AUDIENCIA NACIONAL

Condenado por amenazar con "la yihad" tras perder la paciencia con la burocracia: "¡Incompetentes! Devolvedme mi nacionalidad marroquí"

La Audiencia Nacional le condena a tres meses de prisión y 300 euros de multa por enviar correos electrónicos amenazadores al consulado de España en Casablanca, Marruecos

Envió varios correos electrónicos amenazadores al consulado de España en Casablanca, Marruecos

Envió varios correos electrónicos amenazadores al consulado de España en Casablanca, Marruecos / EPE

Alberto Muñoz

Alberto Muñoz

En el que se suponía que iba a ser el momento más feliz de su vida, Otmane C.E., un ciudadano español de origen marroquí, perdió la paciencia y las formas con los tiempos de la burocracia hasta el punto de amenazar con "hacer la yihad" y "cortar el cuello" a los trabajadores del consulado de España en Casablanca. El motivo fue que, según él, se le estaba demorando en exceso la concesión de su certificado de matrimonio: "Banda de incompetentes (...), hacéis a los hombres estar lejos de sus esposas".

La desesperación de este joven por que España reconociese su casamiento le llevó a enviar al consulado una serie de correos electrónicos amenazadores por los que ahora ha sido condenado por la Audiencia Nacional a tres meses de prisión, donde no ingresará, y a pagar una pequeña multa de 300 euros. Una pena reducida, y consensuada con la Fiscalía, por su arrepentimiento prácticamente inmediato y por la confesión de lo sucedido.

Si os veo, "os corto el cuello"

La cadena de correos electrónicos se originó el 23 de agosto de 2023, cuando la frustración de Otmane C.E. con la burocracia explotó en un primer mensaje: "Dirigido a los funcionarios que demoran los matrimonios en el consulado de España en Casablanca. Como no me den mi acta de matrimonio pronto, voy a hacer en vosotros la yihad fi Sabili Alah. Banda de criminales que no creen en Dios, voy a ir, si Alah quiere, y os vais a enterar. ¡Banda de incompetentes!".

Menos de una hora después, volvió a la carga. "Espero que os corten el cuello, (a Dios se lo pido), pobretones, escatimáis y le hacéis a los hombres estar lejos de sus esposas. Satanes, banda de criminales que no creen en Dios, tengo la oportunidad de veros y os corto el cuello".

Y, minutos después, volvió a acusar a los funcionarios de "indecentes" y "traidores". "He renunciado a mi nacionalidad para tener la española. Tengo un pacto firmado con España y me estáis traicionando no dándome mi correspondiente acta de matrimonio. Tomad vuestra nacionalidad y devolvedme la que tenía antes, si vais a ser así de vagos incompetentes. Mis compatriotas son gente legal, trabajadores, responsables, si no cumplís con estos requisitos devolvedme mi nacionalidad marroquí y vayan ustedes a tomar por el culo", expresó.

Ese primer día, envió otros dos correos electrónicos más: "Dadme la oportunidad de veros la cara, que os voy a espabilar para que trabajéis, banda de perezosos"; "A trabajar, que voy para allá y os vais a enterar".

El enfado, sin embargo, resurgió dos días más tarde, cuando volvió a acusar al consulado española en Casablanca de demorar "excesivamente" "algo tan importante"como las resoluciones de los expedientes de matrimonio. "Lo que están consiguiendo es causarle serios problemas a la persona cuando fácilmente se puede solucionar. Y no sean ustedes pasivos. Y pasan de contestarme a este correo que les escribo", escribió, esta vez sí, sin amenazas ni insultos.

Las disculpas, semanas después

Semanas después, el ahora condeado por la Audiencia Nacional se mostró arrepentido de lo sucedido y envió un correo a la sede diplomática reconociendo sus "insultos y amenazas".

"Quería deciros que eso lo he hecho por un momento de extremo enfado que tuve, porque la cita que se me ha adjudicado para la audiencia reservada me pareció muy desorbitada. Quería pediros disculpas por esos correos y deciros que no hace falta alarmarse por lo que dije que iba a hacer en ellos. No tengo ninguna intención de llevarlo a cabo, retiro todo lo que dije y pido disculpas de nuevo", admitió.

La Fiscalía plasma en su escrito que el acusado reconoció los hechos con el fin de colaborar con la Justicia, tanto en su declaración en dependencias policiales como judiciales, y es por eso que ha llegado a un acuerdo con el hombre que no implica su entrada en prisión.