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El PP tropieza con el Orgullo en Madrid, Sevilla y Valencia: ni bandera arcoíris, ni siglas, ni asociaciones LGTBIQ+

Ayuntamientos de varias ciudades lideradas por la derecha se niegan a poner banderas arcoíris, mientras que en otros se celebrará sin problemas

Imagen de archivo de una manifestación del Orgullo en 2019.

Imagen de archivo de una manifestación del Orgullo en 2019. / EFE/TONI ALBIR

María G. San Narciso

María G. San Narciso

Los ayuntamientos de Madrid y Sevilla ha utilizado carteles totalmente despolitizados para el Orgullo. El de Valencia, organizó una fiesta junto a la Generalitat sin el respaldo asociativo. Lois tres criticados por asociaciones LGTBIQ+ y por partidos de la oposición. En el primer caso, por reducir el Orgullo con su rótulo "a alcohol, fuegos artificiales, sexo y taconeo", como dijo la portavoz socialista Reyes Maroto; en la capital del Turia, por hacer un "intento de invisibilización" de las reivindicaciones propias del colectivo.

Lo de Valencia no salió bien. La propia organización reconoció que habría en torno a 1.000 personas, frente a las 13.000 que se calcularon en la fiesta de 2023, organizada por Lambda y Avegal -dos asociaciones que trabajan por los derechos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales de la Comunitat Valenciana- con la colaboración del gobierno de Compromís.

En Madrid, el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, defendió la idea del cartel, en el que hay varios objetos: las copas simbolizan la “fiesta” que es el Orgullo. Los condones, dijo, "son los que el ministerio de Sanidad ha acordado para las fiestas del Orgullo durante bastantes años para prevenir enfermedades de transmisión sexual", mientras que los tacones aluden a la mítica carrera que se celebra en el barrio de Chueca, donde las y los participantes corren en plataformas de hasta 15 centímetros de altura.

Después, tanto él como el portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Madrid, Carlos Izquierdo, acusaron a Más Madrid y al PSOE de "politizar todo". Pero, ¿puede haber un Orgullo despolitizado? Las asociaciones entienden que no.

En Sevilla, ni la cuña radiofónica habla de derechos conquistados ni de los que quedan por conquistar, ni el cartel promocional se ha encargado a un ilustrador o cartelista que profundice, a su estilo, en los retos que quedan por conseguir al colectivo LGTBIQ+. Es el resumen de lo que expresan hasta seis entidades con gran peso en el colectivo LGTBI de la ciudad que han rechazado la campaña del Ayuntamiento hispalense y el modo que el equipo de José Luis Sanz tiene de celebrar el Orgullo. Eso sí, la bandera arcoiris, símbolo universal del movimiento LGTB "sí ondea, en Los Arcos, como otros años", puntualizan desde el equipo municipal.

Apenas unas horas después de la polémica generada por el cartel del Orgullo del Ayuntamiento de Madrid -donde se usan como símbolos para representar al colectivo unos tacones, condones y copas- en Sevilla distintas asociaciones han unido sus voces para protestar por la concepción que el Gobierno local, del Partido Popular, tiene del Mes de la Diversidad. Las asociaciones de Adriano Antinoo, CCOO, UGT, Retos-Municipios Orgullosos, FOC Cultura con Orgullo y Adelante LGTBI explican, en un comunicado, que no se sienten representadas "ni por el cartel y ni por la cuña radiofónica" elaborada por el equipo municipal con ocasión del Mes de la Diversidad. Mostrarán su "su rechazo" en la próxima reunión que se mantengan con la Delegación de Igualdad.

Banderas sin colgar

En otros ayuntamientos, como el de Guadalajara o Toledo, por segundo año consecutivo no van a colgar la bandera arcoíris en los balcones de sus respectivos consistorios. En todos ellos gobierna el PP con el respaldo de Vox.

Por contra, hay otros en los que también gobierna el Partido Popular que sí tendrán participación municipal en la fiesta y banderas arcoíris en los ayuntamientos. Es el caso, por ejemplo, de Málaga y de Zaragoza.

En Palma ha habido más lío. Habrá bandera, pero el equipo de gobierno ha rechazado organizar un acto con representantes del colectivo y presencia de regidores para colgarla. Y en Alicante, el Ayuntamiento del PP ha vuelto a aprobar una iniciativa en apoyo al colectivo LGTBI tras años de bloqueo de la derecha y a pesar del rechazo de Vox.

Sin declaración institucional en Navarra

Partido que también ha vetado en el Parlamento navarro una declaración institucional con motivo del día del Orgullo, que se celebrará el próximo 28 de junio, en la que se condenaba "los discursos de odio" y se pedía trabajar "para construir una sociedad más igualitaria", como informa ElDiario.es. La formación ha impedido que el texto saliera adelante pese a contar con el respaldo del resto de grupos ya que para la aprobación de declaraciones institucionales es necesario un apoyo unánime de los grupos parlamentarios.

En Cáceres, este mismo partido ha criticado el incremento de fondos municipales, hasta los 25.000 euros, para la celebración de la semana del Orgullo. Según ellos, no hay nada que reivindicar, ya que la integración del colectivo LGTBI está plenamente establecida en la sociedad y, por tanto, aseguran que es innecesario que las administraciones continúen sufragando sus festejos y reivindicaciones.

Con todo, sigue habiendo diferencias con la población general: el informe Estado Socioeconómico LGTBI+, Estado LGTBI+ 2023, la primera radiografía de la situación socioeconómica del colectivo en España, ya mostró que las familias LGTBI+ ingresan casi un 20% menos (18,69%) que el resto de familias. En el ámbito laboral, buena parte del colectivo no sale del armario por el temor a represalias o a no ser aceptados. Y cerca de cuatro de cada 10 docentes (36,5%) han sido víctimas o testigos de algún acto de odio por LGTBIfobia en el centro en el que trabajan actualmente, según los datos de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) y la Federación Estatal de Enseñanza de CCOO.

Además, cuatro de cada diez personas LGTBI han sido víctima de algún delito de odio en los últimos cinco años, una violencia que recae especialmente entre las personas trans y las lesbianas. Por todo ello, indican las asociaciones, todavía hay mucho que reivindicar.