de Alcalá de Henares y cuyos restos forman hoy un parque arqueológico.