REINO UNIDO

Las inundaciones dejan huella en el 'Swan Upping', el recuento anual de los cisnes del río Támesis

Los Swan Uppers remontan el río en barcas de remo y sacan a los animales del agua para contarlos y comprobar su estado de salud

Cristina Alonso Pascual (Efe)

El recuento anual de cisnes de propiedad real en el Reino Unido tuvo lugar esta semana a lo largo del curso del río Támesis, dejando ver el impacto de las inundaciones de los pasados meses sobre la población de estas aves.

Durante cinco días, acompañados de barcos de personas interesadas en esta costumbre, los conocidos como Swan Uppers remontan el río en alargadas barcas de remo y sacan a los cisnes del agua para contarlos y comprobar su estado de salud.

Así, un año más se repite este evento que comenzó en el siglo XII para garantizar un suficiente número de cisnes como comida, pero que en la actualidad se ha transformado en una tradición cuyo fin principal es el de educar y proteger a esta especie, como explicó a Efeel marcador de cisnes de la Corona, David Barber. "El objetivo del Swan Upping –nombre que recibe la tradición– es supervisar el bienestar de los cisnes del Támesis", indicó.

Los cisnes del rey

A excepción de los que son propiedad de dos gremios, el de los Tintores y el de los Vinicultores, y de la colonia de cisnes de Abbotsbury Swannery, el monarca británico posee todos los cisnes que se encuentran en aguas abiertas en el Reino Unido, aunque ya solo ejerce este derecho en el Támesis.

Allí, cada tercera semana de julio, decenas de personas se reúnen en torno al cauce del río para formar parte del recuento tradicional del ave, que se realiza a lo largo de 127 kilómetros desde la localidad inglesa de Sunbury-on-Thames hasta la de Abingdon.

"¡Todos arriba!", exclaman los Swan Uppers cuando ven una familia de cisnes con crías durante el recorrido, ante lo que proceden a rodearlos y sacarlos del agua para comprobar que no están heridos, pesarlos, medirlos y contabilizarlos.

En el caso de que no tengan un anillo identificador, en el que también se señala quién es su dueño, se le añadiría el correspondiente, según si pertenecen a uno de los gremios o a la Corona.

London (United Kingdom), 16/07/2024.- Swan Uppers after tagging swans during the annual swan upping along the Thames, west of London, Britain, 16 July 2024. Swan Upping plays an important role in the conservation of the mute swans and involves the King's Swan Warden collecting data, assessing the health of young cygnets and examining them for any injuries. (Reino Unido, Londres) EFE/EPA/ANDY RAIN

'Swan Uppers' antes de marcar a los cisnes en la cita anual en el Támesis. / ANDY RAIN / EFE

Inundaciones, depredadores…

Año a año, los cisnes se enfrentan a algunos retos más allá de las heridas causadas por los anzuelos de los pescadores, como son las inundaciones, la gripe aviar o los depredadores.

De acuerdo con la responsable de operaciones del centro de rescate Swan Support, Wendy Hermon, el exceso de precipitaciones y las inundaciones hacen que los huevos –que también pueden verse arrastrados al río– queden cubiertos de barro y las crías no puedan obtener el calor que necesitan para nacer.

De la misma forma, los depredadores, como visones, aves rapaces o zorros, son responsables de una reducción del número de crías, de una especie que todavía se está recuperando de la gripe aviar que le afectó especialmente el año pasado.

Conservación de la especie

Por eso, más allá del recuento anual, una de las misiones principales de los Swan Uppers es la conservación de los ejemplares de cisne del Támesis.

De hecho, en general, hoy en día la población de cisnes se encuentra en buenas condiciones, según el capitán del barco y marcador de cisnes del Gremio de Tintores, Jeremy McCarthy, quien precisó que los ejemplares de esta ave en el Támesis se sitúan alrededor de los 2.200. "El mayor número de cisnes que he visto en un año ha sido de 174 y el menor, 71, así que la media está en unas 121 crías en la semana", especificó, en la que es su 28ª edición del Swan Upping.

Pese a su veteranía, no es el único que lleva décadas acudiendo al recuento, que incluye un componente importante de conservación de la especie, así como de la educación sobre la biodiversidad y el cuidado de estos animales a grupos de estudiantes que acuden al evento. "Es una tradición maravillosa, mantiene viva la historia", concluyó McCarthy.