Opinión | A POR UVAS

Sí, sí pasaron

Italia, Croacia, Alemania y Francia han muerto a sus pies, una nómina de abrumadora aristocracia que concede un relieve mayúsculo a esta España ya histórica

Dani Olmo y Morata.

Dani Olmo y Morata. / CLEMENS BILAN

El golpeo de Lamine Yamal que mitigó el temprano infarto provocado por Kolo Muani tenía escondido alrededor de una década de madurez. Si ya había amagado el adolescente azulgrana con su consagración en varias estaciones de la actual Eurocopa, en esta semifinal dejó definitivamente atrás el acné y los dientes de leche. Le faltan todavía tres días para cumplir los 17 años, hito que celebrará el sábado en vísperas de la gran final de Berlín. Pero ya da igual, es una anécdota a pie de página, un guarismo despreciable.

Lamine hizo caso a Rabiot, que había advertido que, si quería alcanzar la final iba a "tener que hacer mucho más contra nosotros de lo que ha hecho hasta ahora". Pues bueno, lo hizo. Y lo hizo en sus narices, pues era el propio Rabiot quien intentó sin éxito que Lamine no pudiera armar el disparo que se coló en la portería después de rozar la escuadra de Maignan. Como diciéndole, "Adrien, majo, ahí la llevas".

El gol de Dani Olmo

Apenas cuatro minutos después, Dani Olmo reconfirmó lo que todos ya sabemos, que es un futbolista enorme al que solo las lesiones le apartan del foco. No ayuda que juegue en la Bundesliga a ojos del espectador más ocasional, pero es indisimulable ese talento que le permitió marcar el segundo tanto, el último y el definitivo, el que dejó lacado el encuentro a falta de 70 minutos para que finalizara, impotente Francia, víctima esta vez sí de su racanería con copyright.

Y España pasó, vaya si pasó, pasamos, pese a que 'L'Équipe' había predicho en su portada de este martes, en perfecto español, que "No pasarán". La icónica frase de la Guerra Civil española, utilizada por la izquierda francesa en estas semanas de pánico a un posible triunfo de la extrema derecha de Le Pen, quedó trasladada al plano deportivo como una predicción que no llegó. Aunque con seguridad la mayoría de Francia agradeció que no pasaran el domingo los ultraderechistas por encima del disgusto que le propinaron este martes los futbolistas de Luis de la Fuente.

Italia, Croacia, Alemania...

Unos hombres, el seleccionador y a quienes él dirige, que ya son historia del fútbol español, pase lo que pase el domingo contra Inglaterra o contra Países Bajos. Italia, Croacia, Alemania y Francia han muerto a sus pies, una nómina de abrumadora aristocracia que concede un relieve mayúsculo a esta selección en la que salvo Rodrigo y Carvajal no era posible situar a ninguno de sus jugadores en un top5 mundial.

Recursos de periodistas en ese género que tan mal envejece, el de las previas, que la brillante juventud de esta selección ha convertido en producto caducado. Berlín será la última estación de Lamine, de Olmo, de De la Fuente y de todos los demás. Sí, pasaron. Y todos gozamos.