AMÉRICA LATINA

Muere Nora Cortiñas, una referente esencial de las Madres de Plaza de Mayo, en tiempos de negacionismo en Argentina

No había hecho político en el que estaba en juego la suerte de un débil en el que no hacía acto de presencia y solidaridad

Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, en imagen de archivo.

Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, en imagen de archivo. / EFE/ David Fernández

Abel Gilbert

Nora Morales de Cortiñas falleció a los 94 años en una Argentina que se empeña en revisar de un modo inquietante el drama que la atravesó. Hija de españoles, Norita, como se la conocía en el movimiento de derechos humanos, fue una de las primeras Madres de Plaza de Mayo. La agrupación se fracturó en la década del noventa y ella pasó a liderar la Línea Fundadora, distanciada del otro referente histórico, Hebe de Bonafini, quien falleció a finales de 2022. La ley de la vida es inexorable incluso para quienes lucharon contra tanta muerte. Las "locas", las llamó la dictadura militar (1976-83) y ellas expresaron la cordura y el coraje frente al horror. De Cortiñas estuvo en primera fila, hasta casi el final de los días, lo que es decir el pasado 16 de mayo en la última ronda de las Madres frente a la sede de un Gobierno de ultraderecha que se ha empecinado en revisar la historia trágica de este país.

Había nacido el 22 de marzo de 1930. Se casó a los 18 años y tuvo dos hijos, Gustavo y Marcelo. El primero se interesó por la política en tiempos de ebullición. Se acercó al sacerdote Carlos Mujica, uno de los exponentes de la Teología de la Liberación, asesinado por las bandas de ultraderecha en 1974. Cuando Gustavo fue secuestrado, a mediados de abril de 1977, la represión ilegal llegaba a su momento de mayor despliegue territorial. Por entonces estaba en pareja y era padre de un niño.

Lo primero que hizo De Cortiñas es acercarse a la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH). Luego toco las puertas de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Ambos organismos estaban desbordados por los pedidos de ayuda. Sus tiempos no eran el de las familias afectadas, necesitadas de acciones más urgentes. Ella se enteró de que un grupo de mujeres se reunían frente a la sede del Ejecutivo, en la Plaza de Mayo. Como les impedían aglomerarse, comenzaron a caminar en círculos alrededor de la pirámide histórica. El liderazgo de lo que serían las Madres era de Azucena Villaflor de Vincenti y Esther Ballestrino de Careaga. Ambas fueron secuestradas, torturadas y luego asesinadas en el marco de una operación de la que participó el oficial naval Alfredo Astiz, quien llegó al grupo de madres haciéndose pasar por primo de un desaparecido.

Pañuelo blanco y pañuelo verde

Norita fue uno de los símbolos de la intransigencia. Llevó siempre el pañuelo blanco sobre su cabeza. Pero también se dejó ver con un pañuelo verde en una de sus muñecas al calor de la ola feminista. No había hecho político en el que estaba en juego la suerte de un débil en el que no hacía acto de presencia y solidaridad.

La internaron el 17 de mayo. La operaron de urgencia por una hernia y no salió de la sala terapia intensiva. "Su legado y valentía nos seguirán inspirando", dijo el expresidente Alberto Fernández. La Central de Trabajadores Argentinos (CTERA) recordó que "Norita nos ha acompañado en todas nuestras luchas en defensa de la educación pública". Su solidaridad "fue un baluarte y un apoyo incondicional. Ha estado en todas las resistencias del campo popular: incansable, comprometida, luchadora; con la firmeza y la ternura que siempre extrañaremos".

El pasado 24 de marzo, cuando se cumplió un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976, salió a la calle. A diferencia de lo que había ocurrido a lo largo del siglo XXI, el presidente Javier Milei hizo del negacionismo histórico una bandera que flamea con más fuerza en manos de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, hija de un oficial contrainsurgente y defensora de los militares que han sido condenados por delitos de lesa humanidad. Astiz, entre otros, aguarda en la cárcel recibir el beneficio de un Gobierno que se ha comprometido a liberarlos cuando se den las condiciones políticas.

"Con profundo dolor, despedimos a nuestra hermana de lucha Nora Cortiñas, referente indiscutida del movimiento de derechos humanos en la Argentina", dijo Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo.

El deceso de la dirigente humanitaria coincide con la decisión del ministerio de Seguridad de impedir el funcionamiento en los hechos la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), el organismo del Poder Ejecutivo encargado de la búsqueda de los niños y las niñas robados durante la última dictadura. "Es inadmisible que luego de 40 años, un Gobierno de la democracia entorpezca la búsqueda de nuestros nietos apropiados, arrancados de los brazos de sus madres, secuestradas y desaparecidas por el terrorismo de Estado. Estas decisiones resultan funcionales para el sostenimiento de la impunidad de estos crímenes", dijo Abuelas. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien, a la edad de Gustavo, el hijo de De Cortiñas, participaba de la misma formación política, la juventud peronista, y con los años abrazó las ideas contrarias, anunció que su cartera no respondería a los pedidos de la Conadi para acceder a legajos de personal del Ministerio de Seguridad que podría estar involucrado en la apropiación de bebés durante el terrorismo de Estado.