Bellingham, entre la reivindicación y "los aires de grandeza": de la mano a los genitales a desafiar a "la basura"

Navega Inglaterra a contra corriente durante toda la Eurocopa. Avanza, pero a duras penas, mientras arrecian las críticas por su pobre juego. Y nadie se libra, ni siquiera una estrella mundial como Jude Bellingham, que hasta el minuto 95 de los octavos de final ante Eslovaquia aparecía en la diana como uno de los principales señalados, si no el que más, de lo que iba camino de ser un nuevo batacazo de una selección acostumbrada ya al fracaso.

Hasta que llegó su liberación, y de paso la de su país. El centrocampista del Real Madrid se reveló contra el habitual mal fario histórico de su selección con un golazo de chilena en el minuto 95 que mandó el partido a la prórroga, en la que Harry Kane ajustició a Eslovaquia. Evító un ridículo para la que al peso es, probablemente, la mejor generación inglesa de jugadores de la historia y dejó claro su peso dentro del equipo. A pesar de no estar brillando, Inglaterra estaría ya de vacaciones de no ser por las apariciones estelares de Bellingham, autor de dos goles que han sido claves y ganador de dos trofeos de MVP.

"Estábamos a 30 segundos de irnos para casa, sintiendo que dejábamos caer a nuestro país y a nuestra gente...Pero en 30 segundos, una patada a un balón puede cambiarlo todo". Y tanto que lo cambió", aseguró tras el partido. "Es un sentimiento que no me gusta porque vas perdiendo, pero que cuando lo consigues sienta genial. Es un hábito que aprendí en Madrid, donde mi juego ha mejorado, y estoy orgulloso de haberlo traído hasta este partido".

Bellingham salva a Inglaterra y Kane hunde a Eslovaquia

Un postpartido que dio para mucho, casi tanto como lo que ocurrió en el terreno de juego, para el de Stourbridge. Para recibir elogios, por supuesto, pero también para ponerle en la diana de nuevo, en este caso por sus gestos. Porque tras empatar el partido, Bellingham soltó toda la adrenalina y la rabia que acumulaba llevándose la mano a la oreja al grito de "Who else?" ("¿Quién más?"). Segundos después, protagonizó un polémico gesto mientras volvía al centro del campo, al llevarse la mano derecha hacia los genitales mientras miraba hacia la zona de los banquillos.

"Durante la semana pasado fue muy duro mantener la energía negativa lejos de la concentración. Creo que hoy estaban ya preparados para darnos caña otra vez... Jugar con Inglaterra es increíble pero también hay mucha presión. La gente habla mucha basura y creo que tienes que tomártelo un poco a lo personal, y a veces está bien usarlo como gasolina y devolvérselo", se sinceraba Jude sobre ambiente tenso que reina entre el vestuario y los periodistas ingleses

Bellingham esquiva la sanción... de momento

Las duras críticas al seleccionador y a las estrellas son constantes en el día a día de los Pross, incluso por parte de leyendas como Gary Lineker o Allan Shearer. Una situación que que ha provocado una burbuja interna dentro de la expedición. En ese ambiente, el gesto de Bellingham fue interpretado por todo el mundo como un mensaje teledirigido a los críticos, algo que el propio jugador se apresuró a negar en sus redes sociales.

"Un gesto de broma interna hacia algunos amigos cercanos que estaban en el partido. No tengo más que respeto del juego de Eslovaquia esta noche", se justificó el diez en su cuenta de Twitter intentando zanjar la polémica. Y de paso, también para evitar cualquier posible sanción de la UEFA, que por ahora no refleja la acción en sus informes posteriores al encuentro.

"Bellingham es un jugador excepcional. Tiene que tener cuidado de no empezar a tener aires de grandeza a su edad. Creo que eso es realmente malo. Después del torneo en las vacaciones de verano, espero que reflexione un poco. Creo que no soy el único que dice que a veces sus gestos son molestos", le recriminó Christoph Krame, exjugador de Alemania.